La eclosión de las paellas nocturnas

Ramon Ferreira, director del Barceloneta, entre manteles.

Ramon Ferreira, director del Barceloneta, entre manteles.

P. C.

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El viajero que viene por unos días a Barcelona suele tener en su lista de imprescindibles gastronómicos catar paella y tapas, por mucho que luego haga otras incursiones en restaurantes de autor. El periodo del Mobile World Congress no es una excepción, cuentan ya acostumbrados, en uno de los restaurantes más conocidos del litoral, el Barceloneta, donde  para las noches del 24 al 26 ya no quedan mesas libres.  Los congresistas ignoran que la paella no es habitual en el menú nocturno de los barceloneses y se entregan a ella en esa franja horaria más propicia a platos más ligeros, explican.

Su director, Ramon Ferreira, no necesitará reforzar plantillas pese alcanzar el completo, porque asegura que están acostumbrados al furor de los fines de semana, asegura. Lo que sí será diferente es el paisaje de rostros: un feliz mix de coreanos, chinos, rusos, alemanes, italianos, estadounidenses, franceses... detallan, que sucumben sobre todo a arroces, jamón, marisco y pescados, cuenta.

El grupo más grande que tendrán estos días será de 30 personas, ya que abundan los grupos pequeños y encuentros de negocio. Y es ahí donde se marca la diferencia respecto a otras ferias y grandes citas de la ciudad. «El perfil de estos congresistas es de alto poder adquisitivo, de gran nivel», añade. De forma que al margen de la cantidad de comensales, las facturas también son más generosas estos días.  El precio no es un factor importante para muchos de estos viajeros, que solo reclaman calidad y suelen llegar al establecimiento en cochazos con chófer y con ganas de probar la cocina local.

Para otros muchos restaurantes, febrero es un mes malo en caja y el Mobile, un balón de oxígeno.