La presión fiscal en España aumentó el año pasado el doble que en la OCDE

El peso de la recaudación tributaria sobre el conjunto de la economía se situó en el 33,2%, cinco décimas más que en el 2013

Oficina de la Agencia Tributaria en Barcelona, en mayo pasado.

Oficina de la Agencia Tributaria en Barcelona, en mayo pasado.

AGUSTÍ SALA / BARCELONA

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La presión fiscal en España experimentó el año pasado un aumento de cinco décimas, hasta situarse en el 33,2% del producto interior bruto (PIB), frente al incremento del 0,2% registrado en el conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los países más industrializados del mundo, y que se situó en el 34,4%.

Esta evolución refleja un aumento de peso de la recaudación fiscal sobre el conjunto de la riqueza del país y significa un incremento que duplica al registrado por los países más industrializados. No obstante, desde el año 2000 se ha observado un descenso acumulado de dos décimas de la presión fiscal en España, que se situaba entonces en el 33,4%, frente al 34,2% de la media de la OCDE.

En esta aplicación de la OCDE se puede comparar el poeso de los ingresos fiscales por países y el de cada uno de los tipos de impuestos

En este periodo, la presión fiscal en España alcanzó su nivel más alto en el 2007,  el último ejercicio antes de estallar la crisis. Ese año llegó al 36,5% del PIB, frente al 34,1% de media de la OCDE.

Por contra, entre el 2000 y el 2014, el año con la presioón fiscal más baja fue el 2009, cuando se situó en el 29,8% del PIB, frente al 32,7% de la OCDE.

MAYOR PESO

El país de la OCDE con mayor presión fiscal en el 2013 fue Dinamarca (47,6%) y el que registraba menor carga impositiva en relación al PIB fue México (19,7%).

En cuanto a la estructura impositiva en España, la OCDE señala que el 35% de la recaudación en el país procede de las contribuciones a la Seguridad Social, el décimo mayor porcentaje entre los 34 países de la OCDE, hasta un total de 118.486 millones de euros.

Por su parte, la recaudación por impuestos a la renta, plusvalías y beneficios ascendió a 100.850 millones de euros, lo que representa el 29% del total y sitúa a España en el puesto 22 de la OCDE en este apartado.

En cuanto a los impuestos que gravan bienes y servicios, la recaudación fue de 96.392 millones, el 28%, lo que coloca a España en el puesto 24 de la OCDE.

En referencia al informe, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha afirmado que ningún país europeo ha vivido una crisis fiscal tan acusada como la que ha atravesado España durante la etapa de recesión. Recuerda que las arcas públicas pasaron de registrar superávit en el 2007 a un déficit del 11% del PIB en el año 2009.

"En España los dos primeros años de crisis se perdieron 70.000 millones de euros (de ingresos fiscales), algo que no ha ocurrido en ningún país desarrollado de nuestro entorno", ha destacado. Para Montoro, la presión fiscal en España debe estar entre el 38% y el 39%, a pesar de que en países del entorno está "ocho o diez" puntos por encima.

MENOS CARGA PARA LAS EMPRESAS

Por otra parte, otros datos de la OCDE revelan que durante la crisis, la carga fiscal para las empresas se redujo mientras que aumentó para los individuos y las familias en el conjuntop de países de la organización.

En concreto, la presión fiscal de las empresas ha pasado de suponer el 3,6% del PIB al 2,8% entre los años 2007 y 2014, mientras que los individuos del conjunto de países de la OCDE han pasado a soportar una carga del 8,8% del PIB al 8,9% durante estos siete años. Según la organización, "la gran mayoría de las subidas de impuestos durante la crisis recayeron sobre los individuos, a través de mayores contribuciones a la Seguridad Social, o los impuestos sobre el valor añadido (IVA) o de la renta (IRPF)". 

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