Adaptarse para sobrevivir

Mataró 'reimagina' su industria textil para salvar al sector

Se pone en marcha el Reimagine Textil, un programa de innovación empresarial para modernizar y reimpulsar el textil en la comarca

Actualmente, la incubadora del proyecto acoge a 15 startups en el programa de alto rendimiento y a 11 en el programa de incubación

La incubadora per a empreses tèxtils de Mataró.

La incubadora per a empreses tèxtils de Mataró. / ACN / Jordi Pujolar

Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

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Nada se pierde si se transforma”. El alcalde de Mataró (Maresme), David Bote, ha resumido con esta frase en la puesta en marcha del Reimagine Textil el objetivo principal de esta iniciativa: adaptarse para sobrevivir. Se trata de un programa de innovación empresarial dirigido al sector textil e impulsado por el Ayuntamiento de Mataró, el TecnoCampus y el Centro Tecnológico Eurecat, que ya trabaja para “hacer crecer y reinventar” el sector textil-moda y prepararlo para encarar los “nuevos retos de negocio”.

El proyecto pone a disposición de emprendedores, start-ups y empresas del textil unas nuevas instalaciones de incubación y un Laboratorio de Fabricación y Prototipado Textil (FabLab) para poder desarrollar sus ideas. Estos nuevos espacios configuran “un ecosistema de innovación” que proporciona el entorno tecnológico, el conocimiento, los contactos y posibilidades de financiación para “facilitar el despliegue de nuevas oportunidades”, explican desde el consistorio. De este modo, actualmente, la incubadora Reimagine Textile acoge a 15 start-ups en el programa de alto rendimiento y a 11 en el programa de incubación.

En definitiva, se trata de un primer paso para apostar por la reindustrialización de Mataró y el Maresme; de un proyecto que ayude a empresas y emprendedores locales a obtener las herramientas necesaria para que poder adaptar sus respectivos proyectos a las demandas actuales -y de futuro- del mercado y generar así, con el tiempo, empleo de calidad en el ámbito textil.

Así, este Proyecto de Especialización y Competitividad Territorial (PECT) de Mataró-Maresme, con cerca de dos millones de euros de presupuesto, está subvencionado al 50% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

Sector en crisis

Aunque el textil todavía mantiene un gran peso económico en la comarca y la ciudad, la puesta en funcionamiento de del Reimagine Textile llega después de dos años seguidos negativos para la industria de tejidos maresmense. Desde el Consell Comarcal del Maresme (CCM), explican que las industrias textiles son el segundo subsector más importante de la comarca en términos de facturación, por detrás del de las químicas y farmacéuticas. “el 10,8% de la facturación total de la comarca proviene de empresas que desarrollan esta actividad: 826,8 millones de euros”, señalan en referencia al textil.

La incubadora para empresas textiles de Mataró.

La incubadora para empresas textiles de Mataró. / Ayuntamiento de Mataró

Aún así, ya en 2019, un informe publicado por el propio Consell Comarcal señalaba que, tras cinco años consecutivos de crecimiento, las últimas cifras de empleo y facturación no dejaban “un escenario muy prometedor”; una tendencia que la pandemia del covid-19 no ha ayudado a revertir.

Según datos del Observatorio de Desarrollo Local del CCM, la comarca pasó de 6.208 trabajadores dedicados al sector en 2018, entre asalariados y autónomos, a 5.872 en 2019. Sin embargo, la sangría no se detuvo ahí. En el tercer trimestre de 2020 –últimos datos disponibles- había registrados un total de 5.305 trabajadores de las industrias textiles, es decir, había 567 personas menos dedicadas al sector que a finales del 2019. La comparación es todavía peor si nos remontamos a 2010, cuándo, en plena crisis económica, aún había 6.475 personas ocupadas en el mundo de los tejidos y la confección.

Josep Espígul, presidente de la Asociación de empresarios de género de punto de Mataró y comarca (Asegema), afirma que en estos momentos la industria textil está “sobreviviendo”. “La pandemia lo ha desmantelado todo. En marzo de 2020 cerró todo y toda producción que estaba hecha se quedó en los almacenes. Después, en octubre, se volvió a cerrar y ocurrió lo mismo”, asevera Espígul.

