Los perjudicados

Ciutat Vella se levanta contra un nuevo hotel

Los vecinos se oponen a un establecimiento de 99 camas en el Rec Comtal

Solar propiedad de Núñez i Navarro con licencia de actividad y permisos de obra en regla para levantar un hotel de 99 habitaciones en Ciutat Vella, contra el que los vecinos se han organizado.

Solar propiedad de Núñez i Navarro con licencia de actividad y permisos de obra en regla para levantar un hotel de 99 habitaciones en Ciutat Vella, contra el que los vecinos se han organizado.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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El hartazgo de los vecinos de Ciutat Vella del turismo «depredador», el que les «ahoga» y «expulsa», no es un fenómeno nuevo. Expresiones como la «parquetematización» que experimenta el centro histórico de la ciudad son ya de uso cotidiano entre los (cada vez menos) habitantes de un distrito que se lleva la peor parte de la presencia masiva de veraneantes -que ya no son tal, ya que su presencia es una constante- en la Barcelona de moda. La de los 27 millones de turistas anuales. «Ciutat Vella concentra el 26% de las plazas hoteleras de la ciudad mientras representa solo un 4,58% de la superficie de Barcelona», apunta Maria Mas, portavoz de la Xarxa Veïnal de Ciutat Vella. La gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los residentes del Casc Antic ha sido el inicio de las obras de un hotel de 99 habitaciones en la calle del Rec Comtal.

Las alarmas las hicieron saltar hace tres meses los vecinos más próximos al solar, en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i La Ribera, cuando vieron entrar las máquinas, explica Sara Tamayo, arquitecta técnica y vecina. En el vecindario sabían que en el solar había proyectado desde hace años un hotel, concretamente desde la modificación del PERI del 2007, que incluyó en el terreno un alojamiento, pero llevaba tanto tiempo parado que no pensaban que la idea siguiera viva. «Estábamos muy liados con el hotel del Palau, pero, ya superado aquello, vamos a centrar todas nuestras energías en parar este», advierte Mas [la demanda por la que Millet pisó fugazmente la cárcel fue interpuesta por este tenaz vecindario].

El principal argumento que esgrimen para sustentar su oposición es la saturación. En un población de poco más de 100.000 vecinos comparten espacio con 18.000 camas de hotel -según datos del propio gremio- y, calculan, hasta 8.000 pisos turísticos (solo 600 de ellos legales). Es decir, contando dos personas por piso turístico, en temporada alta, una de cada tres personas en el distrito sería turista. «Y estamos hablando de un hotel de 99 habitaciones dobles, es decir, de casi 200 plazas», afirma Tamayo sobre el futuro alojamiento, promovido por Nuñez i Navarro, que ya tiene todos los permisos. Urbanismo dio una licencia de obras en julio del 2013 para un hotel de tres estrellas compuesto por dos plantas subterráneas, planta baja, seis plantas de piso y una séptima reculada para espacios comunes (piscina e instalaciones). Algo que a los contrarios les resulta «inadmisible». Una 200 personas se reunieron en la primera asamblea realizada para preparar la campaña de oposición vecinal, que intensificarán tras el verano, según advierten.

¿Interés general?

Al margen de la presión ciudadana (varias ventanas del barrio ya lucen pancartas contrarias al futuro hotel), la Xarxa Veïnal no descarta luchar también por la vía legal. «El cambio del PERI del 2007 no está claro. Una reordenación urbanística debe basarse en el interés general. ¿Cuál es el interés general en planificar otro hotel en Ciutat Vella?», se cuestiona Enric Mir, otro activista.

Según fuentes municipales, aunque la licencia se vehiculó en el marco de la normativa anterior al plan de usos del 2010, el de Itziar González -el del 2005 no obligaba a rescatar camas hoteleras para abrir nuevas-, han trabajado con el propietario para «concretar las cesiones de vivienda de protección y de espacios libres y el encaje del proyecto arquitectónico con los alrededores», «para hacerlo más amable e integrado y para que el impacto sea el menor posible».