La ronda ciclista francesa

¿Y por qué no Valverde?

El ciclista murciano es ahora tercero de la general y Arrieta, su director, asegura que está preparado para luchar con Nibali Atacará de forma sosegada, con calor y en los Pirineos

Entrenamiento ligero  8 Valverde rueda con su compañero de Movistar Jon Izagirre ayer, día de descanso.

Entrenamiento ligero 8 Valverde rueda con su compañero de Movistar Jon Izagirre ayer, día de descanso.

SERGI
LÓPEZ-EGEA

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Hay quien cree que Alejandro Valverde siempre ha tenido un Tour en las piernas. «Su problema es que es tan bueno que las pocas veces que siente dolor muscular se viene abajo». La frase corresponde a Óscar Pereiro, vencedor de la ronda francesa del 2006, sorprendente para muchos pero real como la vida misma. «La cabeza... la cabeza. El sábado no iba bien y trató de seguir a Contador. El lunes, que andaba perfecto, prefirió no cebarse con Nibali». Habla Jesús Hoyos, médico del Movistar y casi psicólogo de Valverde.

A Valverde no se le ve preocupado en Besançon. Ha recibido la visita de Natalia, su mujer (de hecho dos Natalias, porque está embarazada) y de Pablo, el menor de sus hijos. «Nibali no es imbatible». Es la mejor frase que el ciclista murciano dice cuando atiende a la prensa, junto al camión mecánico de su equipo. Día de descanso, que no es lo mismo que piscina y picnic. Hay que rodar un par de horas en bici.

34 años tiene, que para otros corredores serían muchos, pero no para Valverde. En más de la mitad de los días de competición que lleva este año ha acabado entre los diez primeros. Casi 90 triunfos lo contemplan. Ocho ciclistas tiene entregados, porque él es el compañero que nunca se enfada, el chico mayor, el que apenas intercambia un hola y un adiós con Alberto Contador. El que antes era más amigo que ahora de Purito Rodríguez. El que falla muchas veces, es verdad, ¿pero por qué? «Mis errores se ven más que los de otros porque siempre estoy delante», afirma.

No ganará cada vez. Pero siempre está allí. Va al Tour y cuenta entre los favoritos. Acude a la Vuelta y hasta la gana, como en el 2009. «Mis sensaciones ahora son las mismas que cuando vencí en Madrid. Por eso, si puedo optar a algo más que al podio de París, no voy a renunciar. Atacaré pero con cabeza, no por qué sí».

Y así lleva desde el 2003, en montaña, en el llano y hasta en los esprints... hasta que tuvo tres hijos y se lo pensó dos veces. Ha sido el ciclista de la mala pata en el Tour. «Este año la mala suerte llegó en los adoquines. Me golpearon la bici por detrás. Me caí y aún así salve el día».

No le molesta -digamos que le gusta, y mucho- ser desde el lunes, con la caída de Contador, la referencia española en el Tour. «Y estamos preparados para ganar. No vamos a ir a amarrar solo el podio. Si podemos, por difícil que parezca, buscaremos una situación estratégica, el error de Nibali. Quedan los Alpes y los Pirineos. ¡Si esto no ha hecho más que empezar! Soy el director. Ya gané el Giro con Nairo Quintana. Y si puedo, si él puede, por supuesto, buscaremos el triunfo en París con Valverde». Y lo cuenta Arrieta, Arri, convencido de que el Movistar tiene cobertura suficiente en este Tour para llegar con una funda amarilla a los Campos Elíseos.

Así se lo dice a Valverde. «Ibas a por el podio, porque estaban Froome y Contador, y sabías que era muy difícil luchar con ellos. Pero ya no están y siempre creíste que podías pelear de tú a tú con Nibali». Y con esa psicología, Arrieta, que fue ciclista antes que técnico, que coincidió con Valverde, que no solo es director, sino amigo, pero que manda, y mucho, incentiva a su jefe de filas. «Teníamos a Beñat Intxausti y a Jesús Herrada enfermos. ¡Mecachis de mal tiempo! Pero se anuncia sol y calor. Y con buena temperatura mejorarán y podremos actuar en la montaña».

Tácticas, decisiones, lucha

Eusebio Unzué, el mánager, delega en Arrieta. Las tácticas, las decisiones, lo que hay que hacer, lo que se improvisa... el que habla y convence a Valverde siempre es Arrieta. «Soy el director y en el coche mando yo, porque así lo ha querido Eusebio».

Chente García Acosta, tantas veces protector de Valverde, es el segundo director en el Tour. «Vamos a dar guerra. ¿Pero alguien puede pensar con lo que falta que esta carrera ya está decidida?». La moral está bien alta porque todos ven a Valverde centrado como pocas veces. Y porque sabe que es la última oportunidad. Jamás volverá a tener el Tour tan cerca. Nibali, por ahora, no solo es incuestionable, sino intocable. Dicen que no le va el calor. ¡Pero si es siciliano! Y en la isla no hace un frío propio de Noruega, sino más bien lo contrario. Pero en casa Movistar se sienten dichosos y Valverde es el deseado, siempre quedará Valverde: «Hay que correr centrado porque los Pirineos serán muy duros. ¡Serenidad!». Así es.