"EL TEST HA SIDO UN ÉXITO"

Márquez abandona Misano soñando con correr el GP de Aragón

El piloto de Cervera ha reconocido, tras dos días de intenso trabajo, 100 vueltas al trazado de Misano y un crono, que lo colocó entre los mejoes, que la prueba ha sido un éxito para él y un gran paso para poder volver a competir

"Ahora tenemos que ver como se recupera mi cuerpo de este gran esfuerzo. Si se recupera bien, podré plantearme correr el GP de Aragón, la semana que viene, aunque no estaré, ni mucho menos, al cien por cien"

Marc Márquez

Marc Márquez / ALEJANDRO CERESUELA

Emilio Pérez de Rozas

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La sonrisa del martes de Marc Márquez (Honda) ha podido convertirse hoy, al finalizar el segundo día de test, en el circuito de Misano, tras 112 días de no haberse subido a una moto de carreras, en una auténtica carcajada de felicidad. No lo ha hecho. Se ha reprimido ante el grupito reducidísimo que le esperábamos, pasadas ya la seis de la tarde (ha dado 100 vueltas en seis horas), pero sí ha reconocido que se sentía muy feliz, que el test ha sido un éxito y que hay posibilidades “no sé si muchas o pocas, eso lo dirá mi cuerpo en las próximas horas, depene de cómo se recupere de ese esfuerzo” de reaparecer, ahora, sí, compitiendo, en el Gran Premio de Aragón, que se disputa, la próxima semana, en el trazado de Motorland, en Alcañiz.

“Muy contento, mucho, de cómo ha ido este regreso a la competición, bueno, a subirme a la moto de carreras y volver a ponerme a prueba”, empezó explicando el campeón de Cervera (Lleida). “Han sido dos días muy fructíferos, tal vez más para mí, a nivel personal que para Honda, pero, insisto, el balance es tremendamente positivo”

La alegría procedía, especialmente, del hecho de que su brazo, húmero y hombro derecho, operado, por cuarta vez, hace tres meses en EEUU, ha respondido a las mil maravillas sin dolor, con molestias, pero sin dolor y ya a plena movilidad. “Dar 100 vueltas entre los dos días es para estar contentos, pues significa que hemos resuelto la duda de si, en solo una tarde y una noche, me iba a poder recuperar del esfuerzo del primer día tras tres meses sin subirme a una moto”.

"El test ha ido muy bien. El brazo ha respondido. La velocidad está. He hecho un buen crono y 100 vueltas, que son muchas"

— Marc Márquez / Piloto del equipo Repsol Honda

Y, en ese sentido, Márquez no ocultó, en ningún momento, su alegría por la prueba. “Ha ido mucho mejor de lo esperado, no voy a engañaros, pues la velocidad estaba porque, cuando he querido, he podido tirar y he hecho 1.36, que es muy buen tiempo porque para conseguirlo hay que cerrar los ojos en alguna curva y lo he podido hacer sin miedo. Hacer un buen crono no estaba en los planes pero, bueno, conseguirlo te da tranquilidad”.

Soñando con Aragón

El líder de Honda reconoció que no ha podido construir, aún, una moto para correr con solvencia. “Se me ha acumulado el trabajo y, sí, he probado varias soluciones, cositas, de cara al 2023, que si vuelvo a correr en algún gran premio, podré seguir probando, pero el proyecto está muy desperdigado. La estrategia, que, por cierto, nos ha funcionado ha sido arrancar el martes con la moto de Austin, donde hice la mejor carrer del año, y no tocar nada. Queda mucho trabajo por hacer. Las piezas del puzle están sobre la mesa, pero no será fácil encajarlas, no”

Finalmente y respecto a la posibilidad de que lo veamos ya, en serio, compitiendo, en Motorland, Márquez no engaña. “Si las molestias duran más días de lo que yo deseo, tendré que tener paciencia y eso es lo que me puede impedir plantearme reaparecer, correr ya en Aragón; si desaparecen en dos o tres días, podré pensármelo. Insisto, tengo posibilidades de correr en Motorland, sí. Eso sí, si voy, estaré lejos de mi mejor versión, lejos de mi cien por cien, pero si voy es para seguir con mi proceso de mejora, ya sobre la moto, que es lo que ahora me falta”.

