Por qué Ucrania es foco de conflicto (y cómo nos afecta)

La escalada de tensiones entre Ucrania y Rusia, que devolvió durante unas semanas al mundo a un escenario de guerra fría, ha acabado estallando. Las amenazas de sanciones y las llamadas al diálogo y a la distensión no fructificaron y finalmente el presidente ruso, Vladímir Putin, ha lanzado una cruenta operación militar contra el país vecino. El conflicto armado en este enclave geoestratégico del este de Europa acarreará consecuencias políticas, sociales y económicas con un reflejo directo en nuestro día a día. *

Este reportaje aborda cinco cuestiones clave y cada bloque se cierra con un breve apunte de Marc Marginedas, corresponsal de EL PERIÓDICO en Moscú.


Ucrania está ubicada en el este de Europa y tiene una extensión de 603.700 kilómetros cuadrados, unos 100.000 kilómetros cuadrados más que España. Sin la península de Crimea, que Rusia se anexionó en 2014, ocupa 576.628 kilómetros cuadrados. Es el segundo país más grande de Europa. El primero es Rusia.

  • Población: 44,9 millones de habitantes (Rusia: 144,1 millones)
  • Renta per cápita: 3.283 € (Rusia: 8.846 €)
  • Esperanza de vida: 73,40 años (Rusia: 73,08 años)
  • Desempleo: 9,48% (Rusia: 5,73%)

Ucrania cuenta con abundancia de recursos naturales, especialmente minerales como hierro, manganeso o uranio. También tiene petróleo y gas natural, pero debe importar gran parte de los suministros de energía. El 35% proviene de Rusia y el resto, el 40%, de Asia central (a través de rutas que pasan por Rusia). Además, el 85% del gas ruso destinado a Europa occidental pasa por Ucrania.

Junto con Rusia, es el granero de Europa (la agricultura supone el 20% de su PIB) y en el terreno industrial, ha destacado por fabricar los aviones Antónov y por la producción de misiles. El 26 de abril de 1986, estalló el reactor cuatro de la central atómica de Chernóbil causando el peor accidente nuclear de la historia.

"Uno de los elementos distintivos del paisaje ucraniano son precisamente las inmensas llanuras sin fin, cubiertas de campos de trigo o de girasol. Nada más salir de Kiev, el paisaje se torna verde o amarillo, dependiendo de la época del año, con enormes extensiones de explotaciones agrícolas salpicadas de casas unifamiliares. Al igual que Rusia, el territorio ucraniano está surcado por caudalosos ríos que forman una vasta red para la navegación interior, además de garantizar la irrigación de los campos"

El valor geoestratégico de Ucrania data de antiguo, pues ha sido un territorio frontera entre grandes imperios. El primer estado en la zona, el Rus de Kiev, se formó en el siglo IX a partir de una confederación de tribus eslavas y llegó a ocupar un vasto territorio desde el mar Caspio hasta la actual Finlandia. El Rus de Kiev acabó desintegrándose en el siglo XIII y a partir de entonces lo que hoy es Ucrania fue escenario de batallas entre mongoles, húngaros y polacos durante varios siglos.

Durante la vigencia del Imperio Astrohúngaro, su territorio se dividió entre este y el Imperio Ruso. Esta organización duró hasta que la Revolución Rusa y el final de la Primera Guerra Mundial pusieron fin a ambos dominios.

Ucrania fue una de las repúblicas fundadoras de la URSS (1922-1991), la tercera de mayores dimensiones (tras Rusia y Kazajstán) y la segunda más poblada. La colectivización de la tierra emprendida por la URSS provocó una hambruna que acabó con la vida de 1,5 millones de ucranianos. Algunos historiadores consideran que fue intencionada y acusan a Stalin de genocidio. La élite cultural y la militar no se libraron de las purgas políticas.

Tras la Segunda Guerra Mundial gozó de cierto grado de autonomía y en 1954 Rusia cedió a Ucrania la península de Crimea, cuyos administradores fueron acusados de colaborar con la Alemania nazi.

