Carrera a la Casa Blanca

El Supremo de EEUU da una victoria a Trump y le permite ser candidato

Los nueve jueces dicen que es el Congreso, no los estados, el que debe decidir si alguien que ha participado o apoyado una insurrección puede optar a la presidencia

Las claves del caso de Colorado

Donald Trump.

Donald Trump. / AP/Alex Brandon

Idoya Noain

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En vísperas del supermartes y con la nominación presidencial republicana prácticamente asegurada, Donald Trump ha conseguido este lunes en el Tribunal Supremo una victoria fundamental. El Alto Tribunal ha determinado por unanimidad que Colorado no puede vetar al expresidente en las papeletas de las primarias, que son unas de las 15 que los republicanos celebran este martes y donde, pese a la prohibición, su nombre aparecía en esas papeletas.

El Supremo de Colorado había dictaminado en diciembre que Trump no era elegible para buscar o tener el cargo por la sección 3 de la Enmienda 14, adoptada tras la guerra civil, que prohíbe tener un cargo a alguien que, tras jurar apoyar la Constitución, hubiera participado "en una insurrección o rebelión contra la misma, o dado ayuda o consuelo a sus enemigos". Los nueve magistrados del Supremo, en contra de esa decisión, han determinado que "la responsabilidad de aplicar la sección 3 contra candidatos y cargos federales depende del Congreso y no de los estados".

En la decisión de este lunes los jueces no entran a valorar si Trump participó o alentó una insurrección.

Lo que concluyen los magistrados es que los estados sí pueden invocar la sección 3 de la Enmienda 14 para descalificar a insurrectos de tener un cargo o ser candidatos estatales pero afirman también que "bajo la Constitución no tienen poder para aplicarla con respecto a cargos federales, especialmente la presidencia".

Implicaciones trascendentales

La decisión tiene implicaciones en otros estados que también invalidaron a Trump al considerar que participó en una insurrección con su empeño contra los resultados legítimos de las elecciones de 2020 que perdió frente a Joe Biden. Y es un triunfo importantísimo para Trump, no solo porque esos vetos similares de Maine e Ilinois pendían de la decisión. Afectará a todos los estados que habían retado su presencia en las papeletas (36 según un recuento de 'The New York Times') y blinda su aparición no solo en las de primarias sino también en las de las presidenciales.

El expresidente ha celebrado la decisión con un mensaje en su red social Truth Social: "¡GRAN VICTORIA PARA EEUU!", ha escrito.

Es la primera vez, desde que en 2020 el Supremo decidió dar la Casa Blanca a George W. Bush frente a Al Gore en que el Supremo entra de forma tan directa en unas elecciones presidenciales en EEUU. Y la decisión de este lunes es solo la primera en la que el Alto Tribunal tendrá influencia directa en la campaña y los comicios.

La semana pasada aceptó estudiar las alegaciones de Trump de que tiene inmunidad por acciones que tomó cuando estaba en la presidencia, un caso para el que ha fijado la vista de argumentos orales para la semana del 22 de abril. Eso ha dejado congelado, hasta que haya una decisión, el juicio contra Trump en Washington, una de las cuatro causas penales que enfrenta, con 91 cargos en su contra.

Una decisión que se esperaba

Ya hace un mes, cuando se celebró la vista de argumentos del caso de Colorado, magistrados en los dos lados del espectro ideológico del Supremo habían mostrado con sus preguntas escepticismo ante la potestad del estado para excluir a Trump de las papeletas.

En aquella sesión fue la jueza Elena Kagan, una de las tres de la minoría progresista, la que mostró la principal duda que el veto les planteaba: "¿Por qué un solo estado decide quién puede ser presidente de Estados Unidos?", preguntó. "¿Por qué un solo estado debería tener la capacidad de hacer esta determinación no solo para sus ciudadanos sino para el resto de la nación?".

En una opinión concurrente con la decisión, la jueza Amy Coney Barrett, una de los tres magistrados que nombró Trump durante su mandato, ha puesto el foco en la unanimidad de la decisión y ha mostrado su esperanza de que sirva para reducir la polarización y la tensión en EEUU. "El Tribunal ha resuelto un tema políticamente cargado en la volátil temporada de unas elecciones presidenciales", ha escrito. "Particularmente en esta circunstancia, los escritos del Tribunal deberían reducir la temperatura, no subirla. Nuestras diferencias son mucho menos importantes que nuestra unanimidad. Los nueve jueces estamos de acuerdo en el resultado. Ese es el mensaje que deberían quedarse los estadounidenses".

La crítica de las jueces progresistas

Ese mensaje de Coney Barrett era una respuesta a Kagan y las otras dos juezas progresistas, Sonia Sotomayor y Ketanji Brown Jackson, que han escrito una opinión en la que, aunque asumen la decisión final, critican a la mayoría conservadora.

Aunque las tres progresistas coinciden en que haber dado la razón a Colorado habría creado "un caos" donde cada estado toma decisiones, algo que dicen que iría contra "los principios federalistas" de EEUU, también denuncian que al atribuir al Congreso toda la responsabilidad de crear estatutos para aplicar la sección 3 la mayoría ha ido demasiado lejos. Les acusan de estar resolviendo "sin necesidad temas cruciales y difíciles" y de intentar "proteger a supuestos insurreccionistas de futuros retos a que ocupen cargos federales".

Las críticas han llegado también desde grupos como Free Speech for People, una organización que representa a demandantes como los seis votantes republicanos e independientes que iniciaron el caso de Colorado. Acusan al Supremo de "ridiculizar" la Enmienda 14. "Hoy los estados pueden excluir a un candidato presidencial de las papeletas porque no ha presentado documentación correcta con el número requerido de firmas verificadas", han puesto como ejemplo, "pero no porque fomentara una insurrección sangrienta contra la Constitución de EEUU".