EL FUTURO DE LA ECONOMÍA

El fin de una era para la economía de Estados Unidos

La Reserva Federal pone fin a su política de emergencia contra la crisis

La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen.

La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen. / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La barra libre de dinero barato en Estados Unidos ha finalizado. La decisión de la Reserva Federal de subir por primera vez en casi una década los tipos de interés supone en la práctica dar por cerrada su respuesta de emergencia a la gran crisis de los últimos años. Con su intento de normalizar gradualmente la política monetaria de EEUU, que vuelve a acercarse al pleno empleo y tiene la inflación controlada (los dos ámbitos que definen el mandato de la Fed), se acaba una época de estímulos masivos para reanimar la economía y se abre un período incierto de transición. Como recuerdan los historiadores, la primera economía del mundo no salía de una época prolongada de tipos muy bajos desde 1947, dos años después del final de la segunda guerra mundial.

Cuando la burbuja inmobiliaria empezó a pincharse en el 2007, revelando el endeudamiento suicida de las entidades financieras y la miopía de una Fed que no supo prever la catástrofe, el tipo de interés de referencia estaban ligeramente por encima del 5%. Ben Bernanke llevaba poco más de un año al frente del banco central tras reemplazar a Alan Greenspan, cuyo rechazo a controlar la “exuberancia irracional” de los mercados y su apuesta por rebajar los tipos al 1% en el 2003 sentó las bases de la burbuja especulativa que reventó con la quiebra de Lehman Brothers en septiembre del 2008. En medio del pánico, Bernanke bajó dos meses después los tipos a una horquilla de entre el 0% y el 0,25%. Quería impedir que la recesión en curso se convirtiera en una reedición de la Gran Depresión de los años treinta, a la que el académico judío de Princeton había dedicado buena parte de su carrera.

EXPERIMENTOS

Así empezaron los experimentos de la Fed para estimular la economía. No solo jugó con el precio del dinero. También inyectó chorros de liquidez en el sistema con tres rondas de expansión cuantitativa (Quantitative Easing), una medida que consiste en comprarle a la banca activos como bonos soberanos o cédulas hipotecarias. En total, casi 4,5 billones de dólares. Aquel programa se acabó en octubre del año pasado y ahora termina la era de los tipos en mínimos históricos. El propio Bernanke ha reconocido que nunca pensó que duraría tanto. “Fuimos excesivamente optimistas sobre el ritmo de crecimiento porque no llegamos a anticipar que la productividad crecería tan lentamente como lo ha hecho”, le ha contado esta semana a Market Watch.

La magia blanca de la Fed no ha bastado para que la recuperación sea boyante, pero tampoco se han cumplido las predicciones más catastrofistas de sus críticos, que auguraban la devaluación del dólar y un aumento significativo de la inflación. La realidad es algo más sosa. El crecimiento ronda el 2,5% anual y el paro ha caído al 5% de la población activa, la mitad de lo que había en el 2009. La inflación se mantiene baja, pero su trayectoria es ascendente pese a los precios pírricos del petróleo y la fortaleza del dólar. Todos esos factores han llevado a Janet Yellen, la economista de 69 años que reemplazó a Bernanke en el 2014, a señalar que la economía de EEUU está lista para caminar sin el dopaje de la Fed.

En términos prácticos, la subida de los tipos se trasladará a todos los ámbitos de la vida económica. Se encarecerán todo tipo de préstamos, desde las hipotecas a las tarjetas de plástico o los créditos para comprar un coche. Yellen es conciente de que otros bancos centrales, desde el europeo, al canadiense o el israelí, tuvieron que rectificar tras subir antes de tiempo los tipos. Pero parece preocuparle más el riesgo de las burbujas incipientes que el dinero barato ha ayudado a crear. Sea en los bonos de alto riesgo (“basura”) o en algunos sectores inmobiliarios. Para los inversores, los estímulos de la Fed han sido un milagro. Las bolsas en EEUU se han asomado al cielo durante los últimos siete años. “Los tipos tan bajos han hecho que invertir en bolsa fuera prácticamente la única opción atractiva porque no te daban nada por un depósito en el banco”, afirma el profesor de la EAE Business School, Alexandre Muns.

Para evitar sobresaltos, Yellen viene anunciando que los tipos subirán solo de forma muy gradual y en función de la trayectoria de la economía. Así se ha confirmado con este primer incremento de tan solo 0,25 puntos porcentuales. “Si es una subida muy gradual y lenta no debería tener un gran impacto en el mundo”, opina Muns. “Aun así se revalorizarán los activos en dólares y es posible que los países emergentes con una mala situación macroeconómica sufran por la salida del capital extranjero”. Para la Unión Europea debería ser “positivo” porque la apreciación del dólar “favorecerá a las exportadores europeos y contribuirá a la recuperación”.