ENTREVISTA CON LA Médica

Montse Vilalta: "En la pública se participa más"

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ÓSCAR HERNÁNDEZ
BARCELONA

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Cuando habla de educación se entusiasma, aunque tiene muy claro que una cosa es su opinión como madre y otra la de los expertos. Montse Vilalta, médica que trabaja en el Servei Català de la Salut, tiene dos hijas de 17 y 12 años y un hijo de 11. Por ello lleva desde 1996 implicada primero en la asociación de madres y padres de alumnos (AMPA) de la escuela pública La Sedeta, luego en el instituto del mismo nombre y ahora en el Consell Escolar de Gràcia, donde espera renovar su puesto si la apoyan el resto de escuelas e institutos.

—¿Por qué hay que colaborar con las asociaciones de padres?

— Porque se trata de la educación de los hijos y ellos mismos serán más participativos en un futuro si ven el ejemplo de sus padres. Además, hay muchas formas de hacerlo; ayudar en las fiestas del centro, asistir a las reuniones, participar en las comisiones... Es algo que enriquece a los demás y a uno mismo. Y muchas veces solo supone ir a una reunión cada dos meses.

—¿Quién tiene más responsabilidad los padres o la escuela?

— Cada uno en el ámbito que le corresponde. La urbanidad, el saber estar, por ejemplo, es en un 70% responsabilidad de la familia, mientras que la mayor parte de los conocimientos los transmite la escuela. Pero es una cuestión de corresponsabilidad. Educamos ciudadanos y eso tiene que ser una suma de todo.

—Hay padres que se ven perdidos...

— Es que la sociedad va muy deprisa, sobre todo por la tecnología. Y las familias también han cambiado. Hay quien piensa que tenemos que ser amigos de nuestros hijos, y yo no lo veo así. Yo soy madre, antes que amiga. Ahora, el concepto de autoridad es distinto. Cuando éramos niños solo teníamos un canal de televisión y las normas eran muy estrictas. ¡Hasta teníamos la asignatura de Urbanidad! Ahora hay otro contexto. El de la autoridad, sí, pero también el de la negociación. Los hijos deben saber que hay que hacer cosas porque toca, pero otras se pueden negociar.

—La eterna duda, ¿pública o concertada?

— Cada uno que elija lo que quiera, aunque yo he optado por la pública porque creo que funciona bien, Además, tiene el valor añadido de que los padres pueden participar de forma más directa en la gestión.

—Y encima la pública es gratis.

—Lo de la gratuidad no se ha cumplido. Se dijo en 1996 que los libros serían gratuitos, y no ha sido así, aunque algunas escuelas hemos promovido la socialización. Ahora, por ejemplo, he pagado 180 euros por el ordenador de mi hija y los libros digitales del instituto. Y luego están el comedor, las salidas complementarias, en las que los chicos no van de excursión a pasarlo bien, sino a realizar una actividad formativa...

—Ahora viene la semana blanca.

— Ahí nadie se pone de acuerdo. Todos dicen cosas a favor y en contra. Cuando se discutió el calendario escolar se tenía que haber hablado de eso y no se hizo. Ahora dicen que las asociaciones de padres tienen que buscar la solución. Pero no hay monitores para contratar porque están de exámenes en esa época del año. Al final lo pagaremos las familias.

—Usted sostiene que educación y enseñanza no es lo mismo.

— La educación es un concepto más amplio y es responsabilidad de toda la sociedad, mientras que la enseñanza es la transmisión de los conocimientos, como la lectura y la escritura, que se realiza mayoritariamente en los centros.