El TTIP divide al Parlamento europeo

El 28 de mayo se decide en comisión la posición sobre el acuerdo comercial entre la UE y EEUU

SONIA GUTIÉRREZ / BRUSELAS

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La polémica negociación de la Asociación Transatlántica sobre Comercio e Inversión entre la Unión Europea Estados Unidos (TTIP, por sus siglas en inglés) -un tratado de libre comercio que ha despertado fuertes críticas por sus posibles efectos sobre los derechos de los ciudadanos-- entra en una fase clave.

Casi dos años después de que la Comisión Europea (CE) y EEUU iniciaran las negociaciones, en mayo del 2013, el Parlamento Europeo prepara una resolución en la que dará a conocer su postura. El debate es intenso, ya que hay opiniones totalmente opuestas. Los partidarios de la que sería la mayor zona de libre comercio del mundo destacan sus beneficios económicos, especialmente para las pymes. Los detractores sostienen que se anteponen los intereses de las multinacionales a los de los ciudadanos.

El Parlamento Europeo no interviene en las negociaciones, pero tiene un papel fundamental, ya que es necesaria su aprobación para que el TTIP salga adelante. Por eso, la resolución que preparan los eurodiputados será una importante señal a los negociadores. No será vinculante, pero no hacer caso a estas recomendaciones es exponerse a que el Parlamento tumbe el acuerdo final.

«Tenemos la potestad de juzgar el acuerdo comercial y nos tomamos muy en serio esa responsabilidad», dijo el eurodiputado socialdemócrata alemán Bernd Lange, en un seminario en Bruselas sobre el TTIP el pasado miércoles. Lange es el ponente de la Comisión de Comercio Internacional que presentará el informe principal, pero antes han emitido su opinión otras 13 comisiones (Empleo, Medioambiente y Protección al consumidor, entre otras).

Lange tiene la misión de recoger todas sus preocupaciones. Una misión difícil, ya que se han presentado más de 900 enmiendas al proyecto de resolución. El 28 de mayo se votará en comisión, y será llevado al pleno del Parlamento Europeo el 9 o 10 de junio.

Los conservadores son más favorables que las izquierdas. «Nos gustaría un acuerdo comercial que tuviera efectos positivos y fuera aceptado por ambas partes», dijo Godelieve Quisthoudt-Rowohl, eurodiputada del Partido Popular Europeo (grupo mayoritario, con 219 de los 751 diputados del Parlamento). Los socialdemócratas (segundo grupo, con 190 diputados) están a favor, con cautelas. «Tenemos que ver la letra pequeña, vamos a estar muy atentos», afirmó la socialista española Inmaculada Rodríguez-Piñero. Los principales puntos calientes del TTIP son los siguientes:

ARBITRAJE

Tribunales arbitrales en vez de jueces

El acuerdo prevé un mecanismo de resolución de conflictos llamado ISDS, por el que las empresas que vean amenazadas sus inversiones podrán llevar a los gobiernos a un tribunal privado de arbitraje, en lugar de a los jueces ordinarios, lo que según los críticos favorecerá a las corporaciones. «Si ambas partes disponen de tribunales, hay que recurrir a ellos primero», destacó Jan Philipp Albrecht, eurodiputado de Los Verdes y miembro de la Comisión de Libertades Civiles. «Si queremos proteger las inversiones, necesitamos el ISDS», opinó en cambio Dita Charanzová, de los liberales ALDE y miembro de la Comisión de Mercado Interior. Ante la polémica, la comisaria Cecilia Malmström presentó una propuesta light de ISDS, recibida por Lange como un intento de avanzar en un tema encallado, pero que Rodríguez-Piñero considera «insuficiente».

ALIMENTACIÓN

Los estándares de protección

El TTIP trabaja sobre la base de la cooperación reguladora: armonizar las normativas para reducir los costes de exportación. El riesgo es que esta armonización sea a la baja, lo que dispara las alarmas en el ámbito agroalimentario, ya que podría permitir la entrada de productos elaborados con métodos prohibidos en la UE, como los transgénicos. Ignacio García Berero, el negociador jefe de la UE, no se cansa de repetir que no se rebajarán los estándares, pero no convence a todos. «La protección de los consumidores no puede definirse como un obstáculo al libre comercio. La Comisión Europea a menudo contesta que no tiene intención de hacerlo, pero cada vez que envían un texto veo que hay margen de interpretación», afirmó el socialdemócrata Dietmar Köster, de la Comisión de Asuntos Jurídicos.

EMPLEO

La protección de los derechos laborales

Algunos eurodiputados alertan de otras amenazas en el ámbito laboral. EEUU no ha ratificado varias normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo que para Marian Harkin, eurodiputada de ALDE y miembro de la Comisión de Empleo, es un problema: «Corremos el riesgo de que se socaven los derechos de los trabajadores».

NORMAS SOCIALES

Servicios públicos y protección de datos

Tampoco es menor el debate que se está produciendo sobre los servicios públicos como la sanidad y la educación (algunos ven abierto el camino a la privatización) y de la protección de datos, teniendo en cuenta de que el 60% de los servicios de internet en Europa provienen de EEUU. Si el TTIP despierta tanta controversia es porque va más allá de la actividad comercial, explican sus detractores. Lo resumió el eurodiputado de Los Verdes Yannick Jadot: «No es una negociación sobre el libre comercio, sino sobre un espacio democrático, ciudadano. Cómo proteger la salud, los servicios públicos... eso es lo que está en juego», advirtió.