Alejandra Silva

La 'morriña' de Gere

La novia gallega del actor, inmersa en un divorcio millonario, se estrena en el ruedo del corazón: les separa la distancia, dice, pero les une la solidaridad y el budismo.

La prueba de cargo del romance: la primera imagen de la pareja, tomada en verano en el festival de cine de Taormina.

La prueba de cargo del romance: la primera imagen de la pareja, tomada en verano en el festival de cine de Taormina.

MARTA ALTARRIBA

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Ha conseguido preservar su intimidad durante casi un año y medio y continuar siendo una perfecta desconocida durante todo este tiempo. Pero finalmente se ha decidido a dar un paso al frente a cambio de un generoso talón que asegura que destinará a las causas filantrópicas a las que dedica buena parte de su vida desde que la comparte con Richard Gere. Ella es Alejandra Silva, una madrileña con sangre gallega de 32 años (34 menos que el actor) que ha conquistado el corazón de Gere y que esta semana se ha estrenado en un photocall para una conocida firma de perfumes. Y ha sido allí donde ha hablado por primera vez de su relación.

Aunque se había dicho que los presentaron unos amigos comunes en el verano del 2014, durante unas vacaciones en Italia, Alejandra ha asegurado que su relación comenzó como una amistad hace ya 15 años. No fue hasta el pasado junio (llevaban juntos ya un año) cuando la pareja fue sorprendida por primera vez durante unas vacaciones en Sicilia. Poco después, ella ya ejercía de novia de durante la cena homenaje a Gere que se celebró en el Festival de Cine de Taormina. Aunque se esperaba que la presentación oficial tuviera lugar hace unas semanas en la fiesta que Porcelanosa ofreció en Nueva York, ella excusó su asistencia, dicen que quizá para que no se viera mermada así la cantidad que tenía previsto ingresar por su primera aparición en España.

Hija de un empresario gallego, Ignacio Silva, que también ejerció de vicepresidente del Real Madrid bajo el mandato de Lorenzo Sanz -en aquella época ella mantuvo un romance con el lateral brasileño del club Roberto Carlos-, Alejandra se educó en prestigiosos colegios, como el internado Leweston School en Kent (Reino Unido) o el Mater Salvatoris de Aravaca (Madrid). Aunque asegura que nunca ha dejado de creer en el amor ni en el matrimonio, Alejandra se encuentra inmersa en un complicado divorcio que se prevé largo y peliagudo.

Fortuna de 670 millones

Govind Friedland, su todavía marido y padre de su hijo, Albertiño, de 3 años, es un magnate canadiense dedicado a la minería. La fortuna que se estarían repartiendo alcanzaría los 670 millones de euros. Suficientes razones como para actuar con la cautela que hasta la fecha ha guiado sus pasos. De momento, ella sigue utilizando su nombre de casada, Alejandra Silva Friedland, en las redes sociales, donde, fiel a su principio de discreción, mantiene las cuentas protegidas, de tal manera que solo tiene 27 seguidores en Twitter y 547 en Instagram. «Española gallega. Feliz y orgullosa madre de Albertiño», se define a sí misma.

Y es que antes de renunciar al apellido Friedland quedan muchos detalles por pulir, como la gestión que lleva a medias con su todavía marido del lujoso hotel Villa Treville, en la preciosa costa amalfitana de Positano (Italia), que fue propiedad del director de cine Franco Zeffirelli. Complejo es también el divorcio de Gere con su segunda mujer, la actriz Carey Lowell, con la que estuvo casado 11 años y con quien tiene un hijo en común, Homer (15).

Al lado del actor, Alejandra se ha implicado en los proyectos humanitarios que él lleva a cabo desde The Gere Foundation, especialmente en los destinados «a las personas más desfavorecidas y sin techo», un tema que trata la última película que ha rodado el actor, Time out of mind, así como en la organización de cursos de meditación y viajes espirituales para conocer al dalái-lama, a quien une una especial amistad con Richard Gere.

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