La huelga de guionistas pone en jaque al cine y la tele en EEUU

IDOYA NOAIN / NOVA YORK

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Ni el mejor equipo de Hollywood podría haber creado una ficción con más tensión. A medianoche expiraba el contrato que vincula a los guionistas con los grandes estudios de cine y televisión de Estados Unidos y durante toda la jornada se sentía intenso, pesado, amenazante, el tic tac de una carrera contrarreloj, de una bomba de relojería: una huelga de escritores de Hollywood, la primera desde que en 1988 abandonaron sus máquinas de escribir y ordenadores durante 22 semanas.

El acuerdo entre guionistas y productores para cambiar los términos económicos de su relación parecía improbable, la amenaza de huelga cada vez sonaba más a realidad y aunque voces de productores de programas, series y películas aseguraban que pase lo que pase "las pantallas no quedarán en negro", algunos, como una veterana deSaturday Night Life, reconocían otra realidad: "Boom. Nuestro programa, simplemente, tendrá que cerrar", decía enVarietyAmy Poehler.

EL NÚCLEO

Aunque hay varios puntos de desencuentro, los nuevos medios son el núcleo de tensión. Y la cuerda se tensa por los dos extremos. Por un lado, los guionistas piden mayor participación en los beneficios que produce la explotación de su trabajo tanto en DVD y vídeo como en nuevas plataformas digitales, desde internet y teléfonos móviles hasta otros aparatos electrónicos. Por el otro, los estudios aseguran que esos beneficios son de momento solo potenciales y se niegan a cambiar los términos de su relación.

El martes se sumó a las difíciles negociaciones en Encino (California) un mediador federal, que volvió a estar presente ayer en la última reunión posible antes de que expirara el contrato. Y lo que parece seguro es que, pase lo que pase en esa mesa de negociación, la huelga no empezará por lo menos hasta hoy, ya que la Unión de Escritores ha convocado a sus 12.000 miembros a una reunión a las siete de la tarde y no tomaría acciones hasta entonces. Además, publicaciones de la industria apuntan a que los guionistas podrían incluso esperar hasta la semana que viene para convocar la huelga, aumentando así su posibilidad de presionar a los estudios con el contrato ya expirado.

El epicentro de un paro sería EEUU, pero la onda expansiva se extendería con efecto retardado a países como España. Loslate night showsde Jon Stewart o Jay Leno, que siguen la actualidad, no tendrán guionistas. Los estudios solo podrán rodar el material que ya esté escrito. Y si en un terreno las perspectivas de crisis son inmediatas es en televisión. Muchos han acumulado guiones para rodar el máximo número posible de capítulos de series comoMujeres desesperadasoHouse, pero si hay huelga, y se prolonga, no habrá nuevo material que grabar. En el horizonte se vislumbra una sobredosis de televisión realidad.