El Estado Islámico mata a uno de los dos japoneses

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, comparece tras conocer la noticia de la ejecución, ayer.

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, comparece tras conocer la noticia de la ejecución, ayer.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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el Estado Islámico ejecutó a Haruna Yukawa, uno de los dos rehenes japoneses que tiene en su poder y por cuya liberación exigió el pasado miércoles a Japón el pago de 200 millones de dólares antes de un plazo de 72 horas, que se cumplió el viernes. En una imagen acompañada de una grabación de audio difundida en los foros yihadistas, y que fue detectado por la web especializada Site Intel Group, el otro rehén, el periodista Kenji Goto, apareció mostrando una fotografía en que se ve el cadáver decapitado de Yukawa.

En el audio,que también fue difundido por Twitter por seguidores del grupo yihadista, Goto explicó en inglés que lo que enseña es una fotografía de Yukawa «asesinado en la tierra del califato islámico». «Fuisteis advertidos y se os dio un plazo, por lo que mis captores actuaron de acuerdo con sus palabras», indicó Goto, dirigiéndose al Ejecutivo de su país y, en concreto, al primer ministro, Shinzo Abe, al que le acusa de ser responsable de la muerte de Yukawa por no haber reaccionado ante el ultimátum dado por el EI.

DOS MINUTOS Y 52 SEGUNDOS / Durante la grabación, de dos minutos y 52 segundos, Goto subrayó que ya no es necesario el abono de los 200 millones exigidos por el Estado Islámico para salvar su vida, porque ahora lo que los yihadistas piden es la excarcelación de una extremista detenida en Jordania.

«Ellos (los yihadistas) no quieren ya dinero, por lo que no debéis preocuparos por financiar el terrorismo. Ellos solo exigen la liberación de su hermana Sayida al Rishawi. Es simple: les lleváis a Sayida y ellos me liberarán», precisa el rehén.

Al Rishawi es una mujer iraquí que fue detenida en el 2005 en Jordania cuando pretendía cometer un atentado suicida en un hotel de Ammán. Su arresto fue posible ya que el cinturón bomba que llevaba encima no explotó.

Tres de sus cómplices, entre ellos su propio marido, se inmolaron con cargas explosivas adheridas al cuerpo en sendos hoteles de la capital jordana y mataron a 60 personas.

El secuestro de los dos japoneses es la desgraciada consecuencia de un heroico acto de amistad. Yukawa, un empresario arruinado, con problemas mentales y que quería rehacer su vida tras el fallecimiento por cáncer de su mujer, fue secuestrado por los yihadistas el pasado verano en Siria, a donde se había desplazado con la intención de ser contratista militar. Goto, un veterano periodista freelance, fue raptado en Siria a donde había acudido para intentar rescatar a Yukawa. El reportero se sentía obligado a rescatarle pues había acompañado al empresario en un primer viaje a Oriente Próximo.

El Gobierno japonés condenó ayer la muerte del empresario. El primer ministro Abe compareció para expresar «su profundo sentimiento de rabia» ante la ejecución de Yukawa y asegurar que «el país no se rendirá al terrorismo».

GABINETE DE CRISIS / El Ejecutivo nipón, que celebró ayer por la tarde en Tokio una reunión de urgencia tras conocerse la ejecución, se había negado a pagar el rescate por los dos rehenes. No obstante, había desplazado una delegación hasta Jordania para intentar contactar con el grupo yihadista, algo que al parecer no lograron, y obtener la liberación de los dos rehenes.