ESTRENO DE UN NUEVO TRAMO DEL SUBURBANO

El paseo de la Zona Franca estrena sus dos paradas de metro

Estación de metro de Foneria, de la línea 10 Sud

Estación de metro de Foneria, de la línea 10 Sud / ALBERT BERTRAN

Óscar Hernández

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La línea de metro más corta de Barcelona, la L-10 Sud, se estrenó este sábado con las emociones a flor de piel. En los discursos oficiales, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y la alcaldesa Ada Colau, se disculparon ante los vecinos del paseo de la Zona Franca, en el que coinciden los barrios de La Marina del Port y La Marina del Prat Vermell (ambos en el distrito de Sants Montjuïc), por haber tenido que esperar 40 años a tener metro. Y por el último parón de las obras que amenazó el ambicioso proyecto.

«Enhorabuena. Estas estaciones [Foneria y Foc] son para vosotros. Disculpad por el retraso», dijo Torra, que intervino poco después de que el conseller de Territori, Damià Calvet, confirmara que el año que viene entraran en servicio dos paradas más de la L-10 Sud (Ciutat de la Justícia y Provençana, ambas en L’Hospitalet).  Tanto Torra como Calvet, y también Colau, tuvieron palabras de recuerdo para el conseller preso Josep Rull, el vicepresidente Oriol Junqueras  y el presidente exiliado Carles Puigdemont, que desencallaron la L-10 Sud.

La alcaldesa Colau incidió en el papel de la gente, en sus reivindicaciones para conseguir el metro. «No puede haber barrios de primera y de segunda. Si queremos luchar contra la desigualdad, hay que hacer obras como esta.Los barrios de la Marina ayudaron a crecer Barcelona. Gracias a vosotros hemos hecho el metro. Tenéis que seguir apretando y también conseguiremos conectar el tranvía», dijero la primera edil.La promesa también arrancó aplausos de los representantes de los barrios que asistieron a la inauguración oficial al mediodía, tres horas antes de que se abrieran las puertas de las estaciones y de la nueva línea a todos los demás vecinos.

El séquito de políticos realizó el viaje inugural entre las estaciones de Foc y Foneria. En esta última vieron una exposición sobre la obra. Brilló especialmente en el acto la representante del Gobierno de Pedro Sánchez,  María Pilar Díaz, secretaria de Estado de Servicios Sociales, que se desplaza en silla de ruedas y comprobó la absoluta accesibilidad de la nueva línea de suburbano. La propia Díaz no paró de sonreir durante la inauguración ya que, curiosamente, ella misma es vecina del paseo de la Zona Franca y ha reivindicao el esperado nuevo metro.

Billetes gratis

A las tres de la tarde los vecinos del barrio, junto a usuarios llegados con curiosidad de otros puntos de la ciudad, pudieron entrar en la L-10 Sud. Lo hicieron gratuitamente ya que se repartieron 15.000 billetes dobles en los vestíbulos de las paradas de Foc y Foneria.

Los viajeros comprobaron que la nueva línea permite conectar con la L-9 Sud, la que va al aeropuerto. También con la L-5 (azul), en Collblanc, y la L-1 (roja), en Torrassa.

Técnicamente, la L-10 Sud presenta muchas novedades. Los dos vías, una por sentido, circulan en un mismo túnel, pero una encima de la otra. Los convoyes carecen de conductor. Todos los andenes tienen mamparas con puertas que impiden acceder a las vías. Las nuevas estaciones están a entre 30 y 40 metros de profundidad, por lo que disponen de varios tramos de escaleras automáticas y de ascensores.

Cada siete minutos

La puesta en marcha definitiva de la línea L-10 Sud ha sido posible gracias a una inversión de 119 millones de euros. Su trazado es de 4,5 kilómetres, de los que casi la mitad son compartidos con la L-9 Sud. Los convoyes de la nueva línea circulan a  30 kilómetros por hora, Y la frecuencia de paso es de unos 7 minutos, muy inferior al resto de la red urbana de metro.

En un futuro esta línea 10 Sud tiene que llegar hasta las industrias y almacenes de la  Zona Franca, donde tendrá cuatro paradas en dirección  sur. Y el año que viene se abrirán las estaciones de Ciutat de la Justícia, junto a plaza Cerdà, y Provençana. ambas en L’Hospitalet de Llobregat.

«Vete a dialogar»

El lustre de la esperada inauguración se vio salpicado también ayer por algunas anécdotas no tan agradables. Trabajadores del comité de empresa del metro esperaron a la alcaldesa Colau al final del acto para denunciar la compleja negociación de su convenio.

La alcaldesa escuchó pacientemente las reivindicaciones de los empleados de TMBjusto después de ser felicitada por decenas de vecinos que le atribuyen el éxito de la llegada del metro al paseo de la Zona Franca. Muchos quisieron hacerse selfis con ella, que incluso se apuntó a una fiesta popular de un barrio cercano.

El presidente de la Generalitat,  sin embargo, fue increpado por algún vecino al abandonar la estación de Foc y se subió enseguida a su coche oficial mientras Colau se daba el baño de masas. «Eso, huye del barrio», le gritó un vecino a Torra. «Venga, vete a dialogar», dijo otro.

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