Tejidos sostenibles

Durante la presentación de la incubadora y el FabLab, el director general de Negocio del Centro Tecnológico Eurecat, Miquel Rey, ha destacado la sostenibilidad como uno de los mayores retos y oportunidades para el sector del textil maresemense. “Todos los negocios deben velar por ella [la sostenibilidad] porque la demanda lo exige y, por tanto, es un elemento de competitividad”, ha remarcado Rey en su intervención.

En consecuencia, una de las principales labores del Reimagine Textile es ayudar a los emprendedores a pensar en qué materias primas utilizan, cómo se diseñan los procesos para que generen residuo cero y luego pensar en cómo reciclarlo.

Infinite Athletic es un ejemplo de las empresas que trabajan en el Reimagine que han apostado de lleno por la economía circular y la sostenibilidad de sus productos. Se trata, según explican ellos mismos, de la “primera marca de ropa deportiva sostenible en el mundo del tenis”. “Partiendo de los cordajes que nos dan los clubs y tiendas de tenis especializadas, creamos un nuevo polímero, de este polímero hacemos un hilo y, con este hilo, empezamos a confeccionar la pieza de vestir deportiva”, ha resumido Francesc Giménez, uno de los fundadores.

También en este ámbito se mueve Redpanti, una marca que está desarrollando una braga de regla para “la absorción del flujo menstrual ligero”. Se trata de ropa interior femenina lavable y reutilizable capaz de sustituir a una compresa y que “reemplazará al uso del protector íntimo”. Josep Espígul coincide en la necesidad de que el sector apueste por la sostenibilidad y la economía circular y alberga cierta confianza en que comporte una recuperación del producto de proximidad.

Darle la vuelta a la tortilla

Espígul sitúa la otra gran esperanza del sector en la revisión de la globalización que ha comportado la pandemia del covid. “Existe una sensación de que se quiere reapostar por el producto de quilómetro cero; ya lo veremos”, comenta.

Más que la crisis económica, lo que golpeó a las industrias textiles de Mataró y el Maresme fue el proceso de globalización que se produjo entre los años 80 y principios del 2000. Como explica un estudio de la Universitat de Barcelona (UB) publicado por las investigadoras Adriana Espinet, Paloma Miravitlles y Fariza Achcaoucaou, las primeras dificultades para el sector llegaron en 1985, cuando España se integró en la Comunidad Económica Europea (CEE) y, con ello, “se inició un período de mayor liberalización de intercambios con Europa que afectó a la competitividad y a las empresas del sector textil”.

Según apunta el mismo estudio, a principios del siglo XX, la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 2001, y la eliminación del Acuerdo General sobre Textiles y Vestidos (ATV), que “protegía a la industria local a través de cuotas de importación, en 2005, dieron el carpetazo a muchas empresas del sector que no fueron capaces de adaptarse a las nuevas tendencias y condiciones del mercado.

Diseños de Júlia G. Escribà en la incubadora para empresas textiles de Mataró.

Diseños de Júlia G. Escribà en la incubadora para empresas textiles de Mataró. / Ayuntamiento de Mataró

Ahora, el Reimagine Textil pretende ser un impulso tecnológico para emprendedores, empresas y profesionales del sector que les ayude a conocer el estado de la tecnología de vanguardia “que les debe permitir adquirir ventaja competitiva en el mercado”. Así, los responsables del proyecto ambicionan a darle la vuelta a la tortilla y que las nuevas tecnologías desarrolladas en la incubadora y el FabLab, el llamado smart textile, ayuden ahora a que empresas nuevas y tradicionales puedan ocupar parte de la cuota de mercado de otros países a través de un producto innovador y servir así como un trampolín a la internacionalización de las empresas.

En este campo juega, por ejemplo, Júlia G. Escribà, una marca de ropa termorreguladora que incorpora una tecnología desarrollada por la NASA que permite fabricar ropa urbana que se adapte a la temperatura que necesita el cuerpo. “Actualmente, estamos haciendo negociaciones a nivel comercial. Estamos intentando incidir en el mercado asiático, de donde ya hemos recibido ofertas, en el de Alemania e Inglaterra, y también nos ha salido alguna negociación en Estados Unidos”, explica la responsable del proyecto.

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