La Audiencia de A Coruña absuelve a los acusados por el 'caso Prestige'

Imagen del 'Prestige', hundiéndose ante las costas gallegas, el 19 de noviembre del 2002.

Imagen del 'Prestige', hundiéndose ante las costas gallegas, el 19 de noviembre del 2002. / tg

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La Audiencia Provincial de ACoruña ha absuelto tanto al capitán del 'Prestige', Apostolos Mangouras, al jefe de máquinas del buque y al exdirector general de la Marina Mercante José Luis López Sors, por los delitos contra el medioambiente de los que eran acusados, mientras que únicamente el primero ha sido condenado a 9 meses de prisión por un delito de "desobediencia grave".

En su fallo, hecho público este miércoles en el undécimo aniversario del siniestro marítimo -ocurrido el 13 de noviembre de 2002 frente a las costas gallegas-, el tribunal que durante nueve meses juzgó la catástrofe, ha absuelto de todos los delitos por los que eran procesados al jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos y a López Sors.

Mientras, el cuarto acusado, el primer oficial, Ireneo Maloto, queda excluido de esta sentencia porque no llegó a ser juzgado, al encontrarse en paradero desconocido.

El presidente de la Sala que enjuició los hechos, José Luis Pía, ha sido el encargado de leer la sentencia, en lengua gallega, sobre un siniestro que provocó una de las mayores catástrofes medioambientales registradas en España.

López Sors, de buena fe

La sentencia considera que el exdirector general de la Marina Mercante, José Luis López Sors, actuó de buena fe y contó con asesoramiento "correcto y suficiente" aunque se equivocaran en su diagnóstico y en la valoración de los posibles efectos. Y por tanto "no se le puede atribuir responsabilidad penal". Y admite los argumentos sobre en qué puerto debía recalar el buque --la ensenada de Corcubión como más probable-- y a quién podía afectar, por los problemas que suponía y las condiciones meteorológicas adversas que hacían prever "un hundimiento inminente". 

Avala que el 'Prestige' navegara con "navegantes experimentados" y los exculpa de conocer problemas en el barco "porque todos sabían que no era nuevo".

El tribunal exime al Gobierno español de sufragar los daños que se le reclamaban después de que el exdirector de la Marina Mercante José Luis López Sors haya sido absuelto en el proceso penal que se seguía contra él. López Sors había sido acusado como responsable del rumbo "errático" que siguió el petrolero durante seis días antes de hundirse y la sentencia precisa que no hubo ese supuesto "rumbo suicida".

El magistrado Juan Luis Pía ha subrayado que no se puede atribuir responsabilidad penal alguna a López Sors porque "nadie puede señalar lo que se debería haber hecho". "No hay acuerdo aún hoy sobre lo que se debería hacer si se repitiese la situación", ha apostillado el presidente del tribunal de la Audiencia de A Coruña, quien ha recalcado que los informes técnicos son "contradictorios".

Este ingeniero naval siempre ha defendido que no se podía arrepentir de lo hecho al entender que era lo correcto y suya es una frase que refleja el estado anímico, reconocido por él mismo, en el que se ha encontrado todo este tiempo únicamente por "cumplir" con su obligación: "no me imagino al director de los bomberos de Nueva York imputado por el 11-S".

Destino de la fianza

La Sala será la encargada de decidir, en la ejecución de la sentencia, el destino de los 22,7 millones de euros de fianza que en su momento consignó para el proceso London P&I Club, la aseguradora del petrolero que hace 11 años provocó la mayor marea negra de Galicia.

El 19 de noviembre de 2002, tras seis días a las deriva frente a Fisterra (A Coruña), el 'Prestige', que operaba bajo bandera de Bahamas, se partió en dos y se hundió provocando un vertido de más 67.000 toneladas de fuel que anegó las costas de Galicia y afectó a más de 1.700 kilómetros de litoral, desde Portugal hasta Francia.

Este suceso desencadenó la mayor respuesta solidaria de la sociedad civil en España frente a una catástrofe medioambiental, con miles de voluntarios de todo el país que se trasladaron a Galicia para ayudar a limpiar a mano el crudo esparcido por las playas y rocas de la costa afectada.