Inversores y extranjeros a la caza de piso

Ambos engrosan la cartera de compradores y arrendatarios y aceleran el mercado, con pagos al contado

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PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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A media mañana de un lunes, Joan P., un comprador de Vic con ganas de tener una propiedad en Barcelona, tiene previsto visitar tres pisos en Les Corts y el Eixample. Lo que lee en la prensa le lleva a pensar que, ante la subida que se avecina y con los alquileres por las nubes, comprar en la capital catalana viene a ser como tener un plan de pensiones. De hecho es mucho mejor: Idealista.com sitúa la rentabilidad en el 5,5%. Pero in extremis le avisan de que dos de las viviendas que tenía que ver han sido reservadas, así que acude a la tercera cita con mil euros para asegurarse de cazar la vivienda si le encaja. Y así es. Solo había visto un par de inmuebles antes y perdido otro par, así que convencido de que "cada día que pase los precios serán más altos y se podrá regatear menos", hace una oferta ganadora.

Hasta los grandes operadores han constatado "la dificultad de generar cartera de pisos para vender desde el último trimestre del año pasado", indica Emiliano Bermúdez, que también es director de Expansión de Don Piso. Sarrià-Sant Gervasi y el Eixample se perfilan como los dos distritos con más oferta de venta, según Idealista y Fotocasa. 

Esa escasez hace que muchos nuevos operadores se desmelenen por captar pisos. La mayoría de las agencias están cobrando honorarios de entre el 4% y el 6% del precio de venta, más IVA. Es decir, por un piso de 300.000 euros se embolsan de 12.000 a 18.000 euros más impuestos, cuando tienen la exclusiva. Pero si no la tienen y han de competir con otros a la hora de la venta, se produce un baile de ajustes, que la mayoría cifran en una comisión mínima de 6.000 euros, incluso en pisos pequeños.

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Esa retribución es lo bastante tentadora -descontando la publicidad- para que muchos excomerciales del sector hayan vuelto a la carga. En la avenida de Madrid, en poco más de cien metros coinciden cuatro agencias. En dos tramos de la calle de Sants también hay cinco, en una manzana del Eixample es fácil contar con dos o tres... En esas zonas (entre otras) muchos pisos se venden en días. En algunas oficinas hay que dejar los datos porque no tienen apenas nada disponible. 

EN RUSO Y CHINO

En algunas oficinas trabaja personal con idiomas, incluso ruso, como en Exes, mientras crecen las inmobiliarias enfocadas a los chinos. Y es que según un reciente informe, cuatro de cada diez pisos los compran inversores (tanto grandes como pequeños), muchas veces extranjeros, y al contado. En barrios como la Barceloneta o el Gòtic los foráneos son con diferencia el cliente más habitual, tanto para vivir como para ponerlos en alquiler.

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Lázaro Cubedo de Tecnocasa, con 70 franquicias en la ciudad, constata "el ritmo estratosférico" del sector en la ciudad y también la demanda por parte de extranjeros que se afincan en Barcelona temporalmente: el 34% de los inquilinos que firman sus contratos de alquiler lo son. Una presión en el mercado más notoria aún que los 17.000 pisos turísticos por días de la ciudad (entre legales e ilegales), de entre un parque de 830.000 viviendas. 

Cuestión aparte es el tema de las tasaciones. Diversos operadores consultados aconsejan precios según los pisos vendidos recientemente en cada zona, una opción "realista" si se pretende vender en un tiempo razonable. No obstante, muchos particulares parten de una pretensión "disparatada" al poner anuncios en macroportales o al forzar a su agencia a ese precio de salida, lo que "infla" el precio medio que cada web estipula sobre la zona, apunta Bermúdez. El efecto se encandena y otros lo imitan, generando importes que no coincidirán con las tasaciones bancarias. "El 90% de las ventas se hacen por precios inferiores a los anuncios", agrega este experto, aunque el regateo ya no sea el de la crisis.