EMPRESA EN PLENO CRECIMIENTO

Baile con envoltura digital

u!dance es un proyecto empresarial que en su primer año de vida ha atraído a 1.200 alumnos a la salsa y el baile de salón Ahora prepara su expansión en Madrid, Londres y Nueva York

Bailando 8 Los fundadores -en el centro- y el equipo de gestión.

Bailando 8 Los fundadores -en el centro- y el equipo de gestión.

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS
BARCELONA

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Hacía falta quien conociera el entorno de las escuelas de baile (Jonatan Arroyo, 28 años, licenciado por la UB y con experiencia en consultoría). Le convenía al proyecto un experto en desarrollo del software (Oriol Segundo, 30 años, ingeniero informático por la UPC). Quien reuniera experiencia y conocimientos en el ámbito del emprendimiento digital (Roger Gutiérrez, 29 años, economista y máster en dirección financiera). Y, finalmente quien pudiera movilizar los recursos financieros y llevar a cabo la dirección global del proyecto (Aniol Brosa, 28 años, economista y máster por la Universidad de Cambridge).

Los cuatro tienen un vínculo territorial: son de Olot y se conocen desde el instituto. Y un proyecto profesional común: fundadores de u!dance, una cadena de escuelas de baile que se mira de reojo en el espejo de los gimnasios DiR. Aunque este reflejo proyecta una imagen tecnológicamente más sofisticada, que usa internet y su red de relaciones sociales para desarrollar un negocio que ya en su primer año de funcionamiento anticipa resultados contundentes. Se puso en marcha en noviembre del 2012, con lo que justo acaba de cumplir su primer ejercicio de actividad. «Hemos pasado de cero a 1.000 alumnos en este primer año», explica Brosa. De hecho, son 1.200, aunque a lo largo del ejercicio han pasado 1.500 personas por sus clases. Suma una facturación de 350.000 euros, un resultado bruto positivo y una plantilla que ha pasado de cuatro a 22 personas en este corto espacio de tiempo.

«Había una gran oportunidad derivada de la falta de profesionalidad del sector», explica Arroyo -padre de la idea inicial-. «Y se podía mejorar de forma muy positiva. Es un sector divertido y dinámico, en el que la gente está para conocer gente, interactúan muchísimo y tienen ganas de hacer cosas».

Eso sí, había que crear la plataforma tecnológica adecuada para que los alumnos pudieran gestionar su interés por el baile y hacerlo de una manera «escalable» -dice Brosa-, es decir, convertirlo en una gran empresa. En Barcelona se producen unas 70.000 búsquedas en internet con el motivo bailar salsa. En Madrid son 150.000. «Ese hecho pone de manifiesto una gran demanda potencial que había que canalizar. Y eso es lo que hemos intentado», cuenta Gutiérrez.

La primera etapa del negocio se puso en marcha con una inversión de 200.000 euros. En ella contaron con la participación de inversores privados. Ahora abren una nueva ronda de financiación (500.000 euros, casi ya comprometidos) para llegar a Madrid, Londres y Nueva York. «Nos planteamos comprar escuelas porque queremos que el proyecto crezca rápido», dice Brosa.