Vía libre a los antiaéreos

Las obras de reurbanización de la empinada calle de Mühlberg comienzan el mes que viene y durarán 10 meses. Esta reforma, una reivindicación histórica, permitirá llegar en bus al mirador

Dos mujeres consultan los accesos a los antiaéreos.

Dos mujeres consultan los accesos a los antiaéreos.

LUIS BENAVIDES / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Uno de los accesos preferidos por locales y turistas para llegar a las baterías antiaéreas del Turó de la Rovira es la calle de Mühlberg, en el barrio del Carmel. La gran mayoría llega con los buses 24 y 92, con parada en la parte más baja de la calle, en la carretera del Carmel. Por delante tienen unos 200 metros de subida con apellido alemán -desde 1942, porque antes se llamaba Cristobal Licrán-, si quieren disfrutar de las consideradas mejores vistas panorámicas de la ciudad.

Para reformar el acceso a los antiaéreos, pero sobre todo para mejorar la calidad de vida de los vecinos, el Ayuntamiento ha puesto en marcha el proyecto de reurbanización de la calle Mühblerg. La empresa adjudicataria es Barcelona Infraestructuras Municipales,SA (BIMSA) y cuenta con un presupuesto de 2,18 millones de euros.  "La reforma de la calle de Mühlberg supone mejorar el acceso y la señalización de este lugar. Es una mejora esperada e importante para todo el entorno", subrayan fuentes municipales.

Las actuaciones en este punto del Carmel incluyen ampliar las aceras, soterrar los servicios (electricidad y telefonía), ordenar las plazas de aparcamiento y ensanchar la parte final para permitir que el autobús pueda subir y bajar.

MÁS ESPACIO PEATONAL

Las obras comenzarán en octubre y tendrán una duración de 10 meses. "Esperamos que esta vez sea la definitiva, porque se ha aplazado en varias ocasiones. Aquí hay mucha gente mayor y necesitamos que el bus llegue hasta el final", explica Amelia Gil, una jubilada que lleva en la calle desde los 26 años. "Cuando llegué al barrio esto era un camino de cabras y nadie se acordaba de nosotros", añade.

El proyecto incluye la colocación de nuevos árboles y mobiliario urbano en el lado izquierdo de la calzada, según se sube. "Aunque la calle ganará mucho con esta reforma, la falta de espacio para aparcar divide a los vecinos que no tienen otra alternativa en el barrio", explica Manolo Olmo, propietario del mítico Bar Las Delicias (Mühlberg, 1), en referencia a las motos y coches que ahora se amontonan junto a la calzada.

"Siempre hemos tenido clientes, pero la moda de los antiaéreos nos beneficia", reconoce Olmo, al frente de un establecimiento con más de 40 años de historia. En este sentido, los vecinos, aquellos que sufren en sus piernas este desnivel cada día, sospechan que la reurbanización llega más por el éxito del espacio museizado que por sus históricas demandas. Algo parecido pasó con  el otro acceso, en la calle de Marià Lavèrnia, actualmente cercada por las obras.

CALLE SIN TIENDAS

El proyecto mantiene separadas la calzada y la acera excepto en la parte final, donde se creará una pequeña plaza  que permitirá girar a los vehículos, y en la parte inicial, frente al Bar Las Delicias, para facilitar la conexión con los jardines de Juan Ponce.

Finalizada la actuación, la calle de Mühlberg quedará integrada en el itinerario del parque de los Tres Turons. "Esta reforma llega tarde porque ya hace mucho tiempo que en los bajos de las viviendas solo quedan almacenes. Aparte del quiosco y la panadería, no tenemos ni una sola tienda y tenemos que bajar hasta la calle de Llobregós para hacer la compra", explica Ángeles Navarro, una jubilada  que considera que el bus puede darle mucha vida a la calle.