Guerra de pintadas contra políticos y partidos en Mataró

La situación política que vive el país se refleja en las calles de muchas ciudades, mensajes políticos se pueden leer en muros, marquesinas y suelos. Y Mataró no es una excepción. Desde hace meses la capital del Maresme vive una guerra de pintadas, consignas generales, pero también mensajes directos contra políticos y partidos.

Esta semana el Partido Popular de Mataró ha denunciado un "acoso" al líder de las juventudes del partido, Cristian Escribano. En un mensaje en su cuenta de twitter, conjuntamente con algunas fotos con las pintadas “muerte Llarena”, “a las armas segadores estamos en guerra” o “la democracia real no acalla un pueblo” – ya eliminadas-, este denunciaba la aparición cerca de su domicilio de un mensaje directo a su persona: “Cristian Escribano borra esto".

En un posterior comunicado, la formación ha recordado que “durante la campaña de las municipales de 2015 también aparecieron pintadas en el domicilio del Portavoz Popular en el Ayuntamiento de Mataró con insultos y una diana y durante los últimos meses han aparecido pintadas frente a su casa en al menos dos ocasiones”. Además, los populares han denunciado el “aterrador” silencio de otros grupos municipales que “han callado” frente a estos hechos y la negativa del Ayuntamiento de personarse contra los posibles autores de este tipo de pintadas.

Los populares también han recordado que “el Pleno del Ayuntamiento aprobó una Moción presentada por ICV pidiendo que se preservara la convivencia en la ciudad y advirtiendo de que se podrían producir hechos como estos” y, delante de la situación actual, critican aquellos que en aquella ocasión tildaron la propuesta de “tremendista y descabellada”.

En conflicto político en las paredes

Esta es una realidad que hace meses que dura. Con la detención del presidente Carles Puigdemont en Alemania, el edificio de los juzgados de Mataró se despertó con pintadas contra el magistrado que instruye la causa sobre el referéndum ilegal del 1 de octubre, Pablo Llarena. "Hijo de puta", "mafia" o "libertad presos políticos" fueron algunas de las acusaciones que cubrieron la fachada del edificio.

Pero justo antes del referéndum y aproximadamente en la misma zona, en las paredes del TecnoCampus, pero también las de la sede de Correos o del supermercado Consumo (los antiguos Cines Oscar) se podían leer frases de tono bastante amenazador: "Muerte a los traidores" o "Viva España. Ratas separatas”.

A nivel político, la sede del PP no ha sido la única atacada en los últimos meses. El pasado noviembre, el local de Esquerra Republicana de Catalunya también fue víctima de un ataque vandálico, concretamente, se vertió pintura sobre un cartel de las JERC que decía "Destruïm el feixisme" y sobre el logotipo de Esquerra Republicana. Y en octubre del 2016 en motivo de la visita del fotoperiodista Jordi Borràs, que fue recibido con el mensaje “Borras muerto” en la puerta de la librería donde debía presentar su libro, la sede de la CUP también fue víctima de un ataque.

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