Colau reclama que la ley imponga un límite al precio de los alquileres

Ada Colau en su salsa. La alcaldesa de Barcelona ha vuelto este miércoles a lo que mejor conoce, a lo que centró su activismo pasado y a lo que la llevó a entrar en política: la vivienda.

Colau ha comparecido para informar sobre la incorporación de pisos al parque social del ayuntamiento, pero su mensaje más relevante ha sido el de denunciar el riesgo de "un nuevo ciclo especulativo" ante el cual ha reclamado que se establezca un límite legal al incremento de los alquileres. Hay ejemplos en otros países, como Alemania, ha dicho.

Se trata de una competencia estatal, que puede delegarse a la Administración autonómica y municipal. Básicamente, consistiría en imponer límites en barrios concretos en los que se detecte que el incremento del alquiler en función del libre mercado resulte prohibitivo para los vecinos.

El gerente de Vivienda, Javier Burón, ha explicado que el límite no debe provocar que los alquileres sean demasiado bajos, porque no tendría sentido para el propietario.

Burón ha relatado que Berlín puede establecer esos límites, pero que Alemania combina esa medida con una política económica rotunda de apoyo al alquiler en la que invierte anualmente 26.000 millones de euros. España, con la mitad del PIB, solo destina 900 millones a esas ayudas.

La alcaldesa ha subrayado que un estudio del consistorio alerta del aumento de los alquileres y aporta un dato significativo: con un 30,1%, es la ciudad de España con mayor porcentaje de alquiler, donde es más caro y donde más ha aumentó el último año. Este diario avanzó el pasado 6 de febrero hasta qué punto se ha complicado encontrar un piso de alquiler a un precio razonable, la vista del incremento de la demanda y de los precios en la ciudad.

Por ello, Colau ha hecho un llamamiento al Gobierno central, que es el que tiene competencias en la materia, para que impulse una norma que impida “una nueva burbuja” inmobiliaria que afecte al alquiler, si bien se trata de un concepto habitualmente asociado a la compra.

El estudio que ha citado Colau, elaborado por el Gabinete Técnico de Programación, sostiene que “los últimos datos disponibles” –provenientes de la Secretaria de Habitatge de la Generalitat, del INE, de Idealista, de Fotocasa y de “fuentes propias”- indican que el precio del alquiler sigue en Barcelona una “intensa tendencia ascendente”, después de que en el 2014 se rompiera la tendencia a la baja. En los primeros nueve meses del 2015, el alquiler medio se situó en 727 euros mensuales, un 6,6% más que en el mismo periodo del 2014. Si se observa por precio por metro cuadrado y mes, la cifra del 2015 es de 10,9 euros, un 7,4% más que el año anterior.

Son datos que el estudio identifica como una prueba de la reactivación  del sector inmobiliario, que se aprecia en el mercado de compraventa, con aumento de precios, de compraventas y de hipotecas constituidas. Todo ello en un contexto de mayor actividad económica que en los últimos años, cierta recuperación de la ocupación y de la inversión y un mayor acceso al crédito.

El informe señala lo que ya ha verbalizado Colau: Barcelona es la ciudad con mayor porcentaje de vivienda en alquiler en España –seguida por este orden de Palma, Madrid y Las Palmas-, con un 30,1%. Solo un 1,5% de ese total corresponde a viviendas de alquiler social. En Europa, la proporción es muy distinta a la española. En Berlín hay un 85,93% de viviendas de alquiler; en Amsterdam, un72%; en París, un 61,5%, y en Londres, un 42%.

DIFERENCIAS POR BARRIOS

Obviamente, el alquiler presenta variaciones por barrios en Barcelona, como se aprecian en el nivel de renta, que en los últimos años ha

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registrado diferencias crecientes entre las zonas más ricas y las más pobres.

En Sarrià-Sant Gervasi la media de alquiler en el tercer trimestre del 2015 asciende a 1.050 euros al mes, el doble del coste medio de alquiler en Nou Barris, donde está en el nivel más bajo.

OTRAS CIUDADES

Berlín no es el único caso en el que existe algún tipo de limitación al alquiler. En Nueva York existen indicadores de precio máximo en función de las condiciones en las que está la vivienda. En Francia, como en Alemania, está perseguido imponer rentas desproporcionadas y permitir a propósito el deterioro de la vivienda.