Prácticas financieras cuestionadas

Las otras preferentes

Una protesta de compradores de preferentes de Eroski, el pasado febrero en Vitoria, que se consideran engañados.

Una protesta de compradores de preferentes de Eroski, el pasado febrero en Vitoria, que se consideran engañados.

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS
BARCELONA

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Hasta hoy, que vence el plazo, un gran número de clientes de entidades financieras se han estado planteando si aceptan la oferta de recompra de las participaciones preferentes emitidas por Repsol en el 2001 por un importe de 3.000 millones de euros, venderlas en el mercado con pérdidas, o acudir a los tribunales para reclamar el dinero que invirtieron en ese producto financiero. La compañía les propone ahora recobrar un 50% en efectivo, y el otro 50% en 10 años a través de obligaciones convertibles con un interés del 3,5%. Un gran número de los tenedores de esas otras preferentes vendidas por el BBVA y la Caixa han optado por el canje, pero no todos: muchos clientes no quieren verse atrapados 10 años, sobre todo si necesitan sus ahorros, y han preferido acudir al juzgado, explican diferentes abogados que han presentado demandas.

El caso de Repsol no es único. Telefónica, SOS Cuétara (Deóleo), Eroski, Endesa o Meliá han comercializado participaciones preferentes recientemente con resultados diferentes, pero, en términos generales, coincidentes en que los clientes han salido malparados. O bien no han podido recuperar toda su inversión, o bien se han visto atrapados en productos complejos por más tiempo del deseado, pese a que se vendieron -también en estos casos- como si fueran productos sin riesgo y a personas que no tenían el perfil adecuado. O al menos así lo alegan ellos. «Esa es la razón por la que las demandas que se han interpuesto se han saldado a favor de los clientes o la entidad financiera ha preferido pactar la devolución con el cliente antes de que resuelva el juez», explica Arcadi Sala-Planell, del bufete BBS Abogados, que se ha especializado en litigar contra el sector bancario por malas prácticas.

CONTRASTE / El punto de vista no es unánime, puesto que todo depende de la situación en la que se encuentre cada tenedor de preferentes. «Antes de que Repsol propusiera la oferta de recompra, presentamos varias demandas que se han saldado a favor de nuestros clientes», comenta Óscar Serrano, abogado del Col·lectiu Ronda, que ha presentado más de 600 querellas por preferentes. «La oferta de Repsol no está mal. El 50% en efectivo ahora, con un descuento del 2,5%, y el resto, en obligaciones a 10 años con una rentabilidad del 3,5%. Si no se necesita ese dinero es una buena propuesta de ahorro», reconoce.

Telefónica realizó una oferta similar el pasado año, lo que permitió que se pararan las demandas contra las entidades comercializadoras, los bancos que las colocaron. «Lo han hecho con mucha opacidad», considera Sala-Planell, que en nombre de Esteve Planas ha presentado una demanda contra el Santander por el sistema de venta de las participaciones preferentes de SOS Cuétara (Deoleo). En el 2006, Planas dispuso de 100.000 euros por la venta de un piso heredado. «La directora de nuestra oficina nos propuso comprar participaciones preferentes que 'ofrecían una buena rentabilidad y una inmediata liquidez a través del mercado secundario', nos dijo, y confiamos en ese consejo».

Esas preferentes tenían un cupón del 3,73% que dejaron de cobrar los tenedores en junio del 2009 -«sin ningún tipo de información por parte del banco», asevera Planas-. Fue en ese momento cuando le quedó claro que no podría venderlas en ese mercado secundario, al tratarse de un producto sin liquidez y que debería esperar 47 años para poder realizar su conversión.

Un año más tarde la directora de la sucursal le comunicó que se había producido una ventana de liquidez y que podría venderlas, pero con un descuento del 63,19%, lo que suponía que de los 100.000 euros iniciales podría recuperar 36.812 euros. La otra opción era esperar los 46 años. «No tuvimos mas remedio que vender».

El caso de Planas no es mucho mejor que el de tenedores de preferentes de Catalunya Banc que tendrán que canjear con un descuento del 66,5%. Pero se agrava con la contratación de otro producto similar. La directora de su oficina le colocó, explica, ademásvalores Santander-obligaciones convertibles en acciones que el banco emitió para hacer frente a la compra ABN Amro-, un producto financiero poco apto para ahorradores particulares. El valor de canje se fijó en el momento de la emisión, cuando las acciones del banco casi triplicaban el valor de los títulos en el momento del canje. El resultado para Planas, como para todos los tomadores de esos valores, fue nefasto: perdió el 60% de la inversión. Como en la mayoría de los casos que han acabado en el juzgados, se dirime si el cliente tenía conocimiento suficiente del producto. «Los jueces no están siendo demasiado contemplativos con los bancos, y muchas sentencias se están resolviendo a favor de los clientes», cuenta Sala-Planell.

A PERPETUIDAD / Eroski y Fagor lanzaron desde el 2002 sucesivas emisiones deaportaciones financieras subordinadasque varios bancos y cajas colocaron sin dificultad. Sumaron más de 600 millones, con los que, entre otras cosas, compraron Caprabo. El éxito de la operación fue indudable para Eroski, que vio cómo las peticiones superaban a la oferta inicial. Se calcula que hay más de 40.000 familias con una participación media de unos 20.000 euros. El problema es que estos instrumentos financieros están contratados a perpetuidad. Es decir, solo se podrán amortizar si así lo desea el emisor. Y esa idea no está sobre la mesa del grupo.