PRESENTACIÓN

Brendan Fraser está dispuesto a llegar a viejo con 'La momia'

MERCEDES JANSA
MADRID

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Los misterios del antiguo Egipto dan para mucho pero hay que reconocer que China está más de moda, sobre todo en vísperas del inicio de los Juegos Olímpicos. Rob Cohen, director de laLa momia. La tumba del emperador dragón, tercera película de esta saga, apasionado de esa cultura milenaria vio las grandes posibilidades cinematográficas de que los famosos guerreros de terracota de Xian se convirtieran en espectros. Pero lo importante era que Brendan Fraser siguiera encabezando el reparto, algo que el actor está dispuesto ha hacer incluso con 60 años, como Harrison Ford y su Indiana.

"Sería un honor para mí hacer de momia", afirmó ayer Fraser, entre grandes carcajadas, durante un encuentro con la prensa en Madrid, donde presentó la película que se estrenará el próximo 1 de agosto. Esta momia, que tendrá que hacerse un hueco entre Indiana Jones y Batman en el corazón de los aficionados al cine de aventuras, llega casi una década después del éxito de la primera entrega, que recaudó más de 500 millones de euros en los cines.

Con gran habilidad, el actor evitó las comparaciones con el héroe, también arqueólogo, que interpreta por cuarta vez Harrison Ford. Al fin y al cabo, dijo, "son películas de género que siempre han existido".

IMITACIONES

"Es imposible imitar a Indiana", comentó Fraser, pero en el filme se deja abierta la puerta a que las secuelas continúen. Como "siempre" se lo ha pasado "muy bien", el protagonista deGeorge en la junglase encuentra cómodo en la piel del aventurero Rick O'Connell, aunque todo dependerá del guión.

En esta ocasión el personaje sigue igual de "valiente y luchador" pero descubre el amor paternofilial. Y China se abre como un nuevo campo de experiencias. El equipo ha rodado allí sin problemas y los nacionalistas chinos rivales de Mao Tsé Tung en 1946, fecha en que se ambienta la peripecia, son los malísimos de la historia.

"¿Y quien dice eso?", pregunta Brendan Fraser cuando se le recuerda que algunos artistas estadounidenses han rechazado trabajar en China en protesta por su falta de compromiso con el drama de los refugiados de Darfur. Se le recuerda los nombres de Susan Sarandon o Steven Spielberg, y el actor entorna los ojos y se limita a contestar: "Las películas son para entretener".

COMPROMISO

Por el contrario, Maria Bello, comprometida con una oenegé que trabaja en Darfur, prefiere no juzgar a los pueblos por sus gobernantes, "sean chinos o norteamericanos". Asegura que ahora ha visto una China "más abierta al cambio" aunque no apruebe algunos aspectos de su política. Ella ha hecho campaña por Barak Obama y está convencida de que será el próximo presidente de Estados Unidos.

Tanto Fraser como Bello saltan con facilidad del cine de acción o la comedia al drama y a las películas más independientes. "No puedo estar sin trabajar", responde el actor, aunque no quiere decir que hace todo lo que le ofrecen. Eso es ahora que se ha hecho un nombre y se ha estrenado como productor de los filmes que protagoniza.