Mónica López: «Según te comportas en el barrio, lo haces fuera»

En uno de los poquísimos reductos habitables de la montaña de Montjuïc, Mónica López repasa sus guiones. En la hamaca que se mece en su terraza, disfruta de sus libros y de la jardinería que aviva los colores de una azotea privilegiada de la ciudad, con vistas para entretener la mirada en un horizonte de final lejano.

Cuando el cielo se abre para descargar, la tormenta se hace espectáculo. «Apago todas las luces y dejo que los rayos iluminen la casa», dice. La actriz sabe alimentarse de momentos así, de silencios y de melodías de pajarillos, de luces y calmas de barrio que solo sus horarios de escena le permiten.

El perfil de Barcelona

Desde su ático, le sigue el perfil y las medidas a una Barcelona que, al tiempo que levanta pequeños rascacielos junto al mar, borra rasgos de fuerte personalidad en algunas de sus barriadas. «Ya no puedo pasear por el barrio de la Font de la Guatlla», lamenta.

Lo dice por el gran solar, a los pies de su casa, donde hasta hace poco, había singulares casitas de gente trabajadora, aquellos que llegaron para construir esta ciudad, la mano de obra de sus fábricas. El camión de los escombros se llevó con ellas un trocito del pasado barcelonés. «Un ficus, una higuera y un limonero también se fueron con él», señala.

Ahora, son las buganvillas las que hablan aún de un barrio construido a mano y decorado, humildemente, con naturalidad. «Creo que es una equivocación pensar en una ciudad más para turistas que para los propios vecinos. El estilo personal de algunos barrios tienen todavía más interés, también para el turismo. En el barrio de La Boca de Buenos Aires lo hicieron muy bien. Me duele porque si los que deciden vivieran en barrios más populares, tal vez no se hubiera hecho así», opina Mónica López.

Para ella, «el barrio no es solo donde vives. Desde él, miras el exterior y te comportas de una manera determinada. En el barrio te haces. Según te comportas en él, lo haces fuera», apunta alguien que lamenta no haber conocido más a sus vecinos. Compensa su empatía con los dueños de sus comercios más habituales, como la charcutería de Barragán Moltó. «De su hijo, Josep, he aprendido todo lo que yo sé de vinos», dice la actriz, que se encuentra estos días de gira con la obra teatral Escenas de matrimonio, junto a Francesc Orella.