EL FUTURO DE BARCELONA

Un motor con retos globales

Barcelona está entre las ciudades más atractivas a nivel mundial. Para que sea referencia para la actividad económica, captar talento e inversiones, debe fomentar una imagen abierta y acogedora de personas, ideas y proyectos y mejorar su conectividad

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MERCÈ ROCA I PUIGVERT. DIRECTORA DEL MASTER OF SCIENCE IN INTERNATIONAL BUSINESS (BARCELONA SCHOOL OF MANAGEMENT Y ESCI-UPF)

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Las ciudades se han convertido en los motores de la economía global. Son los polos de creación empresarial; los núcleos financieros y comerciales y, como tales, de creación de riqueza, oportunidades de negocio, captación de talento y de empleo cualificado. Según el Banco Mundial generan más del 80% del PIB, lo que explica la competencia de las principales economías para potenciar al máximo sus áreas urbanas.

En este escenario, Barcelona ocupa una posición preeminente, a pesar de su dimensión relativamente reducida. Combina una ubicación clima privilegiados con valorados atractivos culturales y de recreo y un sello de ciudad dinámica, acogedora y abierta, de una envidiable calidad de vida. El 'Reputation Institute' ha reconocido estos rasgos distintivos otorgándole el octavo lugar en el 'CityReptrak ranking' entre las ciudades más atractivas a nivel mundial.

El vertiginoso crecimiento del turismo es un indicador inequívoco y la cara más visible, a menudo controvertida, del éxito en la proyección internacional de Barcelona. En los últimos 10 años, el turismo en Catalunya ha crecido cerca de un 20%. En el 2017 alcanzó los 19 millones de visitantes (datos del Idescat). Según el Departament d'Empresa i Coneixement, el impacto económico del turismo en el área de Barcelona es de 296.725 puestos de trabajo directos en 27.317 empresas dedicadas al sector. Con el Plan Estratégico de Turismo 2020, el actual gobierno municipal quiere preparar la ciudad para acoger hasta 30 millones de visitantes. Los principales frentes de actuación de este plan son los problemas urbanísticos, de alojamiento y sostenibilidad, que habrá que encarar para conseguir una convivencia armónica del turismo con la ciudadanía y erradicar los abusos surgidos como consecuencia de la masificación.

Promover cumbres mundiales

El rendimiento económico del turismo masivo y de bajo coste aporta un valor añadido limitado a la proyección internacional de la ciudad. En cambio, el desarrollo de un turismo relacionado con actividades profesionales, formativas o propiamente culturales genera un impacto de mayor consistencia y alcance. Es primordial centrar esfuerzos en la promoción de cumbres mundiales de la industria, el comercio y los servicios y convenciones científicas y técnicas de gran afluencia. El Mobile World Congress (MWC) con los certámenes que se organizan a su alrededor es el referente más notable.

Si atraer visitantes es importante, aún lo es más crear condiciones para captar talento e inversiones internacionales, y proyectar al exterior las empresas locales. El área de Barcelona es la sede de más de 6.500 empresas foráneas y el destino de más del 20% de las inversiones extranjeras, así como el origen del 20% de las exportaciones de todo el Estado. También es cuna de innovación tecnológica, con unas 1.200 'start-ups' que generan 11.700 puestos de trabajo en los sectores de las telecomunicaciones, internet y móvil, tecnologías de la salud y biotecnologías, entre otros, de un elevado potencial de crecimiento y de internacionalización .

Promotor económico y empresarial

Para que la marca Barcelona sea referencia para la actividad económica internacional, es necesario que se posicione y fomente una imagen abierta y acogedora de personas, ideas y proyectos, con el compromiso unánime de los sectores públicos y privados. Más allá de su 'branding', la ciudad debe ser un verdadero promotor empresarial y económico, crear mejores condiciones para el intercambio comercial, la inversión y el desarrollo y atraer empresarios y profesionales de alta cualificación. Esto exige una administración ágil y transparente en la constitución, contratación y registro de empresas; una fiscalidad competitiva, así como seguridad jurídica y estabilidad política y social.

El esfuerzo para potenciar la actividad empresarial y el acceso a los mercados más dinámicos se beneficia de la pertenencia a la UE y de los nexos con los países mediterráneos. Sin embargo, la conectividad de Barcelona tiene evidentes y urgentes necesidades de mejora. Es necesario que se desarrolle una auténtica intermodalidad logística internacional, que enlace más intensamente y eficazmente medios terrestres, aéreos y marítimos y ejecutar el largamente reclamado corredor mediterráneo. Sin olvidar la modernización y ampliación de infraestructuras locales como el transporte metropolitano, especialmente el metro, o la finalización de obras en curso como la transformación de la plaza de las Glòries o el área de la nueva estación de ferrocarril de la Sagrera, que a la vez mejoren la sostenibilidad ambiental.

Capital humano, el factor clave

El factor determinante del futuro de la ciudad será su capital humano: la concentración de talento y pensamiento, la capacidad creativaemprendedora y de innovación. Como gran aliado, Barcelona cuenta con una reconocida excelencia académica, especialmente destacable en el campo de la economía y los negocios que, de la mano del atractivo de la ciudad, capta estudiantes de todo el mundo al mismo tiempo que también los envía al extranjero. Preservar esta posición aventajada requiere revertir la disminución de recursos que han sufrido los centros universitarios y apoyar la investigación, la creación de laboratorios e incubadoras empresariales.

En última instancia, los retos que Barcelona afronta para mantener su atractivo van mucho más allá de la gestión del crecimiento del turismo. Debe ser moderna y solvente, priorizando la innovación y creatividad del capital humano y las empresas. Debe asociar su marca a talento creativo, productividad y competitividad; a una gestión inteligente, eficaz y sostenible de sus recursos, aplicando el conocimiento y la tecnología para avanzar y convertirse en una auténtica 'smart city', sin perder su identidad cosmopolita empapada de cultura mediterránea.