Benzema rescata al Madrid en Lisboa (1-2)

Con sufrimiento y alejado de la buena impresión que dejó el sábado ante el Atlético, el Madrid sacó adelante un partido que él solo se complicó en la segunda mitad después de mandar en el marcador desde poco antes de la primera media hora con el gol de Varane. Después de aguantar el asedio del Sporting, que logró empatar tras un penalti infantil de Coentrao cuando jugaba con uno menos por la expulsión de Joao Pereira (m. 64), Benzema, el único componente de la BBC que se quedó fuera del equipo titular, rescató a su equipo con un tanto a tres minutos del final. El triunfo clasifica para octavos al equipo de Zidane y le permite luchar por el primer puesto del grupo en el chque del 7 de diciembre en el Bernabéu ante el Borussia, que se comió al Legia en un choque delirante (8-4).

"¿La mano de Coentrao? No juzgo a ningún miembro del equipo, un día le toca a un compañero, otro a mí" (Ramos)

Tras la buenas sensaciones que dejó el equipo de Zidane en el Calderón llegaba un examen comprometido en Champions frente a un equipo que dio un cursillo de fútbol en el Bernabéu el pasado 14 de septiembre en aquel choque que ganaron los blancos de forma agónica con un gol de Morata en el minuto 94. Con la lección bien aprendida y conscientes de la peligrosidad de tan escurridizo rival, que buscaba un triunfo para seguir optando a meterse en cuartos, el Madrid, que necesitaba, al menos, un punto para sellar el pase a octavos, se puso manos a la obra con el mismo equipo del Calderón, a excepción de Ramos por Nacho.

SUFRIMIENTO BLANCO

El 4-2-3-1 que dibujó Zidane estaba destinado a dar equilibrio al equipo, aunque eso no fue suficiente en unos comienzos titubeantes que aprovechó el equipo portugués para meter el miedo en el cuerpo en la defensa rival. Muy pronto comenzaba a sufrir el Madrid, que vio cómo el primer aviso llegaba a los dos minutos en una acción de Adrien Silva que cortó Ramos.

Sin el balón, el conjunto blanco quedaba a merced de las acometidas de Gelson Martins, un jugador que ya le dio la noche a Marcelo en el encuentro de ida y que se empeñó en repetir en el José Alvalade.

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El Madrid necesitó varios minutos para equilibrar una situación que amenazaba sus intenciones de controlar el juego. Lo hizo cuando recuperó el balón, que le había pertenecido al Sporting, y comenzó a tocar hasta descentrar a un rival que ni presionaba ni se comía a nadie, aunque no rehusaba a llevar peligro al área de Keylor Navas. Lo hizo Dost que no pudo llegar a rematar un balón solo ante el meta costarricense.

RONALDO, APAGADO

Sin lograr la suficiente jerarquía como para mandar en el encuentro y sin dejar más que algún chispazo aislado en donde apenas se vio a un Ronaldo apagado pese a jugar en su primer jardín futbolístico, el Madrid se encontró con un premio excesivo al filo de la media hora. Una falta lanzada por Modric la tocó Ronaldo y se la encontró Varane que remató a media vuelta con la izquierda al fondo de la portería de Rui Patrício (m. 29).

UN MADRID ATURDIDO

El tanto no cambió el decorado de un encuentro en el que el Sporting seguía entregado de lleno a desarrollar su instinto ofensivo. Ramos volvía a salvar los muebles en un remate de Ruiz solo dos minutos después del tanto de Varane. Con el Madrid nuevamente aturdido, se pidió penalti por una entrada de Marcelo sobre Gelson en el pico del área. La acción se produjo fuera, pero los jugadores portugueses pidieron penalti.

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Con el tanto a favor, el Madrid comenzó a especular en una segunda mitad en la que apenas se dejó ver por el área portuguesa. En un ejercicio de funambulismo, el equipo de Zidane comenzó a vivir al borde del precipicio. Solo la falta de acierto del Sporting daba oxígeno a un equipo empeñado en rentabilizar su gol. En pleno asedio del equipo de Jorge Jesús, el Madrid comenzaba a diluirse sin encontrar ninguna solución. Se lesionó Bale, que sufrió un fuerte golpe en el tobillo derecho, y lo poco que tenía el Madrid quedó en nada. Al delantero galés le someterán a pruebas este miércoles en Madrid.

EXPULSIÓN DE JOAO PEREIRA

Ni siquiera la exagerada expulsión de Joao Pereira, que golpeó levemente en el pecho a Kovacic, despertó a un Madrid que volvió a instalarse en la vulgaridad. Más aún cuando Coentrao, que entró por Marcelo, protestó una mano de Campbell con los brazos en alto, lo que provocó que el balón le diera en el derecho dentro del área. El cómico penalti lo transformó Adrien Silva en el tanto del empate. Cuando el sufrimiento del Madrid llegaba al límite, un centro de Ramos lo cabeceó Benzema para hacer el tanto de un triunfo y devolverle el color a su equipo.        

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