PROTEGIENDO Y PRESERVANDO EL LITORAL METROPOLITANO

Objetivo: salvar las playas

El AMB apuesta por medidas transversales para mitigar la regresión del litoral

Playa de Montgat

Playa de Montgat / periodico

Anna Rocasalva

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El litoral es un elemento vital de la infraestructura verde metropolitana, con sus grandes playas abiertas y naturales, y de abundante afluencia de usuarios. 

Sin embargo, estas zonas de gran valor socioeconómico para la metrópolis están sufriendo una fuerte regresión debido a diferentes factores: a los efectos del cambio climático, la ausencia de sedimentos, la urbanización y las infraestructuras, entre otros. 

En los últimos cuatro años, las playas metropolitanas han perdido, de media, el 30% de su superficie. Además, los últimos temporales han tenido un coste de 100.000 euros para el AMB. No obstante, a pesar de la regresión y el mal tiempo, los usuarios continúan apostando por el litoral metropolitano, y puntúan las playas con la segunda valoración más alta de la historia.

En la encuesta metropolitana sobre las playas que se ha hecho este 2018 se han sacado distintas conclusiones sobre los diferentes elementos o factores que influyen en la ocupación del litoral. Estos son: en primer lugar, el mal tiempo, ya que este verano ha habido bastantes días con banderas rojas en las playas. En segundo lugar, la regresión del litoral. Es decir, ahora hay menos espacio físico para que los usuarios puedan ocupar. A esto se le llama capacidad de carga (capacidad de absorción que tienen estos espacios públicos). Y, finalmente, destacan los motivos socioeconómicos.

EL CAMBIO CLIMÁTICO

Según indican los expertos en dinámica litoral, las playas deberían tener un mínimo de 25m de ancho para tener suficiente capacidad de carga, o capacidad de absorción de usuarios. No obstante, debido a la construcción de puertos y embalses, a la impermeabilización de la ciudad, y a la edificación de la costa, entre otras cosas; el litoral metropolitano ha entrado en una dinámica de regresión muy peligrosa. «Y a todo ello hay que sumarle los efectos del cambio climático», añade el investigador del Instituto de Ciencias del Mar, Jorge Guillén. «Hemos detectado que los temporales son más frecuentes y las olas, más altas», agrega Daniel Palacios, geólogo e ingeniero técnico de playas metropolitanas. También ha cambiado la dirección del temporal y esto implica muchos cambios en la propia morfología de las playas. Y el nivel del mar ha crecido entre 2 y 6 mm al año. 

«Somos totalmente conscientes de la vulnerabilidad de nuestro litoral y por eso queremos establecer unas estrategias conjuntas para revertir esta situación», afirma Jordi Bordanove, jefe de Promoción y Conservación del Espacio Público del Área Metropolitana de Barcelona.

COLABORACIÓN PÚBLICA

Las playas metropolitanas son un engranaje entre distintas administraciones y organismos públicos. Hay un reparto de competencias entre el AMB, el Departamento de Territorio de la Generalitat, los ocho ayuntamientos metropolitanos de la costa y el Ministerio para la Transición Ecológica. Por eso, desde el AMB se propone unir fuerzas con todas las administraciones competentes para hacer un plan de estabilización, una hoja de ruta con distintas propuestas y proyectos a largo plazo, para solucionar el problema de la regresión del litoral. «Lo que pedimos a la Generalitat y al Ministerio es un plan estructural general para todo el litoral metropolitano, porque el mar no entiende de límites administrativos», explica Bordanove.

ACTUACIONES ADAPTADAS

Las playas del norte y del sud son muy diferentes, con lo cual las soluciones de ingeniería son diversas y dependen de cada caso. «Dentro de nuestras posibilidades estamos mejorando toda las zonas dunares de Castelldefels, Gavà, Viladecans y el Prat», comenta Palacios. 

Hasta ahora, la creación de dunas se ha llevado a cabo bajo el paraguas de “Dunas Híbridas”, a través del proyecto europeo OPERAs. 

Este mes de diciembre, se ha entrado en una nueva fase, cuya denominación es “Proyecto Dunes”, con la creación y el refuerzo de dunas existentes en Gavà, El Prat, Castelldefels y Viladecans. En esta quinta fase,  se están reforzando las dunas existentes y creando otras nuevas, de más de 5.000 m lineales; se están eliminando las especies vegetales invasoras y plantando especies compatibles, que ayuden a mantener el sistema dunar, y más borrón, que és la planta que ayuda a enraizar las dunas nuevas; y se están  construyendo nuevas vallas para las nuevas zonas dunares.

No obstante, el “Proyecto Dunes” sólo es válido en playas con suficiente anchura y con una granulometría específica. En el litoral del norte son necesarias actuaciones estructurales que entran dentro de la competencia del Ministerio, por ejemplo la compartimentación de las playas mediante la construcción de diques. «Lo que está claro es que hay que buscar una solución más sostenible y que provoque menos impacto ambiental que la aportación de arena, porque enseguida se la lleva el mar», concluyen Bordanove y Palacios.

7,73, la segunda mejor nota de la historia

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