Los militantes del PSC decidirán si el partido entra en el gobierno de Colau

COLLBONI COLAU

COLLBONI COLAU / periodico

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Nueva era de pactos y nuevas fórmulas para alcanzarlos, también en el Ayuntamiento de Barcelona. El Consell de Federació del PSC de la ciudad acaba de aprobar por unanimidad su novedoso procedimiento para decidir la entrada o no del grupo municipal en el gobierno de la alcaldesa Ada Colau, si finalmente hubiera un acuerdo entre ambas formaciones. Serán los militantes los que votarán si aceptan o no los términos de la alianza que acuerde su presidente, Jaume Collboni

Los socialistas ya apoyaron la investidura de Colau, aunque entonces ese aval solo fue refrendado por el Consell de Federació del partido. Pero la alcaldesa ha comprobado en sus carnes que tripular la ciudad con solo 11 concejales de los 41 que tiene el pleno siembra de obstáculos la gestión gubernamental. Por eso, una vez despejadas las dudas que pendían sobre el Ejecutivo de la Generalitat, hace 10 días tendió la mano a posibles socios de izquierdas con los que aliarse:  ERC, el PSC y la CUP. Solo los socialistas, con condiciones, aceptaron el envite.

Y ahora Collboni, que ya encarriló una nueva etapa participativa en el partido al ser elegido en unas primarias abiertas a toda la ciudadanía, volverá a recurrir a la consulta para mover ficha sobre su entrada o no en el gobierno municipal. Esta vez será solo la militancia la que decida, señalan fuentes del PSC. Así lo establece la resolución que se ha aprobado la noche de este jueves en el Consell de Federació del PSC de Barcelona -el máximo órgano de decisión entre congresos-, favorable a la consulta directa entre sus bases.

ASAMBLEAS SIMULTÁNEAS

Según se ha acordado, el proceso se hará mediante la convocatoria de asambleas que se celebrarán simultáneamente, con voto individual y secreto, y también con escrutinio simultáneo. Su resultado se elevará al mismo Consell para que se ratifique formalmente.Está por ver si la votación se efectuará sobre una propuesta (planteando pactos en temas clave) o sobre la unión o no en un gobierno permanente. Collboni planteará los términos de la consulta una vez culmine el periodo de negociación que ahora arranca en firme con Colau.

El cortejo es reciente pero las aproximaciones vienen de lejos, porque desde la investidura ambos se han visto regularmente. Pero no ha sido hasta los últimos días cuando Colau ha abierto los brazos visiblemente, y cuando el líder socialista se ha mostrado por la labor de una alianza condicionada. Unos filtros que no serán fáciles porque Collboni tiene claro que el romance político pasa por compartir con Barcelona en Comú las "prioridades" de su programa electoral en los planes de inversiones y en el más complejo aún Programa de Actuación Municipal (PAM) del mandato. 

Los socialistas han expresado en la cita su disposción a "establecer un diálogo sincero que explore las posibilidades de dotar a Barcelona de un gobierno de izquierdas", con la ofensiva centrada en la lucha contra las desigualdades y la creación de ocupación. Pero todavía hay mucha letra pequeña por diseccionar. 

La oferta de Colau para una gran entente de izquierdas se topó ya de entrada, con la negativa de ERC -que prefiere seguir en la oposición- y de la CUP, que desde la campaña electoral ya advirtió de que no alcanzarían pactos de gobierno.