La ANC presiona en la calle a Colau para que no toque el icono nacionalista del Born

Conocido el lugar, faltaba la hora. Tampoco había mucho lugar a dudas. Servía la misma referencia con la que parte de la grada del Camp Nou entona el grito de independencia: 1714. Cita entonces a las 17.14 horas ante el Born Centre Cultural para reclamar que el espacio “no se toca”. “Es que es la hora de los jubilados y de los estudiantes, que mucha gente trabaja”, dice Isolda para tratar de justificar la escasa concurrencia: unas 150 personas participan en la concentración convocada por la Assemblea Nacional Catalana. La entidad sí se muestra satisfecha con la afluencia tras una convocatoria vía redes sociales de “apenas 48 horas”, como proclama Joan de Torres antes de leer un manifiesto.

El texto reclama que se mantenga la esencia de “la zona cero” de Catalunya, “el punto de encuentro del pasado y el presente” de un enclave histórico “único en Europa”. Incluso se ha emplazado a Ada Colau a ceder a la Generalitat la gestión del equipamiento “si es que le incomoda”.

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Mientras arrecian especulaciones, el gobierno municipal trata de atajarlas reiterando que “seguirá siendo un espacio de referencia sobre 1714”, como sostiene el primer teniente de de alcalde, Gerardo Pisarello. El consistorio ha incidido en que solo ha pedido a una comisión de expertos que trabajen en un plan estratégico para definir los futuros usos del centro y ampliar el papel cultural del Born. “Pero no puede ser un espacio donde solo se recuerde esa fecha”, expone Pisarello.

ALARMAS

Un planteamiento que no convence a CiU, que en boca de Jaume Ciurana, no duda de “las segundas intenciones” de Colau sobre un equipamiento del que “parece no conocer por qué es tan especial para Catalunya”. “Cuando se pregunta al ayuntamiento si van a tapar las ruinas se descuelga con que optimizará el espacio, y al querer saber si cambiará el nombre replica que solo se trata de adjetivarlo”, destaca el convergente.

ERC coincide y considera disparadas “todas las alarmas”, según Alfred Bosch, sobre la continuidad de “un proyecto con más de 1,5 millones de visitas en el 2014" por su “combinación única de ruinas de alto valor histórico y un mercado moderno”. “Rebajar su contenido de memoria sería un flaco favor a la historia y la dignidad de la capital”, añade Bosch.

OBSESIÓN

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En el polo opuesto, el socialista Daniel Mòdol habla de “obsesión de ERC y CDC” sobre un proyecto que “lejos de diluir ningún tipo de simbolismo” permitiría ampliar la oferta cultural del centro para atender “a las prioridades culturales de la ciudadanía”. Carina Mejías, de Ciutadans, cuestiona el enfoque “sectario” que se le da a lo que ha calificado de “mausoleo del 1714”, en lugar de aprovechar el potencial del espacio para erigirse en un centro “más abierto a todos los barceloneses, independientemente de su ideología”.

Desde el PPC, Alberto Fernández Díaz aboga por hacer del Born “un referente de la cultura de la ciudad y no de la causa independentista”. “Un equipamiento que ha costado 84 millones no puede limitarse a fines políticos y desatender las necesidades culturales como presenta ese barrio”, ha zanjado.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Un equipamiento controvertido","text":"Apenas unos d\u00edas dur\u00f3 en ese enclave, antes de que los operarios lo movieran algunos metros m\u00e1s all\u00e1, en la misma calle de la Fusina. El consistorio achac\u00f3 la mudanza a un error inicial y la desvincul\u00f3 de las quejas que llegaban tanto por la idoneidad de la iniciativa como por la elecci\u00f3n de su instalaci\u00f3n en un referente simb\u00f3lico del nacionalismo\u00a0catal\u00e1n."}}