La guerra entre mafias provoca una veintena de migrantes heridos en Calais, cuatro de ellos graves

Un ajuste de cuentas entre mafias que hacen negocio pasando de manera clandestina a migrantes hacia el Reino Unido está detrás de los episodios de violencia desatados este jueves en la ciudad portuaria de Calais. El enfrentamiento lo han protagonizado afganos y eritreos en diversas áreas donde las asociaciones humanitarias reparten comida a los migrantes. Las reyertas han dejado un balance de 22 heridos, cinco de ellos por heridas de bala de los cuales cuatro se encuentran en estado crítico.

El ministro del Interior, Gérard Collomb, que se ha desplazado rápidamente a Calais en la noche de este jueves para evaluar la situación, ha mostrado su firmeza y calificado los hechos de “extraordinaria gravedad”. Además, ha anunciado un refuerzo de la seguridad con el despliegue de dos compañías de antidisturbios y que el Estado se encargará de la distribución de comida –habitual foco de tensión entre migrantes- en un plazo de 15 días.

Esa fue una de las medidas que el presidente francés, Emmanuel Macron, prometió el pasado 16 de enero durante su primera visita a Calais, a donde acudió para defender el endurecimiento de la política migratoria francesa. Otra de las promesas de Macron fue que no dejaría que se reconstruyera la llamada ‘jungla’, la explanada inmunda desalojada en octubre del 2016 donde llegaron a contabilizarse hasta 10.000 personas.

Quien no cumpla los criterios para solicitar el asilo será expulsado. El problema, según las asociaciones humanitarias, es que el Estado convierte Calais en un callejón sin salida para muchos exiliados que no quieren renunciar a cruzar el Canal de la Mancha. “La gente se estanca cerca de la frontera, con dificultades para vivir, la presión policial y el trabajo de las mafias”,  resume François Guennoc, de la asociación ‘El albergue de migrantes’.