Denuncia a los gobiernos

Jóvenes ecologistas convocan este viernes a una huelga mundial por el clima: "El futuro se seca y nuestra casa está en llamas"

La plataforma 'Fridays for future' organiza cientos de protestas en todo el mundo para denunciar la inacción de los gobiernos frente a la crisis climática

MULTIMEDIA | El cambio climático visto por los niños

Los jóvenes luchan por una acción contra el cambio climático

Los jóvenes luchan por una acción contra el cambio climático / Agencias

Valentina Raffio

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Movimientos ecologistas de todo el mundo, liderados por la marea estudiantil de Fridays For Future, han convocado una nueva huelga global por el clima para este viernes 19 de abril. La convocatoria cuenta ya con más de 500 marchas organizadas en todo el mundo en pro de la lucha climática y la justicia social. En España ya hay una decena de protestas convocadas en ciudades como Barcelona, Madrid, Bilbao, Alicante, Córdoba o Palma. En el caso español, las protestas hacen hincapié en la "mala gestión política frente a la sequía". "Nuestro futuro se seca y nuestra casa está en llamas", claman desde 'Juventud por el clima', entidad española detrás de esta convocatoria.

En España, las protestas hacen hincapié en la mala gestión de la sequía

La plataforma de ecologistas españoles recuerda que, según apuntaba un reciente informe de Greenpeace, en estos momentos casi 12 millones de españoles están sufriendo algún tipo de restricción en el uso de agua debido a la sequía. "Los gobiernos imponen cortes a la ciudadanía en lugar de señalar a los verdaderos culpables", afirman. "Mientras las duchas no pueden durar más de 3 minutos, en el sur de la Península Ibérica hay cada vez más campos de golf que derrochan agua. Esta no es forma de gestionar una sequía", afean los activistas, quienes reclaman aplicar cambios estructurales en las "grandes industrias y corporaciones" para paliar la escasez de agua.

La convocatoria de 'Juventud por el clima' también clama contra el impacto medioambiental de sectores como, por ejemplo, el turismo. En este sentido, los activistas recuerdan que el turista promedio consume hasta el doble y el triple de agua que un residente convencional y que los turistas de lujo pueden llegar a consumir entre cinco y ocho veces más que un residente. "Estamos cansados de ver cómo los cruceros que atracan en nuestras costas consumen una media de 628.000 litros de agua por cada amarre", subrayan los jóvenes activistas, que reclaman que en momentos como el actual, mientras varias regiones españoles se enfrentan a una sequía sin precedentes y a una grave escasez de agua, "debemos priorizar el bienestar de la población frente a los lujos innecesarios".

"Mientras las duchas no pueden durar más de 3 minutos, en el sur de la Península Ibérica hay cada vez más campos de golf que derrochan agua"

Juventud por el clima

Decenas de convocatorias

En estos momentos ya hay una decena de manifestaciones convocadas en toda España. En Barcelona, por ejemplo, se ha convocado una concentración frente al Ayuntamiento (plaza de Sant Jaume) a las 12.00. En Madrid, la protesta tendrá lugar frente al Congreso de los Diputados a las 18.00. También hay decenas de convocatorias en escuelas y en institutos de todo el territorio. Todo apunta a que en las próximas horas y días esta lista irá creciendo exponencialmente, tal y como ha ocurrido en otras convocatorias de este tipo, y acabará sumando decenas de protestas más en muchos otros municipios de todo el territorio español.

Las protestas españolas también denuncian la falta de medidas de adaptación para hacer frente al calor cada vez más extremo que afecta a España durante el verano. Frente a estos, los activistas reclaman "no talar árboles" (como se ha hecho, por ejemplo, en ciudades como Madrid) y que se apueste de forma clara por "aislar viviendas y edificios públicos para poder soportar las altas temperaturas".

"Estamos hartas de hacer exámenes mientras nos está a punto de dar un golpe de calor", concluyen los jóvenes activistas, quienes recuerdan que el calor se ceba especialmente con aquellos grupos en riesgo de exclusión social, que viven en viviendas "más degradadas, mal aisladas y sin posibilidad de refrigeración" y que, en definitiva, acaban viviendo días enteros a 47 grados.