Júlia Catot: "Si medicina y deporte cooperasen sería un éxito"

Desde tercero de Primaria, Júlia Catot (Monistrol de Calders, 1993) compartió aula con Maria, una alumna con síndrome de Down que, por edad, debía haber ido a un curso superior, pero aquella pequeña escuela supo adaptarse a sus necesidades procurándole un lugar en un nivel más asumible para ella. Así, Júlia creció integrando en su sensibilidad la viabilidad de la inclusión de quienes necesitan más tiempo para sus éxitos. «Hubo siempre mucha cohesión de todo el grupo con Maria», dice. Y ella desde entonces sintió ganas de llevar esa integración al mundo del deporte. Y lo está haciendo.

—¿Por qué hacerlo desde el deporte? Es mi medio natural, de pequeña ya era una todoterreno a nivel deportivo. He competido como futbolista federada con el Moià y el Vic, hasta finales de la carrera –INEF– pero el alto rendimiento nunca me llamó. Prefiero dedicarme al deporte allí donde aporte una ayuda a colectivos que precisan adaptar el juego a sus capacidades y limitaciones.

—¿Se presta nuestra sociedad a ello? Hay ya algunas pinceladas. El Institut Guttmann, por ejemplo, realiza cursos sobre adaptación de deportes a determinadas limitaciones y ya se hace prescripción de entrenos en función de ciertas afectaciones.

—¿Ha participado en algo de ello? Hice prácticas en un CAP de Vic con personas con dos o más patologías que derivan a técnicos de Ciencias de la Actividad Física.

—¿Hay evidencia de que el deporte cure? Hay estudios que lo muestran. Todo el mundo parece conocer los beneficios del deporte y los hábitos saludables, pero hay que romper la barrera entre la medicina e INEF. Si medicina y deporte cooperasen sería un éxito, y mi objetivo, personal y deportivo, es poder prescribir ejercicio físico dentro del ámbito sanitario. Creo en el medicamento y no desvirtúo la ciencia, pero creo en una ciencia conjunta, tratamientos farmacológicos con una vida activa. Cuidando alimentación y con ejercicio físico los beneficios son más.

—¿Cuál es su experiencia con ese primer equipo de fútbol femenino con personas que conviven con la parálisis cerebral? Los cambios se ven enseguida. Las jugadoras –son 12, de 10 a 55 años–, aplicándose en la dinámica del juego desconectan de sus limitaciones. El deporte las reta a superarse y el punto de competición es un incentivo para ellas. La parálisis cerebral afecta de manera muy diversa y ellas son conscientes de esas diferencias individuales y se ayudan. La cooperación y la empatía son tan claves como la propia superación. Son muy maduras. Las entreno igual que si lo hiciera a un equipo convencional, solo que lo adapto todo a sus límites.

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—Según la Confederación de entidades de atención a la parálisis cerebral de toda España (www.aspace.org), hay unas 120.000 personas con parálisis cerebral a nivel estatal. ¿Cómo resume esta afectación? Es una lesión en el cerebro, en el sistema nervioso central, que afecta a nivel de coordinación, tono y forma muscular. No hay dos casos iguales y hay quien tiene otros trastornos asociados. La adaptación individual al entreno trata de fortalecer capacidades y trabajar limitaciones. Todos tenemos limitaciones y capacidades, la palabra discapacitado la usamos muy a la ligera, debemos romper barreras y prejuicios.

—Del 5 al 17 de agosto, Sant Cugat acogerá los World Games para deportistas con parálisis cerebral (www.cpworldgames.com), para los que reclutan voluntarios. De momento tenemos unos 70 y necesitamos unos 300 (inscripciones en www.fecpc.cat). Esperamos a mil deportistas de más de 40 países que competirán en taekwondo; tenis de mesa; atletismo, 'race running', natación, boccia y fútbol. A nuestro equipo femenino de fútbol estos juegos le brindan su primera oportunidad de competir. Y entrenamos con la idea de poder participar.