EL FUTURO DEL PARQUE

Movimiento para que la Ciutadella preserve su identidad científica

La sala principal del Castell dels Tres Dragons con sus antiguas vitrinas.

La sala principal del Castell dels Tres Dragons con sus antiguas vitrinas.

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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El parque de la Ciutadella y el destino que aguarda a sus centenarios edificios (el Castell dels Tres Dragons, obra del arquitecto Domènech i Montaner; el Hivernacle, y el Museu Martorell) será uno de los puntos candentes del próximo mandato municipal, tras las elecciones de mayo.

Desde el año pasado emerge con fuerza un movimiento de entidades científicas, entre ellas la Fundació Catalana per a la Recerca i la Innovacióla Institució Milà i Fontanals el Institut de Ciències del Mar, ambos dependientes del CSIC; el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona; la Societat Catalana d'Història de la Ciència i de la Tècnicael Institut d'Estudis Catalans, y la Universitat Pompeu Fabra, que promueven ciclos, conferencias y reuniones que reivindican la importancia de preservar el patrimonio científico del primer parque urbano de Barcelona.

Mientras, el Institut de Cultura lleva meses trabajando para que el edificio protomodernista de Domènech i Montaner se transforme en la Casa dels Contes, proyecto que si se se materializa será un equipamiento cultural dirigido al público familiar.

El Castell dels Tres Dragons, el emblema científico de la Ciutadella, alberga el área de investigación y la valiosa biblioteca del Museu de Ciències Naturals desde el 2011, cuando la parte expositiva de las colecciones del Museu de Zoologia pasaron al Museu Blau del Fòrum.

Jaume Ciurana, concejal de Cultura, confirma que la apuesta del ayuntamiento es trasladar el departamento de investigación a un nuevo edificio, aunque es una inversión que depende de la Generalitat. «Nuestra voluntad es que las familias disfruten del parque y acudan la Casa dels Contes y que los científicos dispongan de un espacio de nueva construcción adecuado a las exigencias de la investigación del siglo XXI», declara Ciurana, defendiendo su idea de acercar la literatura infantil a los niños dentro de una fortaleza con salas con cierto aire al Colegio Hogwarts, de Harry Potter.

El proyecto de CiU entra en conflicto con esta corriente intelectual que quiere revalorizar el pasado de un recinto consagrado a las ciencias naturales desde 1882, cuando dentro del parque se inauguraron el zoológico y el Museu Martorell dedicado a la geología, que este año iniciará su adecuación museística para reproduir los primeros gabinetes de ciencias naturales como la colección Salvador.

El radio de influencia científica se amplió en 1917, cuando el Castell dels Tres Dragons se convirtió en el Museu de Catalunya de Ciències Naturals, que en 1934, tras una reordenación de las colecciones, derivó en el popular Museu de Zoologia.

COLOQUIOS/ El próximo jueves proseguirán en la sede del Institut d'Estudis Catalans los coloquios organizados por la Societat Catalana d'Història de la Ciència y la Institució Milà i Fontanals, filial del CSIC, donde José Pardo trabaja como investigador especializado en Historia de la Ciencia. «Me preocupa que los políticos decidan con absoluta banalidad el futuro de un parque histórico dedicado a la ciencia que otras grandes ciudades envidian. Es fundamental rescatar la singularidad de la Ciutadella, que ha levantado sus museos científicos gracias a las donaciones de los barceloneses. Poner en valor este patrimonio nos sitúa en un estadio internacional», argumenta Pardo, para quien la ciencia es sobre todo cultura. «No podemos dejar que el Castell dels Tres Dragons se convierta en un parque temático destinado a un turismo masivo», alerta el investigador, que recuerda que poco faltó para que acogiera las oficinas de los actos del Tricentenario, «con despachos para Miquel Calzada Toni Soler».

Sol Ruiz de Vargaspresidenta de la asociación de vecinos del Casc Antic, cuenta que su entidad ha denunciado a Mercè Homs, concejala de Ciutat Vella, que el parque está «abandonado». En especial, el Hivernacle, que lleva ocho años cerrado al público. «No nos han informado de ningún proyecto, pero saben que estamos a favor de que se conserven los edificios de la Ciutadella. Deben ser de servicio público para los ciudadanos y alejados de la explotación turística que prolifera en el centro de la ciudad», expone Ruiz.

Itziar González, arquitecta y concejala de Ciutat Vella entre el 2007 y el 2010, participó en unas jornadas organizadas el pasado julio por el Museu de Ciències Naturals de Barcelona y la fundación Barcelona Zoo sobre líneas de trabajo y proyectos futuros para que la Ciutadella sea un renovado parque dedicado a la ciencia. «Es un tema aparcado hasta que pasen las elecciones. Quería mediar entre las asociaciones de vecinos y entidades científicas para presentar un proyecto conjunto, pero desde el ayuntamiento han llamado la atención a algunos directores de entidades. Por cuestiones políticas, no les gusta que figure», declara.