PRIMER BARÓMETRO MUNICIPAL SOBRE LA INFANCIA

Las desigualdades se ceban con los niños en Barcelona

CRISTINA BUESA / BARCELONA

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Cada año, Barcelona se pone frente al espejo. Desde el estallido de la crisis, esa imagen no es agradable. Además, en los últimos tiempos, el impacto es la extraordinaria diferencia entre los barrios de la ciudad. La desigualdad es, pues, el enemigo a batir. El espejo en el que se ha mirado la capital catalana era el del informe sobre la renta familiar, el último hecho público, en diciembre pasado. Pero el anterior gobierno local, presidido por el nacionalista Xavier Trias, había encargado en el 2014 otro estudio, el barómetro sobre la infancia y las familias, pero prefirió guardarlo para uso interno, dijo este jueves. El actual ejecutivo municipal lo desveló, horas antes de pleno de este viernes sobre pobreza.

La teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz, vio en la ocultación del dictamen una "voluntad política" del gobierno de Trias. "Es una cuestión de transparencia, además de que no queremos ocultar el impacto de la pobreza. No nos gustan sus resultados, pero si queremos abordar las desigualdades debemos conocerlas mejor", sostuvo. El barómetro analiza la situación de 1.200 familias con hijos menores de 16 años en julio y en septiembre del año pasado. Los resultados estaban listos desde diciembre pasado.

UN FENÓMENO URBANO

Los responsables del estudio encajan que la desigualdad es un fenómeno urbano. En una ciudad, admitió Ortiz, es donde la brecha entre las familias más humildes y las más pudientes es mayor. Para analizar qué ocurre, el estudio divide los 73 barrios de la ciudad en tres estratos, dos por debajo de la media (base 100) y uno por encima. En cada una de estas zonas se han hecho 400 entrevistas.

A partir de esta división, y este es el valor del barómetro de nuevo cuño, se cuantifica en cuántas familias hay problemas con la alimentación, con los suministros, la educación o la vivienda. En Barcelona hay 214.931 niños de 0 a 15 años que viven en 139.293 hogares, lo que representa un 21,2% del total de viviendas. De estas, según el padrón municipal, el 12,6% son monoparentales, aunque la concejala subrayó que eran "monomarentales" porque suele haber una mujer al frente de las mismas.

RESIDENCIAS EN MAL ESTADO

La pobreza energética es uno de los capítulos en los que la distancia entre los tres estratos de barrios es mayor. Así, el 25,9% de los hogares de la franja más humilde tiene problemas para mantener la temperatura adecuada durante los meses de invierno. En el otro extremo están las zonas con las rentas más altas, donde solo el 2,4% de las familias con menores a su cargo tiene problemas de este tipo.

Ortiz recordó que en este capítulo no solo se tiene que tener en cuenta las dificultades para pagar una factura de electricidad, agua o gas, que solo han incrementado en los últimos tiempos, sino que las condiciones de los inmuebles en los que habitan estos ciudadanos, con problemas de aislamiento térmico, agravan la situación. Esto lleva a que una de las iniciativas que quiere impulsar BC tiene que ver con la rehabilitación o los planes de barrio.

PRIMERO SABER

En este capítulo, el de garantizar los suministros, se otorgan algunas ayudas. Sobre todo cuando la familia está en contacto con los servicios sociales y estos avalan que hay un riesgo de vulnerabilidad. Pero el gobierno de Colau aspira a crear una "renta municipal garantizada" que sustituya los subsidios que reciben estos ciudadanos "y los estigmatizan", dijo Ortiz.

Esta idea no se podrá llevar a cabo hasta el año próximo, con la aprobación de los presupuestos del 2016. Antes de esto, expuso la edila, quieren saber cuántos barceloneses reciben la renta mínima de inserción (RMI) de la Generalitat, una información que ya han reclamado a la vicepresidenta Neus Munté.

En el barómetro también se refleja el abismo entre barrios en lo que a privación alimentaria se refiere, es decir, cuántos menores de 16 años no se pueden permitir una comida con carne, pollo o pescado ("o el equivalente vegetariano", explicita el informe) por lo menos cada dos días. Si en el estrato en el que están las rentas más elevadas el porcentaje es del 0,3%, en el de las rentas más bajas se dispara hasta el 4,4%.

La obesidad es otro motivo de estudio porque es síntoma de una alimentación poco saludable. Una vez más, los barrios económicamente más potentes tienen un 6,6% de menores con este problema mientras que en las zonas más débiles se dispara hasta el 16%.