Recopilación de datos

Coipús en Girona y carpas chinas en el Vallès: la ciencia ciudadana revoluciona la detección de especies invasoras

Las plataformas de observaciones de animales y plantas se multiplican y permiten a los científicos monitorizar con un detalle sin precedentes qué ocurre en la naturaleza

Listas negras y brigadas ciudadanas: la nueva ofensiva contra el auge de las especies invasoras

Un ejemplar de coipú, un roedor sudamericano que se está extendiendo por el Alt Empordà.

Un ejemplar de coipú, un roedor sudamericano que se está extendiendo por el Alt Empordà.

Valentina Raffio

Valentina Raffio

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Detectar la aparición de una especie invasora no siempre es fácil. En la mayoría de casos, estas especies exóticas irrumpen en territorio foráneo de forma casi accidental, se expanden sigilosamente y a menudo tan solo se detectan cuando ya se han convertido en una verdadera plaga. La comunidad científica lleva años intentando redoblar sus esfuerzos para detectar de forma precoz la irrupción de animales y plantas exóticas con potencial invasor en España pero no siempre es posible desplegar miles de expertos sobre el terreno para monitorizar en tiempo real el estado de los ecosistemas. Una alternativa que está irrumpiendo con cada vez más fuerza, y que promete revolucionar el estudio de especies invasoras, es la ciencia ciudadana. Las iniciativas que aúnan los ojos de millones de personas y el conocimiento de los expertos ganan cada vez más fuerza en España y, poco a poco, están logrando hallazgos insospechados

En estos momentos existen decenas y decenas de iniciativas de ciencia ciudadana para monitorizar la flora y fauna que habita en España. En todos los casos, la dinámica es la misma. Los ciudadanos aprovechan sus paseos y excursiones para fotografiar los animales y plantas que se encuentran por el camino. Después, suben las imágenes a las plataformas correspondientes y añaden toda la información posible sobre, por ejemplo, la localización de los ejemplares, la fecha del encuentro y algunas observaciones sobre su eventual impacto en el ecosistema. A partir de ahí, cada proyecto cuenta con un equipo de expertos que se dedica a analizar la información recopilada, identificar las especies y detectar la aparición de especies invasoras. 

Las plataformas recopilan fotografías y datos aportados por ciudadanos y las ponen a disposición de científicos para su estudio

Un ejemplo muy ilustrativo es el caso de las plantas derivadas de las semillas de chía (Salvia hispanica). La mayoría de reportes sobre la existencia de esta planta tropical en España provienen de información proporcionada por ciudadanos, naturalistas amateurs y científicos de todo tipo. Gracias a este factor, por ejemplo, sabemos que en los últimos cinco años esta especie ha brotado en al menos una quincena de lugares de toda la Península. También ha permitido confirmar que la mayoría de las plantas están creciendo a orillas de los ríos donde desembocan los desagües de las grandes ciudades, algo que probablemente confirma la hipótesis de que el foco del problema podría estar en las semillas que se consumen en los hogares, viajan por la red del alcantarillado y terminan en ecosistemas naturales como las riberas.

Coipús en Girona y cotorras en Barcelona

La plataforma de ciencia ciudadana más para el estudio de la naturaleza, conocida como 'iNaturalist', suma más de 180 millones de observaciones de animales, plantas e insectos en todo el mundo y casi 480.000 especies identificadas por parte de tres millones de ciudadanos inscritos a la iniciativa y 364.000 expertos dedicado al análisis de los datos recopilados. En España se han conseguido recopilar un total de 3.234.932 observaciones de 31.295 especies distintas. En estos momentos, se calcula que la comunidad española adherida a esta plataforma roza los 60.000 usuarios amateur y más de 23.500 expertos enfocados al análisis de la información recopilada. Esta miríada de datos permite un estudio sin precedentes sobre la irrupción y expansión de especies invasoras en diferentes puntos del territorio.

Páginas como 'iNaturalist' cuentan con más de 60.000 usuarios activos en España y 23.500 expertos dedicados al análisis de datos

Gracias a esta plataforma podemos saber que, por ejemplo, existe población cada vez más grande y extendida de coipú (Myocastor coypus) en los alrededores de Girona y que, de hecho, se detectaron unos en L'Escala, otros en Palamós y otros aún en la frontera con Francia, cerca de la Jonquera. Los naturalistas amateurs también informan de la presencia de gansos egipcios (Alopochen aegyptiaca) por la zona de la Costa Brava y Girona. En Barcelona, las especies invasoras más reportadas son las cotorras argentinas (Myiopsitta monachus), las tortugas gravadas (Trachemys scripta) y las ratas grises asiáticas (Rattus norvegicus). También se encuentran observaciones tan singulares como la de una carpa china (Cyprinus rubrofuscus) que, quién sabe cómo, acabó nadando en un estanque de Santa Perpètua de Mogoda.