Al disolverse la URSS, en 1991, Ucrania se constituyó como república independiente. El camino en solitario ha estado marcado por las dificultades económicas y la inestabilidad política ante las tensiones entre los partidarios de mantener los lazos con Rusia y los favorables a virar hacia Occidente.

Desde entonces, el país ha tenido siete presidentes del Gobierno.

Hasta 2014, todos los líderes surgidos de las diferentes elecciones legislativas eran afines al Kremlin. Ese año ganó Petró Proshenko, favorable a la integración del país en la Unión Europea.

Dos estallidos han marcado la historia reciente de Ucrania. En 2004, la Revolución Naranja sacó a miles de personas a la calle en contra de los resultados electorales que daban la victoria a Víktor Yanukóvich, acusado de corrupción y fraude. Una repetición de los comicios llevó al opositor Víktor Yúschenko al poder, pero Yanukóvich regresó al Gobierno dos años después.

Yulia Timoshenko fue una de las heroínas de la Revolución Naranja. Yúschenko la premió con el cargo de primera ministra, pero duró menos de siete meses. Tuvo un segundo mandato entre 2007 y 2010. En 2011 fue condenada por corrupción y tráfico de influencias.

Yulia Timoshenko fue una de las heroínas de la Revolución Naranja. Yúschenko la premió con el cargo de primera ministra, pero duró menos de siete meses. Tuvo un segundo mandato entre 2007 y 2010. En 2011 fue condenada por corrupción y tráfico de influencias.

La Revolución del Euromaidán arrancó en noviembre de 2013 con motivo del rechazo de Yanukóvich a un acuerdo con la UE. Las protestas derivaron en la caída del presidente y la elección del europeísta Poroshenko. Este cambio desencadenó una crisis secesionista en Crimea. Rusia desplegó tropas y tomó el control. En el Donbás los rebeldes prorrusos también cogieron las armas. El conflicto continúa hoy en día y ya se ha cobrado 15.000 vidas.

En 2019, el humorista Volodímir Zelenski arrasó en las elecciones presidenciales con el 73,2% de los votos con un mensaje contra la corrupción imperante y el establishment político.

Al poco tiempo de estar en el cargo, se vio envuelto en un escándalo al otro lado del Atlántico cuando salió a la luz que el entonces presidente de EEUU, Donald Trump, le presionó para que investigase al hijo de Joe Biden, con negocios en el país europeo. Este incidente derivó en un proceso de impeachment contra Trump.

Desde el primer momento, Zelenski ha marcado distancias con Moscú y ha denunciado los movimientos de tropas y los ataques híbridos de sus vecinos.


"Una de las particularidades que lleva a mucha gente a identificar a Rusia y Ucrania como una sola nación es la figura de Vladimiro I el Grande, el monarca que introdujo en cristianismo en el Rus de Kiev. Tanto en la capital ucraniana como en Moscú, dos de los monumentos más relevantes situados en lugares estratégicos de ambas ciudades veneran a la misma figura. Para los ucranianos es Volodimir el Grande, para los rusos Vladímir, cuyo nombre además coincide con el del actual presidente ruso"

Tras varios meses de conversaciones al más alto nivel para intentar evitar la actual crisis, Putin decidió finalmente optar por el peor escenario y resucitar el fantasma de la guerra en Europa.

El líder ruso había reclamado durante semanas tozudamente "una garantía incondicional de la seguridad de Rusia" y tachado de "inaceptable un mayor desplazamiento de la OTAN hacia el este", en alusión a una posible adhesión de Ucrania y Georgia a la Alianza que en ningún momento ha estado sobre la mesa. En esos discursos, censuraba asimismo las "cinco oleadas de expansión" acometidas por la OTAN.

Por contra, siempre justificó la anexión de Crimea y denunció el supuesto hostigamiento de la población prorrusa en el Donbás, donde el Ejército ucraniano libra una guerra desde hace ocho años con los separatistas apoyados por el Kremlin.

Durante meses, Rusia fue acumulando tropas a lo largo de su frontera con Ucrania.

