EL PERSONAJE DE LA SEMANA

José Luis Perales, un tipo normal

El autor de hitos populares de otro tiempo como ‘Por qué te vas’, ‘¿Y cómo es él?’ o ‘Un velero llamado libertad’ ha recibido la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Reconocimiento a una figura de aspecto muy convencional pero provista de un don, no tan corriente, para expresar sentimientos universales de un modo sencillo y envuelto en luminosas melodías.

El músico recibe la Medalla de Oro de las Bellas Artes reconocido al fin por por la crítica

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Jordi Bianciotto

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Después de una de sus primeras actuaciones, un comentarista musical destacó tan solo de él que tenía “cara de pobre maestro de escuela”, y José María Íñigo se resistió a incluirle en su programa por considerarlo “el cantante más triste del mundo”. Pero a través de un discreto conducto conectó José Luis Perales con el público medio, logro que explica que esta semana haya recibido, de manos del rey Felipe, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

Perales es un autor de cautivadoras canciones normales, con las que ha llegado a la gente sin ser una figura envuelta en ‘glamour’ ni hacerse el profundo ni el intenso. Sus composiciones se parecen a él y a (casi) todo el mundo, y son portadoras de buenos sentimientos y de una emotividad tranquila, sin sobreactuaciones ni extravagancias. Cursis o sensibles, según el umbral de resistencia cada uno, y con dinámicas melódicas que han terminado siendo valoradas desde las tribunas críticas una vez superadas las correspondientes capas de prejuicios.

De delineante a compositor

Su misma biografía tiene un arranque convencional: conquense de la localidad de Castejón (allí nació el 18 de enero de 1945), comenzó tocando el laúd en la rondalla local y formó parte de la tuna de la Universidad Laboral de Sevilla, donde se licenció como oficial industrial radio-técnico y maestro industrial eléctrico. Trabajando de delineante, en una visita a Radio Madrid le animaron a enviar a una discográfica las canciones que llevaba tiempo componiendo en silencio con la guitarra.

José María Íñigo se resistió a incluirlo en su programa por considerarlo "el cantante más triste del mundo"

El camino le condujo hasta su primer álbum, titulado con sintomática sencillez: ‘Mis canciones’ (1973), inicio de su larga complicidad con Rafael Trabucchelli (grato productor situado detrás de grupos pop como Módulos y Los Pekenikes, además del ‘Himno a la alegría’, de Miguel Ríos) y que destapó su costumbrismo sentimental con piezas como ‘Celos de mi guitarra’.

En paralelo, comenzó a componer para otras voces: ‘Palabras, promesas’, fue a parar a Jeanette, como ‘Por qué te vas’, que pasó sin pena ni gloria hasta que, dos años después de ser lanzada, ya en 1976, Carlos Saura la incluyó en la banda sonora de ‘Cría cuervos’. Tras el triunfo de la película en Cannes, la canción gozó de proyección en países como Francia y Alemania, encajada como brillante muestra de euro-pop melancólico, entre comparaciones con toda una Françoise Hardy.

Perales se puso a tiro para encargos de variado pelaje: tuvo a bien animar a los niños españoles a “pasar por el aro de color” con ‘Baila con el hula-hop’, de Enrique y Ana (hito 'camp' que compuso con su hermana, la escritora Marisol Perales, y el mismo Trabucchelli) y firmó junto a Miguel Bosé otro éxito, ‘Creo en ti’. Y no dejó de publicar álbumes mientras componía para Paloma San Basilio, Iván o Pecos.

Pensando en Julio Iglesias

Triunfando así tanto con su propia voz (‘Un velero llamado libertad’) como de intérpretes afines (una pieza álgida, ‘La llamaban loca’, la defendió Mocedades), vivió una edad de oro cuyo broche lo puso ‘¿Y cómo es él?’ (1982), una canción que escribió pensando en que la interpretara Julio Iglesias, recién separado de Isabel Presyler. Fue la mujer de Perales, Manuela Vargas, la primera a la que suele mostrar sus creaciones, quien le aconsejó que la cantara otro, porque con semejante letra, tan comprensiva con la infidelidad, habría sido etiquetado para siempre como un blando de remate. La compañía pensó de otro modo, y Julio Iglesias no llegó a saber de las intenciones de Perales.

Sus canciones, cursis o sensibles según la resistencia de cada cual, han acabado siendo valoradas por la crítica

La normalidad del personaje se percibe también a través de su reservado perfil público, con una larga vida matrimonial (42 años hasta la fecha) y dos hijos, todo ello a salvo de fotógrafos indiscretos. A Manuela, en un brote de añoranza estando en Puerto Rico, dedicó la sentida ‘A mil kilómetros de ti’. Fuera del alcance público estuvo la pronta enfermedad cerebral de su hijo Pablo, revelada por Manuel Román en el libro ‘Canciones de nuestra vida’ (Alianza Editorial, 1994) y que fue felizmente superada. Pablo Perales es hoy un productor discográfico que ha trabajado en los últimos lanzamientos de su padre y en discos de artistas como la ‘triunfita’ Rosa.

Sí, Perales sigue grabando discos: el último es ‘Calma’ (2016), un trabajo consistente que demuestra que el destino del cantante más allá de los 70 no tiene porque ser el ‘revival’ ni la simulación de la eterna juventud. Canciones compuestas, como siempre, en esa casa de campo, en Cuenca, a la que llama ‘El refugio’, donde toma una inspiradora distancia con el ruido del mundo.