Consumo sostenible

Cultivar sin tierra y en casa: así funciona un sistema hidropónico

Nuestras verduras y legumbres, 100% naturales y baratas

Sistema hidropónico

Sistema hidropónico / facebook

Joan Lluís Ferrer

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¿Cultivar nuestras propias verduras y legumbres sin tierra? ¿Hacerlo en un espacio reducido como nuestro balcón? Sí, esto es posible gracias a la hidroponía, una técnica que no es nueva, pero que está viviendo un resurgir desde hace unos años, por la facilidad que presenta y las ventajas frente al cultivo tradicional.

El cultivo hidropónico es aquél en que no es necesario el uso de tierra para cultivar los productos. En realidad, y aunque parezca increíble, la tierra no es necesaria para sembrar lechugas, coliflores, espinacas, cebollas, pimientos o tomates, entre otras muchas cosas.

Al no necesitar tierra, las plantas deben ‘trabajar’ menos para que sus raíces obtengan el alimento necesario y, además, están libres de enfermedades, por lo que también se evita el uso de pesticidas. Se trata, por tanto, de alimentos cien por cien naturales.

Para crear nuestro huerto hidropónico, basta disponer de un pequeño espacio en el que instalaremos las plantas y el mecanismo de riego, pues lo que sí es básico es agua con los nutrientes que suministrarán a estas plantas todo lo que necesitan.

Cómo se hace

Básicamente, lo que necesitaremos serán recipientes para colocar cada planta (macetas o envases reciclados), de color oscuro para evitar que la luz incida sobre las raíces; tuberías o canaletas para la distribución del agua y un pequeño motor para que ésta vaya recirculando, similar al que tienen los acuarios.

El sistema más habitual emplea tubos de PVC a través de los cuales circula una solución nutritiva impulsada por una bomba. Esos tubos tienen orificios en su parte superior, que es donde se colocan las plantas, dejando que las raíces estén en contacto con la solución nutritiva.

Huerto hidroponico

Huerto hidroponico / shutterstock

Por supuesto, hay también firmas comerciales que venden el equipamiento necesario para hacérnoslo todo más cómodo: Ikea, Nano Garden, Niwa Owe...

Alguna de estas empresas incluso tiene sistemas para instalar el cultivo dentro de la cocina, organizado de tal modo que ocupa el espacio de una nevera, aproximadamente.

Ahora bien, que no se use tierra no significa que no exista un soporte, y éste puede ser grava, corteza de árbol, espuma y muchos otros, aunque las raíces están en suspensión.

Pero también hay variantes en que simplemente se usa agua con nutrientes. En estos casos, las raíces están suspendidas en una solución líquida con todo lo necesario para el desarrollo de los vegetales.

Sistema más habitual

Sistema más habitual / Harpyja

Las que sí se apoyan en un soporte sólido pueden optar por muchas variantes, incluyendo sustratos de origen orgánico (fibra de madera, cascarilla de arroz, restos de musgo…) o bien inorgánico (arena, espuma, perlita, piedra pómez…).

La composición de la solución nutritiva necesita concentraciones suficientes de nitrógeno, potasio, fósforo, calcio, magnesio y azufre, además de otros elementos adicionales en menor cantidad. Muchos se obtienen de sales, pero también se pueden suplementar o incluso sustituir por fertilizantes orgánicos, como estiércol de ganado o guano de pájaros. Otras posibles fuentes de nutrientes son compuestos orgánicos como harina de pescado, restos de madera o cereales, o algas marinas.

Una buena iluminación también es necesaria para garantizar el adecuado crecimiento de los vegetales.

Las ventajas de los sistemas hidropónicos, cuyas propuestas de configuración podrás encontrar en múltiples páginas de internet, son varias:

-         La temporada de cultivo dura todo el año.

-         Se pueden cultivar más plantas en un espacio más reducido de lo normal, porque las raíces no necesitan crecer y extenderse en busca de nutrientes, dado que ya reciben lo necesario sin esfuerzo.

-         El método es realmente simple, al alcance de cualquier persona sin experiencia alguna.

-         El ahorro en agua alcanza hasta el 50% en comparación con el sistema tradicional de cultivo, dado que el agua se va reutilizando, no se desperdicia.

-         Dado que no usa tierra, no genera suciedad; es un sistema limpio.

-         No hay riesgo de enfermedades generadas en la tierra y, por tanto, no son necesarios productos químicos.

-         El resultado es siempre un producto cien por cien natural y fiable.

Las únicas desventajas que puede presentar el cultivo hidropónico respecto al convencional es que no es apto para todo tipo de plantas y requiere un control constante del riego de los nutrientes que recibe la planta.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es