Oscar Pistorius, el olímpico biónico

La inclusión de Oscar Pistoriusen el equipo olímpico deSudáfricapara participar en los 400 metros y formar parte asimismo delrelevo 4x400sigue alimentando la polémica. Algunos comentaristas han criticado esta decisión «porque abre la puerta al limbo biónico», afirman, en el que cualquier atleta podría recurrir, como Pistorius, a la alta tecnología para ayudarse con la excusa de que otros ya lo hicieron.

El mito de Prometeo, el dios al que castigó Zeus por enseñar al hombre a hacer fuego, sigue incendiando la imaginación de escritores y comentaristas, a quienes también se les critica por resucitar el «complejo Frankenstein», término acuñado por Isaac Asimov para referirse al miedo a que los avances tecnológicos acaben convirtiendo al hombre en una máquina (en esta ocasión en su versión deportiva) y esta se rebele contra el ser humano.

Oscar Pistorius mata a su novia

LaFederación Internacional de Atletismo(IAAF en sus siglas en inglés) fue el único organismo que se opuso frontalmente a la participación de Pistorius en las grandes competiciones, tras encargar en el 2010, a raíz de la «explosión» entre la élite del sudafricano, un estudio científico en el que quedaba demostrado que el atleta obtiene ventaja por correr con sus famosas prótesis de carbono. El atleta y sustafflegal recurrieron entonces al TAS y este refrendó el derecho a competir contra los mejores en cualquier escenario.

EJEMPLO DE SUPERACIÓN / Seguramente, el ejemplo de superación de un atleta amputado cuando era casi un bebé pudo más que cualquier informe técnico. Su figura se agrandó en los pasadosMundiales de Daegu2011 al lograr la plata con sus compañeros del relevo 4x400. Su caso y el de la ochocentista Caster Semenya, apartada de la competición durante casi dos años por las dudas que su aspecto generaba sobre su feminidad, han tenido una gran repercusión en un país siempre hipersensible a cualquier brote de apartheid.

Los más críticos con la decisión del TAS a favor de Pistorius ponen como ejemplo que el récord mundial de maratón en silla de ruedas (Joshua Cassidy, 1.18.25 horas en Boston 2012) es casi 40 minutos inferior al tiempo que empleó, por ejemplo, el kenianoAbel Kiruipara proclamarse campeón mundial en Berlín 2009 y Daegu 2011), en un recorrido similar, y por supuesto nadie discutiría que ambos compiten en desigualdad de condiciones.

Por suerte para el atleta sudafricano, sus registros están alejados de la cabeza. Su mejor marca de esta temporada (45.52 segundos) le sitúa de momento en el puesto 52 del ránking mundial de 400 metros. Con su mejor marca, 45.07 segundos, a duras penas podrá superar las series de calificación de 400 programadas para la jornada de hoy en Londres, pero su ayuda para que el equipo de relevos 4x400 de Sudáfrica pueda estar entre los mejores, como ya sucedió en el Mundial de Daegu 2011, puede ser muy estimable.

MARGEN DE MEJORA / La IAAF se apresuró la semana pasada en comentar oficialmente que el atleta que corre con dos prótesis de fibra de carbono fabricadas en Islandia (el nombre comercial es Cheetah, guepardo, Flex-Foot y cuestan unos 30.000 euros) podrá realizar cualquier posta ya que estas no suponen ningún riesgo para el resto de competidores, tal y como en algún momento se dijo sin fundamento.

Pero qué sucedería si Pistorius, de 24 años, sigue progresando hasta poner seriamente en peligro el fantástico récord del mundo (43.18 segundos) queMichael Johnsonlogró en el Mundial de Sevilla-99, se preguntan los más críticos ante lo que consideran «manga ancha» del TAS. Mary Shelley, la escritora londinense que dio a luz durante un sueño a uno de los personajes literarios más inquietante, Frankenstein, sostenía que los avances sociales solo son posibles gracias a la compasión y cooperación entre los hombres.