El segundo día

"Hielo y fisio, hielo y fisio, hielo y fisio", ese fue el diagnóstico que hizo el campeón catalán Marc Márquez, de 29 años, ocho veces campeón del mundo, ayer al terminar "bastante agotado" sus primeras 40 vueltas al circuito de Misano tras más de 100 días de inactividad por culpa de la cuarta operación que el doctor español Joaquín Sánchez Sotelo le realizó en su húmero derecho, en la clínica Mayo, de Rochester (Minnesota, EEUU). Asistido las 24 horas del día, en el trazado de Marco Simoncelli, por su asistente personal José Luis Mártínez y su fisio Carlos J. García, Márquez se recuperó bien del esfuerzo realizado y hoy ha regresado a la pista, a las 10.05 horas, para montarse en una de sus tres motos, una de ellas con el carenado totalmente negro, lo que se supone es indicativo de que es la que aporta mayores novedades técnicas y aerodinámicas.

MM93 está rompiendo, en estos dos días de test en Misano, con todo lo establecido, como ya ha ocurrido en los últimos años. Es decir, ni siquiera él creía que podría utilizar la primera sesión del martes para ponerse en manos de los ingenieros de Honda Racing Corporatión (HRC), el departamento de competición de la firma alada, cuyo máximo responsable técnico se ha desplazado desde Japón para seguir los entrenamientos. "Primero me probaré yo y, luego, me pondré a disposición de Honda para probar cosas", dijo el sábado. Pero resultó que ayer, Márquez ya se encontró bien a los pocos minutos de estar en pista y ya ayer se puso a disposición de los hombres de Shinya Wakabayashi.

Marc Márquez desciende, hoy, a las 10.05 de la mañana, de su camión para empezar su segundo día de test en Misano.

Marc Márquez desciende, hoy, a las 10.05 de la mañana, de su camión para empezar su segundo día de test en Misano. / EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Es evidente que Márquez quiere utilizar también estos ensayos para ir regulándose físicamente, para "reeducar el brazo, el húmero y el hombro derecho" y, sobre todo, para medir, posteriormente, su grado de recuperación de cara a seguir estableciendo la pauta de rehabilitación con el equipo médico suyo. Nadie sabe si, después de esta doble sesión, dura, agotadora, pero tremendamente fructífera, tanto para Marc como para HRC, el piloto se sentirá, a lo largo de este fin de semana, lo suficientemente recuperado y fuerte como para tratar de acudir, de reaparecer, la próxima semana en el Gran Premio de Aragón, que se celebrará en Mortoland, un circuito que le encanta.

Las opiniones son diversas, pero el propio Márquez ha dicho que no piensa volver a competir para pasar el rato, para dar vueltas. Márquez considera que, si vuelve, es para competir. "Si corres lo puedes hacer de dos maneras. O sales a hacer kilómetros, a seguir tu línea de trabajo y la de tu fábrica o sales a competir. Y yo, si vuelvo, es para hacerlo lo mejor posible". Es evidente que, además, tras la carrera de Aragón, llegan cuatro grandes premios, casi consecutivos, lejos de España (Japón, Thailandia, Australia y Malasia), lo que significa que si acudes a ellos deberás de cambiar, por completo, tu plan de recuperación, ya que tienes que viajar, vivir en hoteles y abandonar las pautas habituales de entrenamientos. Ese sería, sin duda, otro punto a reflexionar.

Primer día de trabajo

Esa sonrisa le traiciona y eso que es la típica sonrisa de Marc Márquez Alentá, el piloto de 29 años, ocho veces campeón del mundo, rey de MotoGP hasta que se rompió el húmero derecho en Jerez, hace dos años, que hoy ha regresado, ha reaparecido en Misano, tras 112 días sin subirse a su Honda de carreras. Su experiencia ha sido estupenda (él ha dicho “muy positiva”), tanto para él como para Honda, pues no tenía intención de ponerse al servicio de su fábrica (de momento), pero se ha sentido tan bien y ha hecho tan buen tiempo en el sexto giro, que ya ha empezado a probar cosas para el futuro.

“Muy contentos, mucho. Sonrisa amplia, la misma que ha aparecido en mi cara cuando me he bajado de la moto tras mis primeras seis vueltas con la moto de carreras, que no tiene nada que ver con ninguna otra moto”, ha comentado Márquez a El Periódico, en pleno ‘paddock’ del trazado Marco Simoncelli, de Misano. “La adrenalina ha vuelto a surgir, me he vuelto a ilusionar y, lógicamente, en esas primeras vueltas disfrutas poco, porque estas motos corren mucho, pero me he sentido vivo”.