Según el último recuento del Pentágono, el Kremlin desplegó 190.00 soldados y 1.000 vehículos blindados

También dispuso para la invasión material militar como baterías de misiles tierra-aire Buk y demás armamento

En los contactos diplomáticos que Moscú mantuvo en las semanas previas al ataque siempre lanzó las mismas exigencias a Occidente: que la OTAN detenga su expansión, lo que incluye retirar la invitación de ingreso a Ucrania y Georgia planteada en 2008, y que Rusia tenga poder de veto en los despliegues de la Alianza Atlántica en los países miembros que anteriormente formaron parte del Pacto de Varsovia.

EEUU, la UE y la OTAN rechazan las demandas del Kremlin y defienden que cada país puede elegir libremente sus propias disposiciones de seguridad y alianzas. Además, exigen que se respete la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.

Tras las infructuosas rondas de conversaciones entre Washington y Moscú Putin dio la orden de emprender una "operación militar" contra Ucrania el 24 de febrero con el pretexto de evitar el "genocidio contra los millones de personas" que viven en el Donbás. Lo hizo dos días después de reconocer la independencia de las dos regiones prorrusas del este de Ucrania.

EEUU, la OTAN y la Unión Europea han reaccionado como un bloque unido a la actual crisis. Tras una primera ronda de duras sanciones económicas, Washington y Bruselas acordaron la expulsión del sistema Swift de algunos bancos rusos. Asimismo, los Veintisiete decidieron por primera vez en su historia proporcionar armas a un país en guerra. EEUU, el Reino Unido y las repúblicas bálticas también han facilitado armamento a Kiev.

La Alianza Atlántica, por su parte, ha reforzado el flanco este de Europa con el envío de aviones y navíos a su misión permanente en el mar Negro. Washington ha apuntalado el flanco este de la Alianza con unos 3.000 soldados y ha puesto en "alerta máxima" a 8.500 soldados que se activarían a petición de la OTAN.

En cualquier caso, lo que no está previsto de momento es un ataque aliado contra Moscú para defender a Ucrania, al no ser este último un país aliado.

Mientras, el asedio ruso contra las principales ciudades ucranianas prosigue. Y según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en la primera semana de guerra más un millón de personas abandonaron el país huyendo de la guerra.

El secretario de Estado de EEUU, Antoni Blinken (izquierda) y el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, el 21 de enero, tras reunirse en Ginebra (Suiza) para abordar el conflicto de Ucrania. Foto: Alex Brandon / POOL / AFP

El secretario de Estado de EEUU, Antoni Blinken (izquierda) y el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, el 21 de enero, tras reunirse en Ginebra (Suiza) para abordar el conflicto de Ucrania. Foto: Alex Brandon / POOL / AFP

El secretario de Estado de EEUU, Antoni Blinken (izquierda) y el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, el 21 de enero, tras reunirse en Ginebra (Suiza) para abordar el conflicto de Ucrania. Foto: Alex Brandon / POOL / AFP

El secretario de Estado de EEUU, Antoni Blinken (izquierda) y el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, el 21 de enero, tras reunirse en Ginebra (Suiza) para abordar el conflicto de Ucrania. Foto: Alex Brandon / POOL / AFP

El secretario de Estado de EEUU, Antoni Blinken (izquierda) y el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, el 21 de enero, tras reunirse en Ginebra (Suiza) para abordar el conflicto de Ucrania. Foto: Alex Brandon / POOL / AFP

El secretario de Estado de EEUU, Antoni Blinken (izquierda) y el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, el 21 de enero, tras reunirse en Ginebra (Suiza) para abordar el conflicto de Ucrania. Foto: Alex Brandon / POOL / AFP


"La disputa en un principio fue una especie de partida de póquer. EEUU y el Reino Unido se dedicaron a filtrar constantemente a la prensa lo que iba a suceder en caso de ataque. Mientras tanto, los aliados europeos parecían jugar el papel de policía bueno, con el presidente francés, Emmanuel Macron, intentando impulsar, en vano, la vía diplomática. El Kremlin logrará el efecto contrario al deseado, pues no solo ha recibido sanciones, sino que tendrá miles de soldados estacionados en las republicas bálticas a apenas centenares de kilómetros de Moscú y San Petersburgo"

España ha mostrado desde el principio de la escalada de tensiones su compromiso con la OTAN. Como miembro de la Alianza, participa en la misión permanente en el mar Negro. Pero si los aliados deciden responder militarmente el ataque de Rusia contra Ucrania, el Gobierno deberá obtener el visto bueno del Congreso.

