'FREXIT' Y 'NEXIT'
La decisión británica provoca euforia en la ultraderecha europea
Eva Cantón
Periodista
EVA CANTÓN / PARÍS
Las consecuencias de la decisión británica de abandonar la Unión Europea se extenderán más allá del Reino Unido y pondrán a prueba la capacidad de sus gobernantes para contener el avance del euroescepticismo del que se nutren las formaciones populistas de extrema derecha.
La contundente victoria del brexit ha generado una ola de euforia en los principales líderes ultraderechistas del continente, que ven el viento a favor en una UE incapaz de dar a los ciudadanos las respuestas adecuadas ante una crisis económica teñida de incertidumbre sobre los valores del propio proyecto europeo.
En un contexto de fuerte desconfianza en los partidos políticos tradicionales, donde avanzan la xenofobia y la exigencia del cierre de fronteras, el discurso de la ultraderecha se ve reconfortado por el voto de los británicos. El temor a un efecto dominó y a la proliferación de referendos es real.
Dejar votar a los franceses es lo primero que ha reclamado la presidenta del Frente Nacional y candidata a las elecciones presidenciales del 2017 Marine Le Pen, que avanza imparable en las urnas al calor del descontento social con la gestión de la crisis, la inmigración y la amenaza terrorista.
“Y ahora, Francia”, reza el nuevo cartel de campaña de la formación, presentada horas después de que su líder hablara de una “victoria de la libertad” al conocer el sentido del voto británico. “Como lo pido desde hace años, ahora hace falta el mismo referéndum en Francia y en los países de la UE”, ha dicho en su cuenta de Twitter.
EL PELIGRO DE LOS EXTREMISMOS
La necesidad de conjurar ese riesgo ha estado presente en el discurso pronunciado por el presidente francés, François Hollande, para fijar la posición de París ante el seísmo del brexit. “El voto de los británicos pone seriamente a prueba a Europa”, que, a su juicio, ya no puede seguir como hasta ahora y debe “centrarse en lo esencial”. “El peligro es inmenso frente a los extremismos y los populismos”, ha alertado.
Tiene razón. A Le Pen se han unido las voces del ultraderechista holandés Geert Wilders para quien los británicos enseñan al resto de los europeos “el camino hacia el futuro y la liberación” al haber vencido en las urnas a “la élite eurófila”. Wilders también ha pedido una consulta sobre el ‘Nexit’ para que el país, que junto a Francia es uno de los seis fundadores de la Unión, abandone el club comunitario.
Y no hay duda de que situará este asunto en el corazón de la campaña de los comicios previstos el próximo marzo en el que su formación, el Partido por la Libertad, figura en cabeza en los sondeos. “Queremos hacernos cargo de nuestro propio país, nuestra propia moneda, nuestras propias fronteras y con nuestra propia política de inmigración”, ha subrayado. Si logra convertirse en primer ministro, Holanda celebrará un referéndum.
EL VALOR DE LOS CIUDADANOS LIBRES
Seguir el ejemplo del Reino Unido es igualmente el deseo del líder de la euroescéptica Liga Norte italiana, Matteo Salvini, que ha saludado “el valor de los ciudadanos libres frente a las mentiras, las amenazas y los chantajes”. “Gracias Reino Unido, ahora nos toca a nosotros”, ha indicado.
La campaña que los partidarios de la permanencia en la UE han fraguado a base de advertencias sobre las nefastas consecuencias económicas que tendría abandonar el club de los 28, ha sido duramente criticada por el populista Partido Popular danés que, aprovechando la corriente que llega del otro lado del Canal de la Mancha, esgrime el referéndum como amenaza para negociar “una colaboración menos vinculante con la UE”. “Es formidable que los autores de esta campaña de intimidación hayan sufrido un revés”, ha señalado la formación.
En Alemania ha sido Frauke Petry, la portavoz de la ultraderechista Alternativa por Alemania, quien ha clamado por “una Europa de las patrias” porque, en su opinión, si la UE no deja de lado su experiencia “casi socialista” de integración, los europeos “recuperarán su soberanía como los británicos”.
El regreso a la soberanía nacional, el rechazo a la política económica de Bruselas y la negativa a ver un día a Turquía formar parte de la UE son los argumentos que defiende el presidente de la extrema derecha austriaca, Heinz Christian Strache, que ha pedido la dimisión del presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Junker, y del Parlamento Europeo, Martin Schulz, “por decencia y por respeto a un mejor futuro para Europa”.
El líder del Partido de la Libertad de Austria también amenaza con hacer del referéndum uno de sus objetivos políticos si nada cambia en las instituciones comunitarias. Europa es una gran idea, y no sólo un gran mercado, y a fuerza de haberlo olvidado esta idea se ha perdido”, ha reconocido con amargura el presidente François Hollande.
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