El cambio climático obliga a cerrar una estación de esquí en Francia

Las previsiones de cierres definitivos de estaciones de esquí debido al cambio climático van haciéndose realidad en Europa. Hace ya tiempo que viene advirtiéndose de que los centros turísticos de los Alpes, los Pirineos, los Vosgos y las cadenas montañosas del Jura tienen dificultades para permanecer abiertos durante toda la temporada debido a la falta de nevadas.

Los últimos años están resultando excepcionalmente cálidos y ello constituye una amenaza para la supervivencia de las estaciones de esquí. Una de las de mayor solera de Francia, la de La Sambuy, ha decidido echar el cierre de forma definitiva. Después de solo conseguir abrir durante cuatro semanas en la temporada de esquí 2022/23, La Sambuy ha decidido cerrar sus pistas para siempre.

Se trata de una estación con sede en la pequeña ciudad de Faverges-Seythenex, y era muy popular gracias a sus paquetes para principiantes y su pase de siete días, que tenía un precio razonable de 97 €.

Cuenta con diez pistas de esquí, tres telesillas y, según su sitio web, “unas vistas impresionantes del lago de Annecy y del Mont Blanc”. Sin embargo, el proceso de desmantelamiento de los remontes ya está en marcha.

Jacques Dalex, alcalde de La Sambuy, dijo a CNN que «[la estación] solía tener nieve prácticamente desde el 1 de diciembre al 30 de marzo». Sin embargo, esta pasada temporada de esquí solo hubo cuatro semanas de nieve en la estación y casi inmediatamente aparecieron piedras en la pista.

Esta situación ha llevado a sus responsables a arrojar la toalla y a terminar con una larga trayectoria empresarial, forzados por el calentamiento global que amenaza a este tipo de centros turísticos.

Al igual que se prevé que suceda con otras estaciones de esquí, la empresa ha decidido reinventarse y transformar su actividad. La temporada de invierno ya solo representaba el 30 por ciento de los ingresos anuales de La Sambuy, que ahora gana mucho más dinero como lugar de vacaciones de verano.

Cuantiosas pérdidas económicas

Solo el funcionamiento de los remontes cuesta alrededor de 80.000 euros al año, y con apenas nieve suficiente para abrir en enero y febrero de 2023, el complejo estaba perdiendo alrededor de 500.000 euros al año.

Según Dalex, mantener abierta la estación de esquí ya no es económicamente viable. Dijo al diario Libération que “el cambio climático nos obliga a revisar nuestra forma de pensar”.

La Sambuy no es la única estación de esquí francesa que se enfrenta a esta crisis. El año pasado, Saint-Firmin, otro pequeño destino de esquí alpino, optó por clausurar su remonte después de ver cómo la temporada de invierno disminuía de meses a semanas, una situación que atribuyen al cambio climático.

Mountain Wilderness, un grupo ecologista francés, afirma que Francia ha desmantelado 22 remontes desde 2001, y estima que hay otros 106 remontes abandonados en 59 lugares del país galo.

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