Historias Mínimas

En la piel del diseño a mano

Cocuan crea artículos en cuero desde una tienda y taller en Ripoll la mayoría de los cuales exporta

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Carme Escales

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El diseño ya vivía con él. Luis Roldán (Barcelona, 1973) estudió Diseño gráfico en la escuela Llotja. Se formó y se hizo autónomo. Siempre ha trabajado por libre. Con un socio de Sabadell creó Redpixel (www.redpixel.es), desde la que hacen carteles de películas y festivales de cine y animaciones.

Cansado de tantas horas de trabajo en pantalla, y de la imperiosa necesidad de reciclarse continuamente a remolque del avance tecnológico, sintió ganas de hacer algo manual. «Empecé a hacer artículos de cuero para mí, para desintoxicarme de tanto diseño digital», explica Luis Roldan. «En Mataró, donde vivía entonces, tenía un amigo lutier, y fijándome en cómo hacía los instrumentos, me entretuve construyendo un ukelele», recuerda. La ilusión que le dio terminarlo fueron sus alas para proponerse continuar.

Una mesa en una habitación de casa fue su primer espacio de trabajo artesanal. Sobre ella fue creando carteras, portadocumentos y llaveros. Una buena web con fotos de nivel realizadas por un estudio especializado en fotografía de detalle, Studio Torden (www.estudiotorden.es) y su actividad en las redes sociales, especialmente en Pinterest, hacían todo el trabajo comercial y visibilización de sus creaciones. También del making off de esos trabajos que vendía online.

"Con lana de oveja ripollesa estoy haciendo pruebas de bolsos. El pastor entró a mi taller»

 En Navidad del 2015, la editora de la revista de tendencias, belleza y moda Glamour, para su edición en Estados Unidos, que había adquirido uno de sus neceseres para hombre –básicamente crea para el público masculino–, incluyó ese neceser en la lista de los 15 regalos recomendados por la prestigiosa revista. «Fue una locura», afirma. Fruto de aquella publicación, «recibía una decena de encargos cada día. Casi muero de éxito, trabajaba a toda hora para poder hacer todas las entregas», rememora. El 90% de sus creaciones las compran particulares de países como Gran Bretaña, Alemania, Dinamarca y otros del norte de Europa.

Todos sus productos están hechos con piel de la curtidoría igualadina Muntadas. «Me hacen el favor de servirme cuero por valor de 3.000 o 4.000 euros, cuando ellos sobre todo trabajan para grandes marcas con volúmenes de negocio mucho más elevados», destaca.

Una marca familiar

Las creaciones de Luis Roldán llevan grabada la firma Cocuan (www.cocuan.com). Es el nombre que inventó su padre, ebanista, para bautizar pequeñas figuras humanas de madera para que jugase Luis de niño y que todos sus amigos del colegio querían tener. Hoy Cocuan bautiza artículos hechos con piel de vaquetilla. Uno de ellos es un cinturón con una hebilla tan simple que no es necesario sacárselo para pasar los controles del aeropuerto.

Cocuan sobrepasó el pasado año los 41.000 euros de facturación, con lo que Luis Roldán dobla ya lo que ingresa diseñando aún carteles de cine. Él ahora es protagonista en otra película. Y en ella quiere hacer participar a artesanos y productores agrónomos del entorno ripollés. Con lana de ovejas ripollesas hace ya pruebas de bolsos. «Al verme trabajar desde la calle, un pastor entró a preguntarme si haría algo con la piel de sus ovejas. Pues claro, le dije. Yo quiero hacer cosas con la gente que ama lo que hace”, concluye.