Probando para Honda

La sensación, ha contado un expresivo MM93, ha sido como la primera bajada de la temporada de esquí, vas tieso, rígido y, luego, ya te vas soltando, que es lo que ha ocurrido hoy. “Evidentemente, feliz, porque, en principio, el plan era que solo rodase para probarme yo y, de pronto, enseguida, he hecho un buen crono (1.32 minutos) y hemos decidido empezar a probar cosas que me ha sugerido Honda, con tan buen tacto que he coincidido con los comentarios que ha hecho Stefan (Bradl, piloto probador) al probar las mismas piezas”.

Eso sí, Márquez ha terminado cansado, muy cansado. Tanto que, cuando ha terminado las primeras 40 vueltas y se ha ido a comer, pensaba que volvería a subirse a la moto por la tarde, pero cuando ha terminado de comer “he visto que no podía, de ninguna manera, volver a salir a la pista”. Es decir que, como confesó con una amplia sonrisa, “esta tarde toca mucho hielo y fisio, mucho fisio y mucho hielo y ver cómo me levanto mañana para seguir probando….si puedo”.

"El húmero ha vuelto a su posición natural y, ahora, solo hace falta reforzar la musculatura"

— Marc Márquez / Piloto del equipo Repsol Honda

Márquez, que tiene aquí, en Misano, a su fisioterapeuta personal, Carlos J. García y a su asistente personal José Luis Martínez, reconoce que “el brazo se ha comportado de forma natural, lo que ya es muy positivo. Posición natural, cuando no tengo que emplear mucha fuerza. Cuando he de emplear la fuerza a tope, en las frenadas o grandes aceleraciones para agarrarme al manillar, aún me falta musculatura y fuerza. Debo estabilizar todo el hombro, el brazo, el codo. Curvas de izquierdas, posición mucho más natural; curvas de derechas, en algunas me faltaba fuerza, sobre todo en las curvas enlazadas, pero siempre, siempre, seguro sobre la moto”.

Todo ha sido positivo

Y la explicación de la situación es bastante sencilla de entender: el brazo ha rotado a su posición natural y, ahora, se deben reforzar los estabilizadores del codo y del hombro, lo que requiere tiempo, gimnasio, fisio y moto. “Una cosa es un test, que son seis vueltas y parar, seis vueltas y parar, y otra muy distinta es una carrera entera de 27 vueltas. Ahora no tengo el cuerpo para acabar un gran premio. No, no la hubiese podido acabar, se me hubiese irritado la capsula del hombro, seguro, tras cuatro operaciones me conozco muy bien mi cuerpo. Carrera, rápido, constante, los rivales van muy rápidos, si sales a correr no puedes hacerlo con la intención de guardarte un segundo por vuelta, sino que la tienes que hacer a tope o, al menos, en unos tiempos competitivos”.

"Creía que podría volver a salir después de comer, pero me he dado cuenta de que era imposible. Estaba muy cansado tras 40 vueltas"

Cada vuelta era un “¡aguanta, aguanta!”, comenta Márquez entre carcajadas, pues el cuerpo iba cediendo y desgastándose. “La confianza sobre la moto, tras más de 100 días sin subirte a ella, no es la misma” y, sobre todo, lo que no quería el ocho veces campeón del mundo era tener un despiste, a 300 kms/h., y sufrir una caída. Eso estaba hoy prohibido.

Insisto, el resumen de la reaparición tras 112 días sin moto no podía ser mejor. “Todo ha sido positivo: una, ha sido una primera toma de contacto muy buena; dos, no se me ha olvidado ir en moto; tres, el brazo ya se ha girado a su posición natural, se han corregido los 34 grados de giro y, cuatro, solo me falta fuerza y eso es, perfectamente, reparable”.

Ya lo dijo el sábado en su charla con la prensa: una cosa es el dolor y otra, muy distinta, las molestias. “Noto que todo empieza a ponerse en su sitio. Eso sí, la musculatura y el sistema nervioso trabajan diferentes, notas que estira por sitios que no debería de estirar, notas que, cuando aceleras, el antebrazo no acaba de trabajar como toca, pero lo hará, notas molestias en el codo, en el hombro, pero eso ya me ocurría en el gimnasio cuando empecé a tope y, luego, desaparecieron”.