La fragata Blas de Lezo partió el 22 de enero del Arsenal Militar de Ferrol rumbo al mar Negro en misión de la OTAN tres semanas antes de lo planificado ante la escalada de tensiones. El contingente de España lo completan el Meteoro, un buque de aprovisionamiento de combate, y el cazaminas Sella, que también partió el día 22 de enero del puerto de Cartagena.

El buque de acción marítima 'Meteoro', en Menorca, a punto de partir hacia Ucrania. Foto: EFE / David Arquimbau

El buque de acción marítima 'Meteoro', en Menorca, a punto de partir hacia Ucrania. Foto: EFE / David Arquimbau

La fragata Blas de Lezo cuenta con 190 tripulantes, a los que se suman los integrantes de un equipo operativo de seguridad y los 18 militares y un oficial médico de una unidad aérea embarcada en Rota.

La Alianza Atlántica ha llevó a cabo en febrero un despliegue aéreo en Bulgaria, al que España aportó cuatro cazas del Ejército del Aire. En primavera, se desplegará otro destacamento de cazas en Lituania.

El Gobierno de Pedro Sánchez ya ha mandado ayuda humanitaria a través de Polonia y Moldavia y ha remitido material defensivo (chalecos, cascos...) a Ucrania. Asimismo, participa en la activación del fondo de ayuda para la paz de la UE. A pesar de descartar en un inicio enviar armas de manera directa, finalmente el Ejecutivo español aprobó un primer paquete de 1.370 lanzagranadas antitanque, 700.000 balas de fusil ametrallador y una cantidad no precisada de ametralladoras ligeras. De los 27 Estados miembros de la UE, 20 han optado por mandar ayuda militar al margen de las aportaciones conjuntas.


"Moscú siempre ha cortejado a amistades y fuerzas políticas en España que le podrían ser útiles en un futuro. El Kremlin percibe a nuestro país como muy similar a Italia, el mejor valedor que tienen los intereses de Rusia entre los grandes de la UE. El líder del Kremlin mantiene una relación cordial con José María Aznar, y sorprendentemente, Moscú cuenta con valedores y comprensión sobre todo en los márgenes del abanico ideológico, es decir, en la ultraderecha y en la izquierda radical española. Ha habido informaciones periodísticas de contactos con sectores del independentismo catalán en los momentos álgidos del procés"

Ante las consecuencias de la ofensiva de Rusia contra Ucrania, poco puede hacer España. Según Gonzalo Escribano, analista del Real Instituto Elcano, uno de los efectos será el fuerte impacto en los precios del gas y el petróleo, a pesar de que las importaciones de gas ruso solo suponen el 10% del total, pues estos precios se fijan a nivel europeo. Esta alza repercutirá, a su vez, en el coste de la luz. En este vídeo explicamos este y otros de los efectos que podría tener el conflicto armado.

Las tensiones en el este de Europa han acabado derivando en una guerra de imprevisible avance. Por el momento, Occidente ha respondido con una estrategia que busca aislar a Rusia y convertirla en un estado paria a la altura de Corea del Norte. Queda la incógnita de saber hasta dónde está dispuesto a llegar Putin y cuál es su objetivo final.


Este reportaje se ha publicado en EL PERIÓDICO el 28 de enero de 2022 y se ha actualizado el 24 de febrero.

Textos: Laura Puig
Infografías: Francisco J. Moya / Alex R. Fischer / Ricard Gràcia
Coordinación: Rafa Julve