OTRA FUGA EN LA RONDA ESPAÑOLA

El Movistar se queda sin premio en la tierra de Valverde

El italiano Trentin derrota a Rojas en la Vuelta a España, en una etapa en la que Nibali trató de poner en jaque a Froome

Matteo Trentin

Matteo Trentin / periodico

Sergi López-Egea

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Como si un gato negro se le hubiese cruzado al equipo desde que Alejandro Valverde se cayó en el Tour. Lo intentan, lo buscan, casi se podría decir que Marc Soler, la perla catalana del Movistar, está cada día fugado en la Vuelta. Pero no hay manera. No hay forma humana.¡Imposible! Ni siquiera en Murcia, la tierra de Valverde, el que se pasea por la meta de Alhama de Murcia, el que por un día se convierte en comentarista de TVE. La gente le pide que regrese, que venga ya, que se recupere. "Ganar es muy complicado. ¿Alguien se piensa que es fácil?", se lamenta Chente García Acosta, el director del equipo, a las puertas del autocar de la escuadra.

No tienen a nadie para pelear por la general, porque su corredor tapado era el colombiano Carlos Betancur y ya está en su casa con un hueso del pie fracturado por culpa de una caída en la etapa de Valencia. En Sagunt cruzó la línea de llegada totalmente ensangrentado como si hubiese sobrevivido a un torturador. "Iba con los buenos cuando tropezó con la bici de Van Garderen. Con él habríamos podido luchar por un puesto de honor en la general", se lamenta Eusebio Unzué, el mánager de la escuadra de Telefónica. Por eso, ahora, o quizá desde el principio, no les queda otro remedio que pelear por las escapadas que permite el Sky de Chris Froome. Los británicos miran si entre los fugados no hay un dorsal molesto para ellos en la pelea por la general y los deja partir, como este martes, bajo una Murcia desconocida por culpa de la lluvia.

Cuarta escapada de Marc Soler

Soler, en cambio, no se ha venido abajo. Se desfondó en la etapa de Andorra, en la que también falló Alberto Contador. Al tercer día de competición se le acabó al corredor catalán la opción de pelear por un puesto en la clasificación general. Sin embargo, vive con la ilusión del debutante, del que sigue la consigue. Ya lleva cuatro escapadas en la Vuelta y pelea como el delantero centro que busca la oportunidad y cada vez que remata envía la pelota al palo. Tercero en la ermita de Santa Llúcia y sexto en Alhama de Aragón.

José Joaquín Rojas es otra cosa. Es el gran amigo de Valverde, del "jefe" como él lo llama. Amigo y también confesor y tantas y tantas cosas, miles de entrenamientos por la región murciana, hasta que se fue a vivir a Andorra, otro más en la colección de medio centenar de ciclistas profesionales que ya residen en el pequeño país de los Pirineos. Rojas lo intentó en su tierra, por carreteras que conoce al dedillo. El veterano que también buscaba el éxito de una victoria imposible para el Movistar.

El Tourmalet de los murcianos

Ni Rojas, ni Valverde recuerdan las veces que han subido por el Collado Bermejo, el Tourmalet particular de los ciclistas murcianos. Rojas, junto a Soler, se ha situado en la escapada buena del día, de la etapa en la que todos vuelan, sobre todo Vincenzo Nibali, buscando las cosquillas de Froome en el descenso del puerto. Los pelos de punta. Las madres de los corredores sin poder abrir los ojos y las motos de la televisión tocando el freno que los ciclistas se niegan a utilizar. Las motocicletas pierden la estela de los corredores. La caída parece el único destino pero solo Luis Ángel Maté, el 'Lince de Andalucía', el ciclista del Cofidis, tropieza con las protecciones y salta, sin serias consecuencias, hacia la tierra de Murcia para seguir bajando con el susto en el cuerpo.

Nibali va como un loco. Froome no está dispuesto a concederle una sola alegría y lo captura en compañía de David de la Cruz, de Contador, de todos. Y en eso, incomprensiblemente para un Sky que ya está organizado al pie del puerto, camino del poco llano hacia la meta, se le fuga Nicolas Roche, el hijo del gran Stephen, el ganador del Tour, del Giro y del Mundial de 1987. Roche es el tercero de la general y el que iguala, aunque no supera a Esteban Chaves. Ambos afrontarán este miércoles la ascensión al observatorio de Calar Alto, en Almería, como los rivales más cercanos a Froome. Los dos a 36 segundos del británico.

Trentin, sin rechistar

Por delante, en la pelea imposible de los Movistar por conseguir una victoria, Rojas rompe la fuga y se escapa junto al italiano Matteo Trentin, el ciclista del Quick Step que ya ganó en Tarragona. Trentin no le da ninguna opción. Lo gana sin rechistar. Amarga sensación para un murciano. Perder en casa es terrible.

Todas las clasificaciones en la página oficial de la Vuelta.

"Jamón, ahora no, gracias"

<strong>A Chris Froome </strong>le preguntaron en la conferencia de prensa que todos los días ofrece como jersey rojo de la Vuelta si le gustaba el jamón. Y la cuestión le hizo gracia para confesar que es una de sus debilidades, quizás la única que tiene en esta ronda española que domina a placer. "Me encanta el jamón –respondió el ciclista británico–. Pero ahora no, gracias, no lo puedo comer en competición. Pero cuando acabe la Vuelta compraré como todos los años una pata de jamón y la guardaré en la cocina de mi casa para comerla". De pata negra se supone.