JORNADA HISTÓRICA EN LA CAPITAL CUBANA

Barras y estrellas en Cuba

La bandera de EEUU vuelve a ondear en la embajada en La Habana 54 años después

IDOYA NOAIN

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A principios de enero de 1961, cuando el presidente estadounidense Dwight Einserhower decidió cerrar la embajada de Washington en Cuba, un funcionario en La Habana mandó buscar a «los marines más grandes y feos» que se pudieran encontrar para arriar la bandera de las barras y estrellas.

Jim Tracy, Larry Morris y Mike East fueron los elegidos. Ayer, los tres volvieron a la legación diplomática y, ante la presencia entre otros del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y de una delegación enviada por el ministro de Asuntos Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, cumplieron su promesa de volver a hacer ondear la 'Old Glory' frente al malecón.

Eran las 10.37 horas en La Habana cuando los ahora septuagenarios pusieron una enseña estadounidense (no la retirada hace 54 años) en manos de otros tres marines, que la izaron.

Sonó el himno de EEUU. Kerry lanzó un visible suspiro. Y así se sumaba otro gesto al histórico restablecimiento de relaciones bilaterales que Barack Obama y Raúl Castro pactaron en diciembre tras «demasiados días de sacrificio y pena, de sospechas y miedo» y décadas «en el ámbar de las políticas de la guerra fría», según las palabras de Kerry.

«Sabemos que el camino hacia unas relaciones plenamente normales es largo, pero precisamente por ello tenemos que empezar en este mismo instante. No hay nada que temer», dijo el jefe de la diplomacia estadounidense hablando en español. Justo después, alabó a Obama y Castro por tomar «la valiente decisión de dejar de ser prisioneros de la historia y concentrarse en las oportunidades de hoy y mañana».

PRESENCIAS Y AUSENCIAS

Cada símbolo, gesto y palabra ayer y cada presencia y cada ausencia fueron preparados y estudiados al milímetro. Tres magníficos coches estadounidenses de los años 50 estaban estratégicamente aparcados tras la verja de la embajada. A 166 kilómetros de las costas de Florida leyó un poema hablando de los «lúcidos azules» de un «horizonte común» Richard Blanco, el poeta gay de raíces cubanas que intervino en la última toma de posesión de Obama.

Y aunque Kerry y la Administración se ganaron críticas de republicanos y miembros del exilio y la oposición por no haber invitado a disidentes a la ceremonia, las reclamaciones de esos grupos estuvieron presentes en las palabras del secretario de Estado.

«Seguimos convencidos de que lo mejor para el pueblo cubano sería una democracia genuina -dijo Kerry-, donde la gente es libre para elegir a sus líderes, expresar sus ideas, practicar su fe; donde se cumple más el compromiso con la justicia económica y social, donde las instituciones responden a quienes sirven y la sociedad civil es independiente y se le permite florecer».

Kerry y su homólogo cubano mantuvieron después una «extremadamente productiva y cordial» reunión y ofrecieron una rueda de prensa conjunta. Anunciaron el establecimiento de un comité bilateral, que mantendrá su primer encuentro a principios de septiembre y cuya meta será ayudar a regularizar conversaciones sobre temas concretos.

Como había recordado Kerry en la embajada, no obstante, «nadie se hace ilusiones de que la nueva relación vaya a ser fácil» y no conviene hacerse «expectativas irreales». La rueda de prensa evidenció que quedan muchos puntos de fricción, más allá del embargo (que Obama ha aliviado pero que no puede levantar sin el apoyo del Congreso) o de la promesa de no injerencia de Washington, que Kerry verbalizó en «el futuro de Cuba lo decidirán los cubanos».

LA DISIDENCIA

El titular de Exteriores de la isla aseguró ante los periodistas que La Habana está «dispuesta a hablar de todos los temas» pero recordó que los dos países tienen «conceptos diferentes de la soberanía, la democracia y los derechos humanos».

Rodríguez, además, no desaprovechó tampoco la ocasión para cuestionar al vecino del norte. «Cuba no es un lugar donde veas brutalidad policial, discriminación racial -dijo antes de hacer una crítica tan indirecta como cristalina a la prisión de Guantánamo-. No practicamos tortura».

Kerry, que por la tarde iba a verse con miembros de la disidencia en otro acto, admitió también que existen otros retos, como las diferentes reclamaciones económicas de las partes.

El jueves, en su 89 cumpleaños, Fidel Castro publicó una columna atribuyendo a EEUU una deuda de millones de dólares y nada está decidido todavía sobre las compensaciones que reclaman quienes vieron sus propiedades y negocios expropiados por la revolución.

Pero ayer era el día de dar un paso adelante y, según Kerry, «retirar viejas barreras y buscar nuevas posibilidades» entre «dos pueblos ya no enemigos ni rivales, sino vecinos».