Animales de compañía

Aprende a identificar los 22 estados emocionales de tu perro o tu gato

La correcta interpretación de lo que sienten las mascotas, clave para el éxito de sus interacciones con humanos

Los perros pueden sentir más emociones que los gatos, según sus propietarios.

Los perros pueden sentir más emociones que los gatos, según sus propietarios. / pixabay

Ramón Díaz

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¿Eres capaz de identificar qué emociones siente tu mascota? Un equipo de científicos de neurociencia cognitiva y comportamiento animal ha descubierto que los dueños de gatos y perros perciben en sus animales una gran variedad de estados emocionales, hasta veintidós, que van desde simples hasta complejos.

"Comprender cómo se sienten los perros y gatos es muy difícil y hacerlo mal podría generar problemas de bienestar para los animales, e incluso el riesgo de lesiones para los humanos". Es la primera frase el estudio, titulado ‘Creencias de los propietarios sobre las capacidades emocionales de sus perros y gatos’ y publicado en la revista ‘Animals’.

La investigación científica sobre las emociones de las mascotas se encuentra aún en sus primeras etapas. De ahí que los dueños de mascotas sean en la actualidad las mejores fuentes de información posibles, porque, por lo general, pasan mucho tiempo con sus animales.

En esta encuesta se preguntó a 438 propietarios si sus perros y gatos podían expresar emociones, y que indicaran las señales de comportamiento en las que se basaron para identificar esas emociones. Se les preguntó por 22 estados emocionales diferentes.

Los propietarios creen que los perros pueden sentir más emociones que los gatos y que pueden usar diferentes conjuntos de signos de comportamiento para identificar distintas emociones de ambas especies.

Los propietarios identifican 22 estados emocionales en sus mascotas.

Los propietarios identifican 22 estados emocionales en sus mascotas. / pixabay

El número de emociones caninas reportadas tendió a aumentar con el incremento de la experiencia personal del propietario con los perros, pero disminuyó con el aumento de la experiencia profesional del propietario con ellos.

Estas percepciones de los propietarios son útiles para avanzar en la investigación en el campo de las emociones animales, ya que proporcionan un punto de partida para validar cada emoción en estas especies.

Celos, amor, orgullo, pena…

El cuestionario incluyó seis emociones simples (ira, disgusto, miedo, alegría, tristeza y sorpresa) y 16 emociones complejas (diversión, ansiedad, aburrimiento, confusión, curiosidad/interés, decepción, vergüenza, empatía, frustración, pena, culpa/vergüenza, celos, amor/afecto, dolor, anticipación positiva y orgullo)

Los hallazgos confirmaron que los propietarios notan un catálogo de emociones mucho más amplio de lo que se había documentado anteriormente, y los hogares con gatos y perros juntos informaron emociones secundarias en los perros a un ritmo más alto. 

"A medida que las terapias asistidas por animales continúan ganando popularidad en la promoción de la buena salud mental y el bienestar en los humanos, la identificación correcta del estado emocional de un animal es clave para el éxito de las interacciones entre humanos y animales en general", apunta Hannah McGowan, responsable de comunicaciones de la Universidad de Lincoln.

Las mascotas sienten al menos 6 emociones simples y 16 complejas.

Las mascotas sienten al menos 6 emociones simples y 16 complejas. / Unsplash

"Evaluar las impresiones del propietario sobre las emociones de los animales de compañía es una parte importante para comprender las interacciones entre humanos y animales", señala Daniel Mills, profesor de Medicina Conductual Veterinaria en Lincoln.  

"Pueden surgir problemas si un dueño malinterpreta el estado emocional de su mascota; su percepción puede no ser la misma que la realidad. Por ejemplo, si un dueño atribuye la culpa como una emoción en su mascota a través de la expresión facial y las señales de comportamiento después de un episodio de mal comportamiento, puede sentir la necesidad de reprenderlo", explica.

El problema de la humanización

"La emoción animal está en la frontera de nuestra investigación. Debido a que no pueden hablar, la importancia de documentar las evaluaciones de los propietarios es el primer paso para poder identificar verdaderamente las emociones internas de nuestros animales de compañía", reseña Kun Guo, profesor de Neurociencia Cognitiva en Lincoln.

Aunque los propietarios informaron un conjunto comparable de fuentes de señales de comportamiento (por ejemplo, postura corporal, expresión facial y postura de la cabeza) para perros y gatos al expresar la misma emoción, las distintas combinaciones tendían a asociarse con emociones específicas tanto en gatos como en perros. 

La cantidad de emociones reportadas en los gatos fue mayor en los hogares donde solo había gatos en comparación con los que también tenían perros.

Pero, aunque la interpretación de los propietarios de las emociones animales son una fuente de datos vital, no está exenta de fallas; entre ellas, la principal, el antropomorfismo y las tendencias de humanización en los dueños de perros.

"Nuestra investigación destaca que vemos a los perros y gatos de manera muy diferente con respecto a las emociones, lo que sugiere un posible sesgo de especie, que podría resultar problemático para nuestras mascotas".

Una hembra de opastor alemán y su cachorro jugando.

Una hembra de opastor alemán y su cachorro jugando. / pixabay

La humanización también puede aumentar el riesgo para los humanos, ya que aumenta la probabilidad de que las personas ignoren las señales de incomodidad o pongan a su perro en situaciones que no pueden afrontar, creyendo que su mascota nunca les hará daño. 

Por ejemplo, la mayoría de las mordeduras caninas que involucran a niños ocurren con perros familiares cuando no están supervisados en el entorno del hogar, y el comportamiento del niño hacia el perro es el desencadenante más común.

Informe de referencia: https://www.mdpi.com/2076-2615/13/5/820

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