Una ola de multas pone en jaque a los pórticos de catas de la Boqueria

Establecimientos con terraza en el lado mar de los porches, el viernes.

Establecimientos con terraza en el lado mar de los porches, el viernes.

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Con la ley en la mano, las sanciones son procedentes. Pero rompen el singular compromiso que los operadores de los pórticos de la Boqueria suscribieron con el anterior gobierno municipal. Y es que el ayuntamiento permitía a nuevos empresarios contar provisionalmente con terrazas aún sin regular, a cambio de que estos invirtieran en rehabilitar los decadentes almacenes del perímetro del mercado, convertirlos en negocios de degustación gastronómica y renovar también el espacio público, de las columnas a las fachadas. Con el relevo en el consistorio, Ciutat Vella quiere estudiar el proyecto antes de mover ficha pero ha realizado dos olas inspectoras que se han saldado con notificaciones de sanción. Se ejerce el cumplimiento estricto de la norma, pero a la vez se pone en riesgo la viabilidad de un plan que va intrínsecamente unido a las terrazas, ya que parte de los negocios son minúsculos.

El pacto al que dio luz verde la exconcejala Mercè Homs era un quid pro quo que convenía a las dos partes: los particulares obtendrían licencia para actividad gastronómica (misión tan lucrativa como complicada con el plan de usos de Ciutat Vella) y la Administración lograría dinamizar el entorno del mercado que hace unos años fue tristemente célebre por convertirse en foco de prostitución nocturna. Hace casi dos años que el plan comenzó a desarrollarse tras radiografiar toda la oferta del perímetro porticado. El acuerdo con el municipio permitió filtrar la entrada de nuevos actores, que aportaran una diferencia cualitativa y contribuyeran a impulsar un espacio gastronómico que difundiera el producto (elaborado) de la Boqueria.

Desde finales del 2013 se han ido renovando los locales, lanzando los negocios y trabajando en el proyecto de recuperación del espacio público. El ayuntamiento sufragó la renovación del techo de los pórticos en el lado mar, pero están pendientes fachadas, columnas y suelo. No es tarea fácil porque incluye poner de acuerdo a comunidades de vecinos y asumir el pago (desde manos privadas) de mejoras en la calle. Por eso, el colectivo planteó una licencia única en nombre de la asociación de comerciantes. Hasta la fecha, han abonado también unos 7.000 euros del proyecto arquitectónico general.

Coste

Se calcula que la ejecución costará unos 500.000 euros que pagarán los operadores, con una subvención municipal prevista (por el anterior ayuntamiento) en torno al 20%. En los pórticos hay una treintena de negocios, la mitad en espacios resucitados. Entre estos últimos, hay comerciantes que ya tenían almacén y ahora le han dado un uso de degustación que completa su puesto de mercado, y también hay otros tantos recién llegados.

Manu Ruiz, presidente de la Asociación de Comerciantes de Pórticos de la Boqueria, explica que el colectivo está preocupado por el giro que ha dado la situación. Entienden que el distrito que ahora lidera Gala Pin quiera analizar bien la iniciativa, pero discrepan sobre las inspecciones de este verano y las sanciones recibidas en las últimas semanas.

Dos rondas

En julio hubo una primera ofensiva, y en septiembre, otra. Tras levantar actas y abrir expedientes, los afectados reciben la propuesta de resolución de sanción, con dos escenarios: multa por tener más mesas de las concedidas (algunos históricos que ya tenían terrazas) o por tener veladores sin licencia (los que implantaron las mesas en cuanto abrieron el negocio, tal y como se acordó con el gobierno de CiU).

De momento y para evitar una guerra, los afectados pagarán para beneficiarse de la reducción de pronto pago. Pero interpondrán «recursos» por lo singular de la situación. Desde el distrito aseguran que el objetivo es «hacer compatible la actividad comercial con los usos del mercado y garantizando que el visitante del entorno disfrute del patrimonio existente».