Bronceado saludable

5 consejos para protegerte del sol de forma segura y consciente

A pesar de que sabemos que necesitamos los rayos de sol para asegurarnos el buen funcionamiento de nuestro organismo, pero también es incuestionable la necesidad de controlar las exposiciones y usar productos que protejan y cuiden nuestra piel

Una mujer pasea por la playa

Una mujer pasea por la playa

Mireya Roca

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“La diferencia entre una piel que se ha protegido del sol y otra que no lo ha hecho se hace evidente a partir de los 30 años, y cada año que pasa es todavía más impresionante ver la influencia del filtro solar en la belleza de la piel. Tenemos clientas de 60 años con pieles más saludables y bonitas que chicas de 30 años gracias a este gesto”, señala Estrella Pujol, reconocida esteticista, fundadora y directora del Centro de Belleza Oxigen.

Esta especialista en estética y bienestar, nos propone cinco sencillos consejos para asegurarnos de un bronceado saludable:

ELEGIR UN PROTECTOR SOLAR ADECUADO

Todos tenemos nuestras preferencias en cuanto a formatos, texturas, densidades, fragancias y acabados, por ello es importante que no nos limitemos a comprar el primer fotoprotector que encontremos, sino que elijamos el que mejor se ajuste a nuestro tipo de piel y a nuestras preferencias cosméticas. 

    Se debe escoger un cosmético que contenga la especificación 'de amplio espectro', para asegurarnos protección frente a los rayos ultravioletas UVA y UVB. Y también es importante que la fórmula incluya antioxidantes como té verde, vitamina C o E, para minimizar la incidencia de los UV mientras refuerzan los sistemas de protección de la piel.

 Resulta interesante también analizar las opciones que actualmente ofrece el mercado en cuanto a filtros con color, ideales para quienes no quieren renunciar al maquillaje, fotoprotectores pantalla total, para pieles muy sensibles o fotoprotectores con tratamiento para las manchas cutáneas.



APLICAR EL FOTOPROTECTOR ANTES Y DURANTE LA EXPOSICIÓN SOLAR

Para conseguir un bronceado bonito y saludable, hay que aplicar el fotoprotector entre 5 minutos (para el caso de filtros físicos) y media hora (filtros químicos). De esta forma nos aseguramos de que su acción es óptima por haberle dado tiempo a asentarse en la superficie.

Asimismo, se debe aplicar sobre la piel bien seca y en cantidad generosa. Conviene saber que el fotoprotector solar (FPS) de un determinado protector ha sido calculado aplicando una cantidad importante de producto; si se aplica menos cantidad, la protección obtenida será menor.

Deben evitarse las exposiciones solares directas entre las 12 y las 16 horas. En caso de que se decida hacerlo a esas horas debe optarse por un producto con un FPS más elevado ya que el riesgo de quemaduras y efectos adversos es mucho mayor.

­ Es importante extremar las precauciones en las partes del cuerpo más sensibles al sol como el rostro, el escote, las orejas y los empeines...­ El fotoprotector debe aplicarse de forma repetida cada 2 horas y siempre al salir del agua. En personas con tendencia a sudar, la aplicación debe hacerse con más frecuencia.

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El TIEMPO ACONSEJABLE EN EL SOL

Los expertos sugieren que una exposición solar diaria de unos 15 minutos es suficiente para generar la vitamina D que el organismo requiere. En cualquier caso, es importante evitar la sobreexposición a la radiación solar. Pero hay excepciones. Por ejemplo: a los menores de 6 meses nunca se les debe exponer al sol directo, y a los menores de 3 años lo menos posible.

REACCIONES DE FOTOSENSIBILIDAD

Hay que tener en cuenta que algunos medicamentos pueden provocar reacciones de fotosensibilidad al exponerse al sol.

Se trata de fármacos que reaccionan con los rayos UV cuando éstos inciden sobre la piel causando un enrojecimiento (eritema) de la piel, en ocasiones similar a las quemaduras solares. 

Por este motivo, si se sigue algún tratamiento pautado, es imprescindible leer detalladamente el prospecto. En caso de duda, siempre hay que consultarlo al médico o al farmacéutico. Igualmente, ante cualquier cambio, de forma, textura o tamaño de manchas o lunares, siempre hay que consultar con el dermatólogo.

LIMPIAR LA PIEL TRAS TOMAR EL SOL

Por último, cuando la exposición al sol ha concluido, se debe limpiar e hidratar la piel después de una ducha de agua tibia, que permite regenerar el manto hidrolipídico y recuperar la pérdida de agua.

Hay que retirar el FPS para prevenir la obstrucción de los poros. Es aconsejable realizar una doble limpieza, primero con un producto de base oleosa seguida de otro producto más ligero como una leche o un gel, será óptimo para retirar correctamente el producto.

 Para compensar las agresiones propias del verano (sol, sal y cloro fundamentalmente), en Oxigen recomendamos aplicar productos 'after sun' que calmen la piel además de mascarillas hidratantes y nutritivas cada día, tras la limpieza facial.