EL ADN de la semana

Africanos

PERE PUIGDOMÈNECH

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Buena parte de la información sobre el ADN humano que hemos obtenido en los últimos años procede de personas que viven en Europa, Asia o América, pero no de donde más diferencias hay. Dos trabajos recientes nos recuerdan que es en África donde tenemos nuestros orígenes.

Uno de los trabajos, que ha analizado el genoma de más de 1.400 africanos, confirma que los estudios sobre genes y salud que se han hecho con poblaciones europeas pueden no ser válidos cuando se aplican a África. Por ejemplo, algunas poblaciones han acumulado variantes que les permiten resistir mejor la malaria y otras enfermedades. También se ha visto que una buena parte de los africanos actuales proceden de la llamada expansión bantú que se produjo a partir de Nigeria y Camerún hace 4.000 o 5.000 años.

Este trabajo y un segundo que ha estudiado el genoma de cinco bosquimanos del sudoeste de África describen detalles de la aventura inicial de los humanos. Según los autores, la especie se formó en algún lugar de África y se expandió a continuación por el resto del continente. Hace unos 150.000 años, seguramente por cambios en el clima, la población se redujo mucho en todas partes excepto donde viven los bosquimanos, que deberían de ser en ese momento los humanos más abundantes. Los restantes africanos, de los cuales proceden los bantúes y aquellos que salieron de África para poblar el mundo, eran unos pocos miles.

La conclusión de estos estudios es que los bosquimanos son ahora quizá tantos como cuando comenzó la expansión de los humanos por el mundo, mientras que los pocos aventureros que salieron de África se han convertido en 7.000 millones. En su viaje encontraron otros homínidos, como los neandertales, y fueron cambiando en aspectos como el color de la piel y la reacción a determinadas comidas, además de fundar sociedades organizadas. Ahora el mismo estilo de vida de los bosquimanos está en peligro. Tenemos que decidir qué hacemos.