Así fue la reaparición

Eran, exactamente, las 09.45 minutos, es decir, 45 minutos después de que se abriese la pista del circuito Marco Simoncelli, en la rivera de Rimini, en Misano, cuando el campeonísimo catalán Marc Márquez, de 29 años, se subía a su Honda RC213V de MotoGP, tres meses después de haber sido intervenido, por cuarta vez, en su brazo, húmero y hombro derecho, en la clínica Mayo, de Rochester, Minnesotta (EEUU), por el doctor español Joaquín Sánchez Sotelo. Antes, sí, habían rodado las Aprilia e, incluso, el ya jubilado Andrea Dovizioso, que hizo una prueba del nuevo casco de la firma Alpinestars.

La jornada de Márquez había empezado muy temprano con ejercicios de activación, acompañado siempre de su asistente José Luis Martínez, que no se separa de él, y, sobre las 09.15 horas, entró en su camión, instalado justo detrás del boxe de Honda, junto al de Pol Espargaró, en el circuito de Misano. Subió un momento Santi Hernández, su ingeniero, también un ratito Alberto Puig, Team Manager del equipo alado y, a continuación, Márquez se vistió para salir a la pista.

Marc Márquez nada más llegar al boxe del equipo Repsol Honda junto a su ingeniero Santi Hernández.

Marc Márquez nada más llegar al boxe del equipo Repsol Honda junto a su ingeniero Santi Hernández. / EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Sobre las 09.30 horas ya había una nube de fotógrafos y cámaras de TV y video vigilando, frente al boxe del 'team' Repsol Honda, aún cerrado, esperando que el piloto de Cervera (Lleida) hiciese su aparición, cosa que hizo sobre las 09.40. Acto seguido, ya sin saludar a los suyos, pues lleva desde el viernes por la noche en Misano, se sentó en su butaca y conversó poco, muy poco, con Hernández. Se puso inmediatamente el casco, tras repasar unos papeles durante medio minuto y salió a pista, insisto, en medio de una gran expectación mediática. Mediática y técnica. Y competitiva.

La importancia de este test queda demostrada en el hecho de que está presente en él el máximo responsable técnico de la fábrica Honda, de HRC (Honda Racing Corporation), Shinya Wakabayashi, que dificilmente se mueve de Japón y más tras la aparición del Covid-19. Pues bien, Wakabayashi no se pierde detalle de las salidas y entradas en boxe de Márquez y sus conversaciones con sus técnicos,a las que asiste junto a Alberto Puig.

Marc Márquez conversa, tras una de sus paradas en el boxe del equipo Repsol Honda, con sus técnicos, entre los que está el jefe supremo técnico de Honda, Shinya Wakabayashi.

Marc Márquez conversa, tras una de sus paradas en el boxe del equipo Repsol Honda, con sus técnicos, entre los que está el jefe supremo técnico de Honda, Shinya Wakabayashi. / EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Márquez se detuvo en su boxe tras dar seis vueltas al circuito de Misano, unos 21 kilómetros, regresó al taller de su equipo y estuvo compartiendo conversación, sensaciones y análisis de la situación con su ingeniero y, muy especialmente, con sus telemétricos, entre los que está, en esta ocasión, el hombre que le ayudó a ganar su título mundial de Moto2, Gerold Bucher, que suele ser el técnico del alemán Stefan Bradl, piloto probador de Honda, pero que ha venido a Misano a reforzar el equipo técnico de Honda en estos dos días de test.

Pocos minutos después, MM93 volvió a salir a la pista, en la que se cruzó un par de veces con el que fuese su compañero en Honda, Dani Pedrosa, que está probando la futura KTM del 2023, así como con el resto de pilotos de la parrilla de MotoGP, por descontado el líder del Mundial y campeón del mundo, el francés Fabio Quartararo (Yamaha), y sus dos perseguidores, el italiano 'Pecco' Bagnaia (Ducati) y el catalán Aleix Espargaro (Aprilia), que, al cierre de esta información, lideraba la tabla de tiempos, cosa poco importante en dos jornadas donde pilotos, equipos y fábricas lo único que se proponen es probar material para el sprint final del actual campeonato (restan seis carreras) y la preparación de la moto del año que viene.

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