La Casa dels Cotoners acogerá un hotel de lujo

Un contenedor de obras delante de la Casa dels Cotoners, el pasado viernes.

Un contenedor de obras delante de la Casa dels Cotoners, el pasado viernes.

CRISTINA SAVALL / Barcelona

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La Casa dels Cotoners, construida entre 1880 y 1882 por el arquitecto Elies Rogent en la Gran Via, 670, (entre las calles Llúria y Bruc) ha iniciado la reforma arquitectónica para ser la sede de un nuevo hotel de lujo en Barcelona. Un grupo de inversores catalanes está en negociaciones con influyentes cadenas hoteleras internacionales para completar un proyecto que está ubicado justo al lado del Hotel Palace, el antiguo Ritz.

Las obras comenzaron hace un mes en la entrada principal y en tres plantas, a la espera de que se desaloje todo el edificio. Actualmente tienen allí su emplazamiento el Institut Estudis Financers de Barcelona, una escuela especializada en formación y divulgación bancaria, y la Asociación Industrial Textil del Proceso Algodonero (AITPA), heredera del Servicio de Comercio Exterior de la Industria Textil Algodonera (SECEA), que adquirió el edificio en 1957. Entonces, la casa fue rehabilitada y ampliada por el arquitecto Nicolau Maria Rubió, que en 1917 fue el director de los jardines públicos de Barcelona y el diseñador de los jardines del Turó Park, del Palau de Pedralbes y de Montjuïc.

ALQUILER DEL INMUEBLE / La AITPA no quiere perder la propiedad del inmueble neoclásico, por lo que no se trata de una venta sino de un alquiler, que se ultimará cuando el Institut Estudis Financers abandone el local. La asociación algodonera todavía celebra alguna junta en la casa que el burgués Miquel Boada encargó a Rogent, aunque la mayoría de sus actividades están en Sabadell.

Desde noviembre del 2010, la AITPA forma parte de La Confederación de la Industria Textil (Texfor), organización empresarial que integra a las patronales del textil de cabecera, como la Federación Textil Sedera, con sede en la calle de Sant Quirze, de Sabadell, donde tiene las oficinas. Por ello, en breve desalojarán los espacios que aún mantienen en la Casa dels Cotoners. Esos solemnes salones se convertirán en restaurantes, en suites y en salas de reuniones del futuro complejo hotelero.

En un informe sobre la Casa dels Cotoners (también conocida como la Casa del Cotó) elaborado por AITPA destaca la belleza de la escalera general, construida con hierro, madera, vidrio y aluminio. Su peculiaridad es que no se apoya en el suelo inferior, sino que está suspendida del entramado metálico del piso más alto del edificio, lo que le da un aspecto ligero y aéreo.

Las salas reformadas por Rubio para que el edificio de Rogent adquiriera la solemnidad que precisaba la nueva sede de la asociación de algodoneros cuentan con mármoles exquisitos. El mobiliario, incluidas las alfombras, las puertas de maderas nobles y las lámparas, conceden un aire señorial a todo el espacio.

La web de AITPA dedica una página a la historia de la Casa dels Cotoners. Allí explica que cuando Rubio fue consultado por la Inmobiliaria Textil Algodonera sobre la remodelación del edificio, él argumentó dos cuestiones básicas. La primera, que la moderna industria textil algodonera de Catalunya fue una creación del siglo XIX, y el proyecto no tenía que olvidar ese dato fundamental. En consecuencia, el arquitecto decidió que el edificio y su estilo neoclásico barcelonés, representativos de la tradición ochocentista de la industria catalana, tenían que perpetuarse en el nuevo inmueble.

SALVADA DE SER DEMOLIDA / Esa decisión de Rubio salvó del derribo al edificio construido a finales del siglo XIX por Rogent, cuya obra más conocida es la Universitat de Barcelona. No obstante, el Centre de Documentació del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya tiene catalogadas varios inmuebles edificados por él en el centro de Barcelona.

Entre ellos, la casa para Maria Canals, viuda de Brunet, de la calle Rosselló; la vivienda de Felicià Güell, en la calle Nou de Sant Francesc, 23; la reforma de la casa de Mariano Llopart, en Fontanella, 4; el solar y casa de Agustí Prats en la calle Assaonadors, y un edificio para Caterina Roig en Rosselló, entre Rambla de Catalunya y paseo de Gràcia. Rogent también se encargó de la apertura de calles en Sarrià alrededor de la calle Major en el año 1857.