DISTURBIOS RACIALES EN EEUU

Ferguson reclama justicia en el funeral de Brown

El padre de Michael Brown, a su llegada ayer a la iglesia baptista.

El padre de Michael Brown, a su llegada ayer a la iglesia baptista.

R. M. D. F.
WASHINGTON

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Después de casi tres semanas de continuas protestas en Ferguson, el suburbio de San Luis (Misuri) que ha vuelto a poner las complejas relaciones raciales en el centro del debate político de Estados Unidos guardó ayer un escrupuloso respeto para despedir a Michael Brown. Miles de personas participaron en los responsos del joven negro de 18 años que murió abatido el pasado 9 de agosto por los disparos de un policía blanco cuando iba desarmado. El funeral sirvió para recordar la vida y los sueños de Brown, pero también para cuestionar la militarización de la policía o para reclamar reformas que ayuden a mejorar la situación de los afroamericanos.

El padre de Big Mike, como lo llamaban sus amigos, pidió la víspera de la ceremonia religiosa que se respetase el duelo de la familia con el cese de las manifestaciones en la calle. «Todo lo que quiero es paz para poder enterrar a mi hijo», dijo el domingo. «¿Podríais, por favor, mantener un día de silencio para que podamos despedirlo? Por favor, es lo único que os pido».

Sus palabras fueron atendidas y la ceremonia transcurrió sin incidentes fuera de la iglesia. Dentro, sin embargo, algunos de los vecinos, activistas de los derechos civiles, políticos y celebridades que asistieron al funeral reclamaron que la muerte de Brown sirva como revulsivo para fomentar los cambios por los manifestantes estos días.

«Para crear un movimiento tenemos que mirar al largo plazo y convertir nuestra oportunidad en cambio, nuestras manifestaciones en leyes», dijo el mediático reverendo Al Sharpton durante su discurso. Sharpton no tiene demasiada fuerza moral y, de hecho, su pasado está lleno de claroscuros, pero la ausencia de figuras de estatura en el actual movimiento de los derechos civiles lo han convertido seguramente en su representante más visible. «Esto versa sobre la justicia y América va a tener que aceptar que hay algo erróneo cuando tenemos dinero para militarizar a la policía, pero no tenemos dinero para educar y formar a nuestros niños».

POLICÍA LIBRE / La familia de Brown, cuyo cadáver permaneció cuatro horas tirado en el suelo y sangrando antes de que la ambulancia se lo llevara el día de su muerte, lo recordó como un chaval lleno de sueños. «Quería ir a la universidad, quería tener una familia y ser un buen padre», dijo su madrastra, Cal Brown. En los últimos días, las manifestaciones en Ferguson han ido remitiendo y apenas se han registrado altercados. Pero todavía no se ha resuelto judicialmente su muerte.

Darren Wilson, el policía que lo mató, ha sido suspendido temporalmente, pero no ha sido arrestado. Su abogado dijo ayer que era un ciudadano estadounidense de pleno derecho y no se aceptará que se le aplique una justicia de segunda.