Luis Enrique: "Estamos hechos para estos partidos"

El técnico garantiza la mejor versión del Barça, pero el duelo con el Atlético no es comparable a una final

Luis Enrique, en el último entrenamiento en Sant Joan Despí antes de partir a Madrid.

Luis Enrique, en el último entrenamiento en Sant Joan Despí antes de partir a Madrid. / periodico

DAVID TORRAS

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No es fácil reconquistar Europa cuando ya la tienes en el bolsillo. Nadie la ha camelado dos veces seguidas, como si la Champions necesitara ir cambiando de manos para hacerse valer. No había un galán más apuesto que el Barça, el único que parecía capaz de doblegar la resistencia de la Champions, a repetir conquista. Pero ese final feliz, esa gesta nunca escrita de repetir título, pende inesperadamente de un hilo, de un capítulo de máxima tensión que se vivirá hoy en el Calderón  en medio de más dudas de las esperadas. El Barça parte con ventaja en el marcador (2-1) pero ha perdido la fuerza moral que hasta hace poco le hacía sentirse invencible. Antes de que el balón eche a rodar esta noche, los 90 minutos del Calderón ya se hacen muy largos.

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    La última vez que el Barça se jugó la vida en el Calderón sufrió uno de los peores tormentos que se recuerdan. El Barça del Tata sucumbió de mala manera en cuartos, en medio de un tsunami que le enterró, sin decir ni mu y que luego se repitió en la última jornada de Liga en el Camp Nou. Glu, glu, glu...

    El Barça de Luis Enrique se ha distinguido por no echar a perder nada por la que ha peleado. Pero, en un momento crucial, cuando más invencible parecía, empujado por la racha de 39 partidos sin perder, el campeón inexpugnable se ha mostrado más vulnerable que nunca. Un punto de nueve en la Liga, que ha pasado de estar ganada a estar en peligro, y el pulso con el Atlético desequilibrado en un arranque de rauxa contra una defensa de 10.

    El Barça ha bajado a la tierra cuando andaba por las nubes, por encima de todos, y justo ahora se enfrenta a uno de los peores enemigos. No hay una piedra más dura que el Atlético de Simeone ni un escenario más tormentoso que el Calderón, listo para recrear el infierno, más irrespetuoso y atrevido que ninguno. Ni triplete, ni tridente, ni historias, nada acobarda a un equipo y una afición entregada al cholismo.

EL MENSAJE DE LEO

La cita es tan especial que incluso Messi rompió su habitual silencio para lanzar un mensaje de confianza, justo él, que suma cuatro partidos sin marcar, enfrentado al maleficio del gol 500. «Nuestra mentalidad sigue siendo la misma. Seguimos creyendo en nosotros», escribió en Facebook.

La fórmula de Simeone no tiene secretos. El cholismo es un libro abierto, no engaña, y es fácil imaginar el discurso que lanzará a los suyos. «Tenemos que llevar el partido a la situación que queremos: velocidad, intensidad y contacto. Buscaremos todas las variantes habidas y por haber, y a ver si en uno de esos números telefónicos encontramos el llamado perfecto». Una llamada que les permita voltear la eliminatoria y pasar a semifinales. «Ser del Atlético es ser perseverante, ser competitivo y no dar nada por perdido y luchar contra las dificultades, aún sabiendo que los demás son mejores que nosotros», proclamó el técnico, que no dispondrá del sancionado Torres y que se esforzará en que Godín controle a su gran obsesión: Luis Suárez. «Es el día para hacer algo grande ante el Barcelona. Hay que tener las emociones controladas», sugirió el capitán Gabi.

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NADA DE ENSAYAR PENALTIS

Menos intenso, y más relajado, se mostró Luis Enrique, que llegó contrarreloj, cuando en el Bernabéu, muy cerca del hotel de concentración del Barça, ya había empezado el partido. «Espero que sea la rueda de prensa más rápida de la historia, que hay fútbol», dijo al empezar. Así fue. Máxima confianza y la convicción de que el equipo va a pelear («el que lo dude es que ha visto poco fútbol») pese a no tener la sensación de enfrentarse al partido más importante del curso. Y nada de ensayar penaltis, porque, a la hora de la verdad, «es un tema mental».

    Con el once cantado, y el subidón que supone el regreso de Suárez, el pistolero que mató al Atlético en el Camp Nou, el Barça se enfrenta a uno de los peores enemigos en uno de los escenarios más imponentes. El Calderón será un infierno. Para seguir camino de Milán y del reto de reconquistar la Champions que nadie ha conseguido, el Barça necesitará volver a parecerse al campeón.